El presidente estadounidense Donald Trump firmó dos decretos para desactivar el paquete de medidas conocido como la Dodd-Frank Act, adoptadas por la administración Obama para dar mayor regulación al mercado financiero y evitar excesos como los que condujeron a la crisis financiera de 2008. El Banco Central Europeo (BCE) asegura que “sería preocupante” relajar la regulación.
Aunque el sistema financiero internacional casi colapsó hace 8 años como consecuencia de la desregulación del sector, el presidente estadounidense Donald Trump propone volver a ese camino para lograr mejorar los números del sector, lo que ha despertado críticas a nivel internacional.
Si bien las regulaciones que se estaban aplicando eran consideradas por muchos expertos como demasiado débiles para evitar una nueva crisis financiera, el polémico mandatario las considera excesivas y un obstáculo para el negocio.
De todas formas, la noticia no debe sorprender a nadie, ya que se trata simplemente de cumplir con una de sus promesas de campaña.
En concreto, Trump firmó dos decretos que inician el proceso de revisión del paquete de medidas reglamentarias conocido como la Dodd-Frank Act (que debe su nombre al exsenador Christopher Dodd y al exrepresentante Barney Frank, ambos demócratas), una ley adoptada en 2010 durante la administración de Barack Obama, a raíz de las consecuencias que había dejado la crisis financiera desatada en 2008 luego del desplome de Lehman Brothers. La norma, buscaba limitar a los grandes bancos y evitar abusos, pero el nuevo presidente estadounidense considera que el exceso de regulación afecta los negocios y la economía.
Friends will be friends
“Tengo amigos con buenas empresas que no pueden pedir prestado debido a las normas”, comentó Donald Trump al recibir en la Casa Blanca al grupo de empresarios que le asesorarán desde el sector privado en cuestiones económicas. De acuerdo a lo informado por el diario El País de Madrid, entre los asistentes se encontraba el consejero delegado de JPMorgan Chase, Jamie Dimon, la mayor entidad financiera por activos de Estados Unidos y que fue muy crítico en el pasado con el exceso de regulación.
De todas formas, la firma de las dos órdenes ejecutivas que inician el proceso de revocación de la reforma impulsada por Obama, está en contradicción con el ataque que lanzó durante la campaña contra los grandes titanes de Wall Street, por los excesos que llevaron a la crisis. Esos mismos ejecutivos, a los que demonizó y acusó de corromper el sistema político, son los que más se van a beneficiar de esta desregulación.
Trump promete rebajar las restricciones de forma “masiva” de modo de fomentar los negocios en Estados Unidos.
La firma de los decretos que marcan el inicio de revisión de la Dodd-Frank es, en cualquier caso, un paso simbólico porque corresponde a los legisladores reescribirla y es un trabajo de gran complejidad. En el momento de la firma de la orden ejecutiva estuvo presente Gary Cohn, que hasta hace unas semanas fue el segundo de mando en Goldman Sachs.
«La Dodd-Frank es una política desastrosa que está entorpeciendo los mercados y reduciendo la disponibilidad de crédito», aseguró el portavoz presidencial, Sean Spicer. La primera de las órdenes firmadas por Trump urge a una revisión integral de esta Ley, como pide la industria financiera. La segunda busca revertir una norma que fija las condiciones de inversión de los planes de pensiones de los trabajadores, un mercado que mueve tres billones de dólares.
En la práctica, la decisión de Trump hará que las diferentes agencias que regulan y supervisan el sistema financiero procedan a examinar posibles cambios en la legislación, para simplificarla. El secretario del Tesoro tendrá que presentar un informe al respecto en 120 días con el detalle del plan que se va a seguir. En cualquier caso, no se espera que sea una revocación como la que Trump quiere para la reforma del seguro médico Obamacare. La legislación financiera es mucho más compleja y lo que buscaría es eliminar costos, más que dejar margen a los bancos para que asuman riesgo.
La Dodd-Frank incluye reglas para evitar episodios como el que protagonizó Lehman Brothers, que incluyen el incremento de los colchones de capital que deben tener los bancos, las pruebas en situaciones de estrés y se creó una agencia para la protección del consumidor. La revisión no estará exenta de batalla en el Capitolio.
Mucho palo
Como era de esperarse, las críticas a la decisión del presidente estadounidense no demoraron en llegar.
A nivel interno, una de las más críticas desde el Partido Demócrata fue la senadora Elizabeth Warren, quien acusó al equipo del presidente de tener “amnesia” respecto a la situación que se generó hace ocho años debido a los excesos del sector financiero.
Pero a nivel internacional también arreciaron las críticas. El Banco Central Europeo (BCE) a través de su presidente el italiano Mario Draghi, recordó que la debilidad de la regulación fue una de las principales causas de la crisis de 2008, y aseguró que la intención de relajar la normativa bancaria no solo es preocupante sino que representa un peligro ya que pone en riesgo la relativa estabilidad que impulsa la lenta recuperación económica.
«Lo último que necesitamos en este momento es una relajación de la regulación», aseguró Draghi a la Comisión de Asuntos Económicos del Parlamento Europeo en Bruselas, según consignó la agencia de noticias Reuters. «La idea de repetir las condiciones que estaban vigentes antes de la crisis es algo muy preocupante», agregó.
Guerra monetaria
En otro orden, Draghi también rechazó las acusaciones de un importante asesor comercial de Trump acerca de que Alemania, la principal economía de la zona euro, está usando una moneda ampliamente devaluada para sacar ventaja de Estados Unidos. El titular del BCE argumentó que la debilidad económica es la principal razón de la fragilidad del euro.
Alemania tiene un enorme superávit presupuestario con Estados Unidos, y el asesor comercial de Trump, Peter Navarro, dijo que Berlín explotaba esa situación en detrimento de Estados Unidos, acusando a la mayor economía de la zona euro de manipulación monetaria.
Pero Alemania no establece la política monetaria sino que el BCE lo hace a nivel regional. Berlín se ha quejado reiteradamente de que la política de la zona euro es muy laxa y que el BCE debería frenar su programa de estímulo. «Primero y principal, no somos manipuladores cambiarios», dijo Draghi. «Segundo, nuestras políticas monetarias reflejan el distinto punto del ciclo (económico) en (que están) la zona euro y Estados Unidos», agregó. «El mercado único no sobreviviría con constantes devaluaciones competitivas».