La globalización y la digitalización de la economía han generado importantes desafíos para los regímenes tributarios internacionales, y la creciente preocupación de organismos multilaterales para evitar una “competencia fiscal nociva”. Así lo aseguró el subsecretario del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), Alejandro Irastorza, durante las Jornadas Tributarias de la Dirección General Impositiva (DGI), asegurando que Uruguay está comprometido para cumplir con estos estándares internacionales y que por ello ha introducido cambios en su esquema tributario.
Esta semana se realizaron las Jornadas Tributarias de la DGI, nuevamente en formato virtual, con disertaciones agrupadas sobre dos grandes bloques temáticos. El primero, realizado el martes 29, abarcó presentaciones sobre las perspectivas a futuro de la tributación internacional, la incidencia que tiene la globalización y la digitalización de la economía en la capacidad de recaudación, los desafíos que implican las nuevas tecnologías. El segundo, que tuvo lugar el miércoles 30, refirió a “los fines extrafiscales de la tributación”, donde se habló de cuestiones demográficas, y los impactos de determinados impuestos en promover o desincentivar determinadas políticas.
El evento comenzó con comentarios del viceministro de Economía, Alejandro Irastorza, quien se refirió a “las perspectivas a futuro de la tributación” y los desafíos normativos que involucran a Uruguay. Destacó que la globalización y la digitalización de la economía, un proceso que ya venía de antes pero que fue amplificado por la pandemia, implica un gran desafío para la tributación internacional. “En un contexto donde las actividades transfronterizas aumentan en forma exponencial y además se extienden más allá de los grupos multinacionales, la fiscalidad internacional cobra cada día mayor importancia a nivel global y a nivel país”, destacó el subsecretario. En tal sentido, afirmó que los regímenes nacionales “no pueden ni deben operar de forma aislada” y por ello se hace necesaria la cooperación y coordinación entre Estados, para garantizar la recolección de recursos públicos apropiados para satisfacer las necesidades de la ciudadanía.
A su entender, los mecanismos multilaterales de cooperación, intercambio de información tributaria y de asistencia, cobran “especial fuerza”, y agregó que Uruguay acompaña esa tendencia global.
Reconoció que a nivel internacional –de la mano de la globalización– existe una creciente “preocupación por la competencia fiscal nociva”, en particular por parte de la OCDE y de la Unión Europea, y que ha llevado a que Uruguay realizara modificaciones en su esquema tributario. “Uruguay ha asumido compromisos y ha cambiado sus reglas para cumplir con los altos estándares internacionales”, afirmó Irastorza.
El jerarca también destacó que desde el MEF se ha priorizado “garantizar la equidad de nuestro sistema tributario” y por ello se ha avanzado en políticas de devolución de IVA para sectores vulnerables de la sociedad, o la reducción de tributos para promover la construcción de viviendas.
Desafíos
Luego de la apertura de Irastorza, se desarrolló la conferencia internacional “Plataformas digitales y requerimientos de información y retención”, que estuvo a cargo de Juan Manuel Vázquez, de la Universidad de Ámsterdam (ver recuadro).
Tras su disertación, se realizó el panel entre universidades y el MEF titulado “Desafíos fiscales de las nuevas tecnologías”, donde se analizaron los retos que implica la incorporación de nuevas tecnologías a nivel de política tributaria y administración de los tributos. Allí se abordaron temas referidos a criptoactivos, inteligencia artificial, derechos de los contribuyentes, transparencia, impuestos al consumo y a la renta, estándares de fiscalidad internacional, entre otros.
El panel estuvo integrado por Cecilia Sande, de la Universidad ORT, que realizó la presentación “Tratamiento tributario de los criptoactivos”; Andrés Hessdörfer, de la Universidad de Montevideo, que expuso sobre “El desafío de los activos virtuales para los sistemas de intercambio de información”; y finalmente Martín Studer, del MEF, que habló sobre “Nuevas tecnologías e imposición al consumo”.
Los medios y el fin
La segunda jornada de actividades se centró en “Los fines extrafiscales de la tributación” que tuvo la conferencia internacional a cargo de Elizabeth Gil García, de la Universidad de Alicante, España, que expuso sobre “Envejecimiento y tributación”.
Tras su ponencia, tuvo lugar un panel entre universidades y la DGI, donde se apuntó a abordar la finalidad extrafiscal de los tributos, en particular, los fines extrafiscales de los tributos vigentes en Uruguay, el estado de situación actual, y se realizaron recomendaciones a futuro. Dentro de estos objetivos extrafiscales, se refrieron a aquellos tributos enfocados en vivienda, turismo, ambiente, educación, I+D o proyectos de inversión.
Javier Bugna, de la Universidad Católica, realizó la presentación “Beneficios fiscales para la construcción y comercialización de inmuebles”; Marcelo Alegre, de la Universidad de la República, expuso sobre “Tributación y ambiente” poniendo el foco en el sector transporte, y finalmente Fernando Pelaez, de la DGI, se refirió a la “Devolución del IVA a hogares y personas en situación de vulnerabilidad socioeconómica”.
El rol de las plataformas digitales en la lucha contra la evasión
Juan Manuel Vázquez, de la Universidad de Ámsterdam, centró su exposición en las plataformas digitales y en el rol que estas juegan en la lucha contra la evasión fiscal. Destacó que “la revolución” de las plataformas “ya sucedió hace tiempo”, en el cual ya pasaron los efectos positivos de su impacto sobre la economía, y ahora avanzan en una etapa donde preocupan sus efectos negativos.
Este escenario de vacío legal llevó a que hubiese “una ola de iniciativas regulatorias” a nivel internacional. Destacó que el foco en primera instancia estaba en cómo fiscalizar a estas plataformas en sí mismo, pero luego se observó que estas no solo habían perfeccionado su actividad económica sino que se habían generado “actividades completamente nuevas”. En ese sentido, comenzó a preocupar cómo fiscalizar a los usuarios de estas plataformas, ya sea un chofer de Uber, alguien que alquila un apartamento por Airbnb, o da clases de yoga online. “Los fiscos empiezan a darse cuenta de que los ingresos de estos contribuyentes no están pagando su porción de impuestos”, sostuvo Vázquez.
Esto trae como perjuicio una gran pérdida fiscal, les brinda una ventaja competitiva a estos vendedores de plataformas respecto a los tradicionales y lleva a la proliferación de medidas unilaterales.
En ese sentido, evaluó que las plataformas tiene un rol para jugar en la lucha contra la evasión, y se enfocó en las reglas de modelo de la OCDE y DAC7, que implica la introducción de obligaciones de presentación de informes e intercambio de información sobre las ventas realizadas a través de plataformas digitales y que entrará en vigor en 2023.
El objetivo, afirmó, es “generar efecto disuasivo” para cerrar la brecha fiscal (de impuestos directos e indirectos); “crear un campo de juego nivelado y evitar la proliferación de regímenes unilaterales”, y la “armonización y reducción de los costos de compliance (cumplimento de obligaciones ante el fisco) para los operadores de plataformas”.