Nuestro país atraviesa por una fase de baja inversión con escaso aporte al crecimiento, salarios reales estancados y un consumo privado que apenas se expandiría este año, según concluye el equipo de análisis de BBVA Research en su último informe Situación Uruguay, donde se analiza el contexto global y local. Ante este escenario, la segunda planta de UPM actuaría como un movilizador tanto de la inversión como del empleo.
Con el foco en las elecciones, las reformas estructurales que necesita Uruguay se harán a un lado este año. En un escenario de mayor inflación, un esquema de salarios nominales decrecientes, y niveles de desempleo relativamente elevados, el poder adquisitivo va en deterioro y, por lo tanto, el consumo privado registra escaso dinamismo. Así surge del informe de BBVA Research, presentado días atrás a la prensa por sus economistas Adriana Haring, Juan Manuel Manías y Gloria Sorensen.
En este contexto, la inversión tendrá un bajo aporte al crecimiento este 2019, aunque la construcción de la tercera fábrica de pasta de celulosa en el país podría actuar como un movilizador tanto de la inversión como del empleo.
En cuanto a la balanza comercial, la mala temporada de turismo erosiona cualquier leve crecimiento de las exportaciones de bienes, por lo que la contribución del sector externo será negativa, señalaron.
En cuanto a la exportación de bienes, se aguarda un aumento por el sector agropecuario, aunque recuerdan que el año pasado los números estuvieron afectados por la mala cosecha de la soja por factores climáticos, lo que repercutió en la balanza de exportaciones. Sin embargo un efecto negativo sobre las exportaciones de soja podría ser la menor demanda china por la fiebre porcina.
Igualmente, el informe señala el deterioro de la cuenta corriente este año debido al deterioro de la cuenta de Servicios Reales, donde se registra una caída del 25% en turismo receptivo y un leve aumento de turismo emisivo. Además, en la medida en que sea palpable el inicio de las obras de la segunda planta de UPM, el resultado por cuenta corriente tendrá la etapa del aumento de importaciones al principio de la obra, y de aumento de las exportaciones al final.
En cuanto a la recaudación impositiva, desde BBVA señalaron que los impuestos asociados al consumo son los más castigados, y, en términos reales, el IVA en el primer trimestre de este año se encuentra casi en los niveles del primer trimestre del año pasado, mientras que el Imesi está prácticamente un 5% debajo de igual periodo de 2018.
El gasto corriente como porcentaje del PIB, lejos de reducirse, muestra una tendencia creciente en los últimos años. A la vez, figura una mejora transitoria del resultado fiscal que permite posponer las reformas necesarias para reducir el gasto público.
Las proyecciones de los economistas indican que el déficit fiscal alcanzará este año un 3,1% del PIB y un 2,7% del PIB en 2020. No obstante, aún no se ve la consolidación, ya que el déficit solo baja por un efecto transitorio. Mejorar las cuentas públicas requiere de una reforma del sistema previsional que mejore los ingresos de manera permanente y que minimice los gastos corrientes, según evaluaron.
La deuda pública uruguaya cerró 2018 en 64,2% del PIB y la tendencia continúa siendo hacia la desdolarización. El peso uruguayo aceleró su depreciación desde finales del primer trimestre de este año, por lo que BBVA Research indica que existe un riesgo de contagio si en Argentina la crisis de confianza continúa presionando la tasa de cambio. Para este año, se pronostica una inflación cierre en 8% y para 2020 prevé un aumento de precios de 6,8% por la aceleración del tipo de cambio.
La situación en el mundo
El mundo desacelera su crecimiento y la guerra comercial entre China y Estados Unidos -que tiene un importante trasfondo tecnológico como lo muestra el conflicto con Huawei- tendría efectos negativos en todos los países. La palabra clave en este entorno es “incertidumbre”. La última guerra comercial tuvo lugar en el año 1930, época en donde el mundo era completamente otro. Mientras tanto, se siente la necesidad de un acuerdo comercial entre el gigante asiático y Estados Unidos, los aranceles nunca estuvieron tan bajos en el mundo. En tanto, si bien desde BBVA advirtieron la posibilidad de un ligero repunte en el corto plazo a nivel mundial, el menor dinamismo de la actividad, respecto a los últimos trimestres, se mantendría.
En tanto, América Latina mantendrá un crecimiento por debajo del 2% este año. La desaceleración del crecimiento global y los menores precios de las materias primas impulsan a que el crecimiento de la región continúe por debajo del observado entre los años 2010 y 2013. A la vez, la falta de dinamismo de la actividad económica podría explicarse por el menor ímpetu para reafirmar políticas.
Los países con mayor crecimiento en la región son Perú, Paraguay, Colombia y Uruguay. Estos han podido crecer más y de manera más estable debido a políticas macroeconómicas más prudentes y constantes, señalaron los economistas.
Dentro de ellos, Uruguay fue el único de la región que evitó recesiones gracias al mantenimiento de políticas económicas que aseguraron una estabilidad, pero el panorama es complicado para nuestros principales socios comerciales. Argentina registrará una caída del PIB de 1,2% este año, esperándose una recuperación del 2,5% para 2020. A la vez, se aguarda que el país volverá a los mercados financieros mundiales y que la relación deuda / PIB pase del 85% de 2018 al 83% en 2019 y al 75% el año entrante. Si bien el proceso electoral conlleva incertidumbres, no se espera un cambio radical en las políticas económicas.
En el caso de Brasil, todo indica que la adopción de las reformas económicas, como las de seguridad social, serán lentos y limitados. Esto, sumado con la moderación en el crecimiento mundial, limitará la capacidad del país para crecer en los años siguientes.