En medio de pronósticos nada alentadores, los líderes europeos no logran acordar la manera en la que deben articularse las ayudas para hacer frente a la crisis económica generada por el combate al coronavirus Covid-19. Hay quienes creen que deben ser subvenciones, otros proponen créditos. Por su parte, el BCE advierte que según su escenario base la economía del bloque se contraerá 9%, pero en el peor de los casos, la contracción podría llegar al 15%.
La cumbre de líderes de la Unión Europea, realizada por videoconferencia ayer jueves, finalizó sin granes avances respecto a cómo debe ser la respuesta económica del bloque ante la crisis.
SI bien respaldan la creación de un fondo de reconstrucción (comparado con el “Plan Marshall” aplicado luego de la Segunda Guerra Mundial para reconstruir Europa) ligado al futuro presupuesto comunitario, discrepan sobre su forma.
“Hemos acordado establecer un fondo de recuperación que es necesario y urgente. Este fondo tendrá una suficiente magnitud y se dirigirá a los sectores y áreas geográficas más afectadas y estará dedicado a esta crisis sin precedentes”, afirmó el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
Los líderes europeos encargaron a la Comisión Europea (CE) que elabore una propuesta concreta, que estará lista a mediados de mayo, donde deberá detallar la manera de incrementar la potencia de fuego del presupuesto comunitario para conseguir financiación en el mercado. La presidenta de la CE, Ursula Von der Leyen, confirmó que aunque no se definió ninguna cifra en concreto, se estaría hablando de una movilización de recursos de «billones» de euros. Las cifras manejadas por las diferentes delegaciones sitúan su potencia de fuego en un piso de 1,5 billones de euros.
Hasta ahí, todos de acuerdo. Sin embargo, los líderes están divididos respecto a la estructura con la cual debería articularse la ayuda. La puja está en si los fondos que se inyecten deben ser subvenciones directas (sin obligación de reembolsarse) o préstamos, tal y como demanda un grupo de países encabezado por Holanda y Alemania.
Von der Leyen afirmó que «será un equilibrio adecuado entre subvenciones y préstamos» debido a la «variedad de opiniones» de los diferentes países. España e Italia los países más golpeados por la pandemia, encabezan el grupo que defiende que las ayudas europeas se articulen mediante subvenciones no reembolsables.
Otro de los puntos de conflicto entre los dos bloques es el periodo de amortización de la deuda que emita la UE para financiar el plan. España propuso la emisión de deuda perpetua, mientras que Holanda y sus aliados rechazan esta solución.
Dos países clave en la negociación son Francia y Alemania. Por un lado, el presidente francés, Emmnuel Macron, advirtió que existen aún importantes discrepancias sobre cómo dar forma al fondo de reconstrucción y aseguró que Francia defiende que sea vía subvenciones. A su entender, ese tipo de transferencias aportarán la respuesta adecuada tanto en el plano «económico, industrial y financiero» como para preservar la unidad.
Por su parte, Angela Merkel valoró que, aunque en los detalles todavía no hay un acuerdo, la cumbre dejó claro que se debe trabajar de forma conjunta. En ese sentido, sostuvo que su país debe estar preparado «para aumentar nuestra aportación al presupuesto europeo» tras reconocer que «a Alemania sólo le va bien si a Europa le va bien». En ese sentido, agregó: «Un fondo para la reconstrucción es indispensable y también va en interés de Alemania».
Impacto profundo
Durante la videoconferencia con los líderes de la UE, la presidenta Banco Central Europeo, Christine Lagarde, lanzó una advertencia a los mandatarios, respecto a que la economía de la zona del euro podría reducirse hasta en un 15% como resultado de la pandemia.
Lagarde explicó los escenarios económicos para la zona euro a consecuencia de la pandemia, detallando que el más grave contempla una recesión del 15% este año, mientras que el escenario base espera una contracción del 9%.