Steve Mnuchin, había manifestado sentirse “cómodo” por la debilidad del dólar ya que eso beneficiaba al sector exportador estadounidense. Sin embargo, ayer jueves, Donald Trump aseguró que quiere “ver un dólar fuerte”.
Saber qué es lo que sucederá con el dólar siempre es la pregunta del millón para cualquier economista e incluso para quienes simplemente nos dedicamos a escribir de economía. Siempre es una gran incertidumbre. Pero en la actualidad, con Donald Trump al frente de la Casa Blanca, saber el rumbo que tomará la divisa estadounidense parece aún más complejo.
En ese contexto, el mandatario dijo ayer jueves que el dólar será cada vez más fuerte, lo que choca de frente con las manifestaciones realizadas tan solo un par de días antes por su secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, quien aseguro estar “cómodo” con un dólar débil, porque favorece las exportaciones de Estados Unidos.
“El dólar estará cada vez más fuerte y, en última instancia, quiero ver un dólar fuerte”, dijo Trump en una entrevista con CNBC apenas llegado a Davos, agregando que los comentarios de Mnuchin habían sido malinterpretados. Al igual que otras veces, afirmó que los comentarios de su funcionario fueron “sacados de contexto”. “Debería ser lo que es, también debería basarse en la fortaleza del país, lo estamos haciendo muy bien”, dijo Trump.
Un día antes el dólar había bajado a nivel internacional a su nivel más bajo en tres años respecto al euro por los comentarios de Mnuchin, quien indicó que ello era “bueno para nosotros en lo que respecta al comercio y las oportunidades”, diciendo que habían sido “equilibrados y consistentes”. Los mercados interpretaron los comentarios como un alejamiento de la política cambiaria tradicional de Estados Unidos y provocaron advertencias de ministros de finanzas europeos.
Poco antes de las declaraciones de Trump, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, había criticado al gobierno estadounidense por la intención de mantener el dólar bajo y aseguró que la reciente escalada del euro se debió en parte a declaraciones de funcionarios que contradijeron un acuerdo de no comentar sobre fluctuaciones en las cotizaciones de las divisas. Draghi se refería al encuentro del FMI de octubre en el que los países acordaron “detendrían las devaluaciones competitivas” y a evitar fijar “tipos de cambio con fines competitivos”.
Es esperable que las declaraciones de Trump empujen al alza al billete verde, aunque con los mercados financieros y su bipolaridad poco puede asegurarse.
Intervencionismo
En Uruguay el dólar volvió a cerrar a la baja con una nueva intervención del Banco Central (BCU) para evitar que el desplome fuera aún mayor. El dólar cerró ayer jueves a 28,375 pesos, lo que implicó un descenso de 0,15% respecto al miércoles y representa la séptima variación diaria consecutiva. En lo que va del año, el billete verde se desvalorizó en la plaza financiera local un 1,34%.
En pizarras del Banco República el dólar cotizó a 28,03 pesos a la compra y a 28,73 pesos a la venta.
Este descenso –en plena polémica con el sector agropecuario que pide un dólar más alto para ganar competitividad- se registró pese a las importantes intervenciones que ha realizado el BCU hasta el momento y que en menos de un mes ya superan los US$ 507 millones, según informó el diario El Observador.
La misma información, sostiene que hay analistas que observan que mientras la el BCU interviene inyectando pesos en el mercado para comprar dólares, las tasas de interés que luego paga en las licitaciones de Letras de Regulación Monetaria (LRM) para neutralizar esos pesos incentivan el cambio de portafolios y empujan a la baja el tipo de cambio. “Los rendimientos de los vencimientos a 90 y 180 días de esos instrumentos bajaron esta semana entre 6 y 8 puntos básicos, a niveles de 9,27% y 9,88% respectivamente, mientras que las tasas a 30 días se mantuvieron estables en 8,64%. La inflación fue al cierre del año de 6,55%”, detalló el citado diario.