La semana pasada, el exdirector de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), Álvaro García, dialogó con CRÓNICAS sobre aspectos políticos. En la charla, también hizo alusión a temas económicos que publicamos en esta edición. Así, se refirió a cómo Uruguay inicia el 2021 en materia económica y de desarrollo. A su entender, el gobierno de Luis Lacalle Pou “está generando retracción” al elaborar políticas que “disminuyen el bolsillo de la gente”. Además, argumentó que Uruguay “está yendo a contramano del mundo” ya que los países están asumiendo más gasto para tener que gastar menos en el futuro. Esto costará deterioros sociales y pérdidas de empresas al país, vaticinó.
Por Ignacio Palumbo | @ignacio_palumbo
– ¿Qué análisis hace de la economía regional y global al comenzar el 2021?
– A nivel internacional, los países van en un sentido diferente a lo que Uruguay está impulsando en su política económica. El mundo está yendo a una política monetaria expansiva, a una baja tasa de interés, y desde el punto de vista fiscal los países están apuntando a mayores niveles de gasto, básicamente para sostener el tejido empresarial y el tejido social ante un shock de este tamaño, cosa que implica también mayores niveles de deuda. Y eso es un problema sistémico a esta altura. Hasta el propio Fondo Monetario Internacional (FMI) está siendo muy claro en que esta es la política que ellos recomiendan en este momento.
En este contexto donde los países están yendo a mayores niveles de gasto para sostener todo el tejido empresarial, a través de gasto directamente o de reducción de impuestos, o a través de mecanismos de fomento del crédito -de manera muy expansiva y agresiva-, esto está llevando a una situación mundial de debilidad del dólar y los precios de los principales commodities.
Ahí Uruguay se está viendo beneficiado -tema arroz, soja, carne y lácteos que han logrado una cierta estabilidad-, y esos son sectores en los cuales les ha ido bien con la crisis.
Entonces, en este mundo con un dólar debilitado, con una vuelta de flujo de capitales emergentes, con un mayor apetito por el riesgo, y la salida del dólar como reserva de valor de calidad -por lo menos temporalmente- pueden existir oportunidades. Además, la región está muy complicada, con devaluaciones importantes en Argentina y Brasil, y el tipo de cambio real no nos favorece.
– ¿Cómo se sitúa Uruguay, entonces, en este contexto regional y mundial?
– Lo que veo como panorama general, teniendo en cuenta el tipo de políticas impulsadas -LUC, Ley de Presupuesto, y las pautas salariales- es que a nivel económico el ajuste fiscal que el gobierno está realizando va a ser soportado mayoritariamente por los salarios y las jubilaciones. Porque son las primeras pautas salariales las de 2020 que incluyen explícitamente la reducción del salario real que se dará en 2020 y también en 2021. Pero esa reducción de salarios, que se traslada en sus ajustes de jubilaciones reales negativas, va a ayudar a aliviar la carga fiscal.
Lo va a lamentar la gente, los asalariados, los jubilados -una cantidad importante de la población del Uruguay-, y lo van a sentir las empresas, porque el mercado interno también se va a ver severamente afectado por este problema.
Entonces, si a la pandemia le agregamos estas caídas de los ingresos de la gente, estamos ante una situación social muy compleja y de deterioro muy importante.
Lamentablemente, el impacto social lo vamos a ver en la economía, porque un gran tractor en los últimos 15 años ha sido el incremento del consumo y del gasto en el mercado interno.
“Si a la pandemia le agregamos estas caídas de los ingresos de la gente, estamos ante una situación social muy compleja y de deterioro muy importante”.
– En este sentido, el Frente Amplio pide incrementar el gasto y atender a los sectores vulnerables. ¿No es demasiado delicada la situación fiscal para ello? ¿No corremos el riesgo de perder el grado inversor que costó tanto recuperar?
– Si nosotros generamos políticas que disminuyan el bolsillo de la gente -contrariamente a lo que dijo el presidente-, porque se va a disminuir el salario y las jubilaciones, nosotros estamos generando retracción económica, por lo menos a nivel de mercado interno.
Otra parte de la respuesta la mencioné recién: que Uruguay está yendo a contramano del mundo porque los países están asumiendo más gasto para tener que gastar menos en el futuro, porque vamos a tener deterioros sociales muy importantes a nivel local. Vamos a tener pérdida de empresas si no fortalecemos las políticas de apoyo, y estamos yendo a contramano de lo que se está recomendando a nivel internacional.
Y como este es un tema sistémico, yo creo que las calificadoras de riesgo van a tener que considerarlo en sus decisiones, indudablemente. Porque si no, dejarían al mundo sin grado inversor, prácticamente. Estamos viendo niveles de déficit muy altos en países que no los tenían.
La reforma en cuestión
– ¿Cómo ven desde el FA la discusión sobre el debate de la seguridad social, y por dónde cree que se debería ir?
– Yo creo que hay dos elementos básicos, dos premisas esenciales en este tema.
Una es que Uruguay necesita una reforma de la seguridad social. En nuestro propio estudio de largo plazo en la Dirección de Planificación de OPP queda muy claramente establecido que hacia 2050 nuestra población va a tener un envejecimiento muy pronunciado; cosa que no hay que mirarlo con malos ojos. Los países más desarrollados tienen mayores esperanzas de vida en sus poblaciones, por tanto, eso es bueno, pero implica un desafío importante a la hora de la sostenibilidad del sistema de la seguridad social. Por eso es muy importante llevarlo adelante.
Segundo punto, paralelo a esto, es que esa reforma tiene que ser integral. No podemos estar pensando que solamente vamos a reformar algunas de las cajas. Se hicieron reformas parciales de todas las cajas, y siguen con problemas. Además, hay inequidades y desequilibrios muy importantes entre las diferentes cajas. Yo creo que es el momento de considerar al Banco de Previsión Social (BPS) -que alberga la mayor cantidad de gente-, pero también todas aquellas cajas públicas y privadas que forman parte del sistema.
El billete verde
– El gobierno está intentando desdolarizar la economía, algo que varios gobiernos ya han intentado con distinto éxito, pero sin lograr consolidar un cambio. ¿Ve acertado este rumbo?
– No, sin duda, uno de los principales objetivos de la política económica del FA -sobre todo en los primeros tiempos y que se mantuvo después- era disminuir el riesgo cambiario en la deuda uruguaya. Esto es, ir paulatinamente pasando de mayores niveles de deuda en pesos que de dólares, y eso se fue logrando con mucho éxito durante muchos años.
Por tanto, esa me parece que es una política que es importante mantener.