En noviembre Luis Lacalle Pou se reunirá con el presidente estadounidense Joe Biden en el marco del programa Alianza para la Prosperidad de las Américas, y con el chino, Xi Jinping, en busca de avanzar en las negociaciones por el Tratado de Libre Comercio (TLC). Al respecto, CRÓNICAS dialogó con Ignacio Bartesaghi, especialista en comercio exterior, y con Gonzalo Oleggini, consultor en asuntos internacionales y logística, quienes coincidieron en que Uruguay, ante un escenario de polarización, no puede perder a ninguna de las dos potencias como clientes.
La semana pasada, al regreso de su viaje a Estados Unidos, donde participó de la Asamblea General de las Naciones Unidas, Luis Lacalle Pou anunció que volverá a viajar al país norteamericano el próximo 3 de noviembre para reunirse con Joe Biden, quien lo invitó a participar en un encuentro que tendrá como fin profundizar en la Alianza para la Prosperidad Económica de las Américas (APEP, según sus siglas en inglés).
En el mismo mes, el mandatario también viajará a China en busca de avanzar en las negociaciones con el gigante asiático por el TLC, un objetivo que ha estado marcado por la actual administración desde marzo de 2020.
Ambos viajes enmarcan las ambiciones de Uruguay en cuanto a su comercio exterior y la profundidad de sus vínculos en las relaciones con los principales exponentes de la economía mundial.
Para Ignacio Bartesaghi, es “muy importante” medir las expectativas, y lo que se puede esperar de ambas reuniones es una “profundización de las relaciones con la primera y la segunda potencia a nivel mundial”.
Primera parada, Washington
La APEP es una propuesta de Estados Unidos que busca generar inversión norteamericana en los 10 países integrantes del tratado, y que según lo entiende Gonzalo Oleggini, “es una iniciativa que intenta hacer un contrapeso con la histórica ruta de la seda de China”.
Una expectativa a dejar en claro con respecto a este viaje es que no se juegan preferencias comerciales para los países invitados, sino que refiere a comercios e inversiones. Así lo explicó Bartesaghi, que agregó que de este acontecimiento “se puede esperar profundizar y darle contenido a una propuesta de corte general” que se hizo en la Cumbre de las Américas y que Estados Unidos comienza de cierta forma a querer implementar con los a los países que invitó a Washington en noviembre.
Otro aspecto a tener en cuenta es que esta reunión se desarrollará en el marco de un Estados Unidos que presta atención a Uruguay, que coincide en la visión del gobierno de Lacalle Pou en cuanto a asuntos de la agenda hemisférica, y en particular en la posición que se ha adoptado en relación a Venezuela y Nicaragua, y a la defensa de derechos humanos.
“Lo importante entre Uruguay y Estados Unidos hoy es que en los últimos meses se ha logrado darle contenido a una agenda que antes era muy difusa y de reacción, y que ahora parece haber un Estados Unidos que plantea una agenda con algunos países de América Latina, pero también una específica con Uruguay en el marco de la propuesta del Senado con respecto a preferencias y visas”, destacó el especialista en comercio internacional. Asimismo, agregó que “es una reunión importante y relevante, porque siempre lo es visitar Washington y tener una relación cercana, pero yo no tendría una expectativa exagerada”.
Para Oleggini, al no negociarse aranceles ni cuotas en esta oportunidad, lo importante pasan a ser las inversiones y cómo Uruguay “logra mostrarse en ciertos sectores” para atraer inversiones estadounidenses.
Segundo destino, China
Las conversaciones con China por un TLC se han visto estancadas luego de que Brasil mediara entre las negociaciones de ambos países y el Mercosur manifestara disconformidad con el afán aperturista de Uruguay, impidiendo que este avance unilateralmente con el gigante asiático.
“Tenemos claro que China no quiere firmar un acuerdo comercial con Uruguay de forma bilateral, pero que en algún momento podría planteárselo con el Mercosur”, puntualizó Oleggini.
Pero a su entender hay un aspecto clave en la reunión de noviembre: la diplomacia presidencial. “La diplomacia presidencial es importante y en este viaje se puede jugar mucho en ese caso frente a la posibilidad de terminar de cerrar o no la puerta para ese acuerdo comercial”, resaltó.
Para Bartesaghi, la clave de la reunión con XI Jinping, presidente de China, es que Lacalle Pou se presente con una agenda “fuerte” de inversiones, de cooperación, que apunte a seguir abriendo el comercio y “deje abierta” la posibilidad de plantear nuevamente el TLC, de manera que se pueda “aumentar el grado de amistad” con China, para que Uruguay sea considerado como una asociación estratégica integral.
El contexto global actual: proteccionismo y una globalización atravesada por la geopolítica
El mundo hoy está marcado por el nivel de enfrentamiento entre China y Estados Unidos, que atraviesa su peor momento en décadas, y por el ingreso a una nueva época marcada por las discusiones de ambas potencias.
Oleggini entiende que “estamos en un momento de ajuste en el proceso de globalización, que tiene un componente geopolítico y de seguridad, en ese mano a mano entre Estados Unidos y China” que lleva a que ese ajuste de la globalización, que es “sobrevolado por la geopolítica y la seguridad”, produzca un mundo “nuevamente polarizado”. Eso, agregó, genera inconvenientes para los países pequeños como Uruguay.
Ambos especialistas coincidieron al respecto de que Uruguay no puede perder ni a China ni a Estados Unidos como clientes y la metáfora que utilizó Oleggini para ilustrarlo fue que “Uruguay tiene que jugar un partido en el que debe estar con el mismo equipo en las dos canchas”.
Por su parte, Bartesaghi interpretó que “sería un grave error elegir por uno o por otro en la política internacional. Tenemos que tener una apertura con los dos como también lo tenemos que tener con el sureste asiático, con India y con Europa, siempre y cuando se mantengan las condiciones actuales de las tensiones”.