El atraso cambiario y la pérdida de competitividad constituyen las principales preocupaciones para la Cámara de Comercio y Servicios (CCSU), según se evidenció durante el análisis de coyuntura realizado por el Departamento de Estudios Económicos de la gremial. “Argentina va a seguir en esta relación de precios desfavorables respecto a nuestro país”, aseguró Ana Laura Fernández, economista de la CCSU. Respecto a la actividad local, estimó que tras una primera mitad con impactos negativos, el 2023 tendrá un cierre con mayor dinamismo.
A nivel internacional, Fernández evaluó que por el lado de EEUU hay “mejores noticias”, pero por el lado de China la perspectiva es “menos optimista”. En el primer caso, comentó que la reducción de la inflación permitirá que no se siga endureciendo la política monetaria, lo que para economías emergentes como la nuestra se traduce en mejores condiciones financieras.
Sin embargo, en China la economía sigue creciendo, pero a un menor impulso que el previsto a inicios del año, lo que para mercados como el nuestro puede representar una afectación por el canal real de la economía.
En cuanto a la región, hay dos realidades opuestas. En Brasil hay menores presiones inflacionarias, las perspectivas de crecimiento que se corrigen al alza y mejora la evaluación de la gestión económica. Ello, sumado a la menor demanda de China, llevó a que Brasil recuperara el primer lugar como destino de las exportaciones uruguayas.
Del otro lado, en Argentina las elecciones dejaron en evidencia una mayor fragmentación política y un escenario económico más incierto aún, lo que ha llevado a más inflación y mayor brecha entre el dólar oficial y el blue. “Hacia adelante está clara la necesidad de un plan de ajuste creíble y posible, con un reordenamiento de las variables”, comentó Fernández, aunque estimó que “las perspectivas son poco optimistas”.
“Por lo pronto, Argentina va a seguir en esta relación de precios desfavorables respecto a nuestro país. Quizás no se dé un empeoramiento, pero una Argentina barata para nuestra economía va a seguir por un tiempo”, comentó la experta de la CCSU.
Miti-miti
En cuanto a Uruguay, Fernández mencionó los impactos negativos que se registraron en la primera mitad de 2023, como la sequía, la pérdida de competitividad y el menor dinamismo de la construcción por la finalización de la construcción de las obras de UPM 2 y del Ferrocarril Central.
Sin embargo, espera un mayor dinamismo para el cierre del año y para el comienzo de 2024, debido al crecimiento del empleo y la mejora del poder adquisitivo, el dinamismo de la construcción por proyectos inmobiliarios y obras de vialidad, y el impacto positivo en la industria de la puesta en marcha de UPM 2.
Claramente, el atraso cambiario y la pérdida de competitividad –principalmente con Argentina– constituyen una de las principales preocupaciones para la CCSU. Fernández explicó que el dólar mantiene su tendencia a la baja y que el atraso cambiario del país llega a un 26% si se mira la media histórica, y midiéndola en base a fundamentos macroeconómicos alcanza el 12%. “Lo que está claro es la pérdida de competitividad”, advirtió.
Respecto al salario real, estima que se ubicará en un 2% por encima de los niveles de 2019, aunque alertó que hay sectores con mayores dificultades, como el caso de restaurantes y hoteles, que no lograron recuperar salario ni los niveles de empleo.
Respecto a la situación de comercio y servicios, señaló que atraviesa por una fase de “estancamiento”, pero con una amplia proporción de rubros y empresas con desempeños negativos. Recordó que el índice de difusión (que mide la proporción de variables que registran desempeño positivo) de la encuesta trimestral que elabora la CCSU se ubicó en un 30% a nivel de rubros, lo que implica que, de los 20 rubros, 14 tuvieron caídas en sus niveles de ventas. A nivel de empresa la situación es similar, y el índice de difusión se ubicó en 32%.
