El Centro de Estudios para el Desarrollo (CED) presentó la edición 2022 de su investigación con relación al Índice de Vulnerabilidad Comercial (IVC), la cual refleja los datos relevados durante el año 2021. Puntualmente, el IVC Preferencias (IVC-P) bajó 1 punto porcentual y el IVC Integral (IVC-I) aumentó 3,3 puntos porcentuales, ambos con respecto al año 2020. El economista e investigador de la institución, Ignacio Umpiérrez, conversó con CRÓNICAS y brindó algunos detalles al respecto.
El especialista subrayó que se trata de una edición del índice en la que se reconstruye “una película hacia atrás, aportando mayor valor y riqueza al análisis de los datos”. Umpiérrez destacó que lo que se evidencia a grandes rasgos es que “Uruguay ha estado estancado en los últimos años en materia de inserción comercial, específicamente en lo que tiene que ver con las preferencias arancelarias”.
En lo que concierne a las preferencias arancelarias es que se construye el IVC-P, el cual indica cuánto más vulnerable es un país con relación a cuántos más aranceles se deben pagar para ingresar a los mercados de destino. En el caso de Uruguay, el documento refleja una vulnerabilidad de 55,4 puntos porcentuales, lo que en otras palabras quiere decir que el 55,4% de las exportaciones uruguayas han ingresado a países con los que no tienen preferencias arancelarias algunas.
El otro factor que es tenido en cuenta por el informe es la concreción de exportaciones a un mismo destino. Específicamente, los datos del IVC-I penalizan a los países que concentran más de un 15% de sus exportaciones en un mismo destino. Los datos para Uruguay son de 38,7 puntos porcentuales, lo que de otra forma quiere decir que 38,7% de sus exportaciones se realizó sin preferencia comercial alguna.
La leve caída del IVC-P, según el estudio, no responde a una mejora en la inserción comercial, sino simplemente a pequeños cambios en los pesos relativos de los principales destinos de exportación. Por otra parte, se indica que el aumento en IVC-I tiene que ver con la mayor incidencia relativa de China como destino final de las exportaciones.
Para Umpiérrez, como están dadas las cosas actualmente, se puede decir que “cuando China tiene cada vez más incidencia en nuestras exportaciones, claramente la vulnerabilidad comercial se acentúa”. Explicó que esto es una consecuencia lógica de que cada vez más exportaciones tengan como destino un mercado sin preferencias arancelarias.
Actualmente un 28% de las exportaciones uruguayas tienen como destino a China, por lo cual los pagos de aranceles significan un importe aproximado de US$ 130 millones, indicó el economista.
El TLC con China y el Mercosur
Al ser consultado por la posible firma de un TLC con el país asiático, el investigador subrayó que desde un punto de vista dinámico no solo se obtendrían ventajas arancelarias, sino también en lo que respecta a la diversificación de productos y sectores exportadores. “Eso es lo que ha demostrado la evidencia, hay países como Chile o Nueva Zelanda que han firmado acuerdos de libre comercio con China y no solamente han aumentado su comercio, sino también la cantidad de productos que le venden”, resaltó.
China no es el único mercado importante al que Uruguay exporta sin preferencias arancelarias. Los datos indican que un 14% del total de las exportaciones tienen como destino la Unión Europea y un 6% Estados Unidos.
La responsabilidad de no haber podido avanzar en los últimos 20 años hacia acuerdos comerciales con estos mercados, según Umpiérrez, tiene que ver con que “el Mercosur ha firmado relativamente pocos acuerdos y estos han sido bastante irrelevantes para Uruguay desde el punto de vista de lo que representan en sus exportaciones”.
El entrevistado hizo énfasis en que el Mercosur se ha ocupado de cerrar acuerdos con mercados regionales, pero que, sin embargo, los principales destinos de las exportaciones de Uruguay se encuentran en otras partes del mundo. La agenda del bloque, según consideró, ha generado “un rezago respecto a la inserción comercial de otras economías latinoamericanas, como el caso de Chile o Perú, o economías competidoras en el mercado, como Australia o Nueva Zelanda”.
El especialista no descarta al Mercosur como herramienta, “siempre y cuando logre la apertura y la flexibilización necesaria para que Uruguay pueda tener acuerdos comerciales con más países”.
El Transpacífico y la Unión Europea
Una cuestión que en los últimos tiempos ha estado sobre la mesa es la posible adhesión al Cptpp (Acuerdo Amplio y Progresista de Asociación Transpacífico). Para el economista, si bien en principio esto no sería relevante dado el actual panorama de exportaciones, desde el punto de vista dinámico sí tendría cierta importancia en lo que respecta a la vulnerabilidad comercial.
“La adhesión a un tratado donde hay preferencias comerciales claramente nos pone en una situación de diversificar ya no solamente el producto como en el caso de China, sino también los destinos”, afirmó.
En lo que respecta a la factibilidad de un acuerdo con la Unión Europea, Umpiérrez se mostró optimista. Entiende que es “el acuerdo que está más cercano a materializarse” y que una vez que el bloque europeo dé el visto bueno, es posible que Uruguay por su alto acuerdo político al respecto, sea “el primer país del Mercosur en ratificarlo”.