El anuncio de la Reserva Federal estadounidense (Fed) de que no aumentará sus tasas de interés este año, representan para Uruguay “un respiro” y “algo de tiempo” para poner el foco en las cuentas públicas, según evaluaron economistas consultados por CRÓNICAS. Sin embargo, interpretan que el año electoral deja poco margen de acción para llevar a cabo políticas que enfrenten las problemáticas.
Por Ignacio Palumbo | @ignacio_palumbo
No sorprendió demasiado pero confirmó lo que el mercado estaba esperando: la Fed anunció la semana pasada que no continuará con su política de aumento de tasas al menos durante este año, como lo preveía hacer tan solo unos meses atrás.
Los motivos de la decisión son variopintos: augurios de una recesión en Estados Unidos hacia 2020, tensiones comerciales a nivel global, y una creciente incertidumbre en Europa en cuanto a un Brexit cada vez más propenso al caos.
Esta noticia parecería ser una buena nueva para las economías emergentes, entre ellas Uruguay. A causa de la baja de tasas, implica un mayor atractivo para la inversión en estos países y representa la posibilidad de salir al mercado en busca de financiamiento a un costo menor, lo que le puede dar una mano al crecimiento.
Para conocer los posibles impactos de esta decisión, CRÓNICAS dialogó con varios expertos que dieron sus visiones al respecto y opinaron sobre qué podría hacer Uruguay para aprovechar una oportunidad en el marco de un año electoral.
Buenas noticias… o no
De acuerdo con Hernán Bonilla, director del Centro de Estudios para el Desarrollo (CED), esta nueva realidad “nos da un respiro”, ya que nos beneficia “en cuanto al diferencial de tasas que hace que puedan seguir llegando capitales”. Esto puede llegar a través de inversión extranjera directa u “otras formas”, explicó.
Además, le provee al país más tiempo “para procesar la adecuación” para poner “en una trayectoria razonable” sus cuentas fiscales. Si bien señaló que “no cree” que cambie la estrategia económica del gobierno, “creo que sí nos están dando más tiempo para empezar a portarnos bien”.
Aunque sus colegas Matilde Morales, de PwC, y Santiago Rego, de CPA Ferrere, acompañaron en líneas generales la visión de Bonilla, le encontraron una contracara al asunto.
Morales explicó que la relación entre mayores inversiones y un menor dólar “no es tan directa”, ya que “hay otros factores que afectan cuando salimos del laboratorio”. “Por ejemplo, si bien la teoría dice que ante el anuncio de la Fed de mantener las tasas durante todo el año debería ser un elemento que debilite al dólar, el efecto tras el anuncio fue el contrario”, reconoció la experta.
Asimismo, si se mira la serie de tipo de cambio en un lapso largo de tiempo “vemos que como tendencia la moneda en Uruguay sigue la misma evolución del dólar a nivel internacional”, indicó; “pero en el corto plazo, la situación regional tiene un impacto importante en la plaza local”.
Rego, mientras tanto, opinó que este ciclo “financieramente favorable” se debe a “un mundo un poco más adverso en términos de crecimiento”. Es decir, un mundo que crece menos y que “puede ser” que se enfríe la demanda global, “desde el punto de vista real es una noticia no tan buena”. En este sentido, si bien el país puede acceder a buenas condiciones de financiamiento, “desde el punto de vista de la actividad global probablemente el mundo sea un lugar un poco más complejo”.
Arrinconados
A pesar de cualquier oportunidad tanto de mayor financiamiento como de una pausa para enfrentar las cuentas públicas, los expertos reconocieron que hay poco margen de acción.
Las próximas elecciones nacionales, históricamente, demuestran que es “acotado” el margen de maniobra para aprovechar la oportunidad. “Lo que debería hacerse desde el punto de vista económico creo que es poco realista desde el punto de vista político”, expresó Bonilla.
A esto se le suma la situación regional: la volatilidad que pueda venir de los países vecinos, en particular de Argentina, pueden causar un efecto de poco avance en la política económica uruguaya.
“Argentina mantiene fuertes desequilibrios macroeconómicos, la actividad no mejora (…) y sus vulnerabilidades financieras han ido creciendo. Argentina está complicada y sobre todo, cuando piensa en la óptica de Uruguay, el evento argentino puede llegar a ser un evento complejo, este año y probablemente el que viene”, reflexionó Rego.
Lo que se viene
Pensando más allá del 2019, el futuro de la Fed parece incierto. Respecto a sus decisiones sobre las tasas de interés, Bonilla y Rego mostraron posiciones opuestas.
El director del CED dijo que “ha aumentado” la probabilidad de que disminuyan la tasa de interés en 2020. “Puede haber cambios en sus decisiones políticas”, explicó, “depende qué estén priorizando -si van a priorizar crecimiento, empleo o la inflación- qué decisiones van a ir tomando”.
En tanto, Rego fue por el camino contrario. Según comentó, para el año que viene “esperan subir la tasa unos 25 puntos básicos más”. Sin embargo, señaló que “eso el mercado no lo está creyendo”, ya que en este aspecto sí se espera una baja. “Y si los mercados están pensando en eso es porque están viendo que la probabilidad de recesión en 2020 es alta”, advirtió.