El Banco Mundial publicó un informe con foco en la integración comercial de América Latina, donde destacó su directa relación con el desarrollo económico. A propósito de ese estudio, expertos consultados por CRÓNICAS resaltaron la importancia de una mayor apertura comercial. Respecto a los efectos negativos sobre algunos sectores de actividad, el economista Ignacio Munyo aseguró que esos puestos de trabajo ya están en jaque por los avances tecnológicos. En tanto, el investigador Gonzalo Oleggini valoró necesario un “apoyo importante” a la internacionalización de las pymes.
Por Ignacio Palumbo | @ignacio_palumbo
La semana pasada, el Banco Mundial (BM) para América Latina y el Caribe publicó su informe semestral sobre la situación económica de la región y en particular, el eje del trabajo estuvo en la integración comercial y en su incidencia sobre el desarrollo. De acuerdo al organismo multilateral, esta asociación sí es posible, pero sólo si se cumplen ciertas condiciones.
Entre ellas, el BM destaca tres: En primer lugar, mirar más allá de la región para realizar acuerdos comerciales, argumentando que los acuerdos Norte-Sur beneficiarían sustancialmente a los países latinoamericanos. En segundo orden, aprovechar las oportunidades que hagan a los mercados más competitivos y eficientes. Y cuarto y último, neutralizar los efectos negativos que puede tener sobre algunos sectores de actividad de la región, la mayor apertura comercial.
A raíz de este trabajo cabe preguntarse cual debería ser el rumbo que debería adoptar Uruguay en materia de inserción internacional, teniendo además en cuenta las diferencias que puede tener nuestro país -por un tema de escala- respecto a los demás países de América Latina.
En ese sentido, CRÓNICAS conversó con varios expertos que coincidieron con las observaciones realizadas por el BM, y explicaron qué puede hacer Uruguay para abrirse más hacia el mundo.
Uruguay pa’ todo el mundo
Para Ignacio Munyo, director del Centro de Economía del IEEM de la Universidad de Montevideo (UM), el BM “le pega en el clavo” al encarar el tema de la integración comercial. “Ahí se juega gran parte de las perspectivas futuras de la región en general y de Uruguay en particular”, apuntó el economista.
A su entender, se observa una tendencia dentro de Uruguay que refleja mayores coincidencias respecto a la conveniencia de contar con una economía más abierta, pero lamentó que ello “no se termina de concretar en los hechos”.
El experto también rechazó el argumento de defender los puestos de trabajo que podrían perderse por la mayor apertura comercial en algunos sectores, argumentando que en los hechos, esos puestos ya están en jaque. Explicó el proceso de actualización tecnológica y de automatización de algunas tareas, ya está generando cambios en el mundo de trabajo que implicará pérdida de empleos. En ese sentido, instó a “no incorporar en el debate” aquellos costos que en realidad no hay que asignarlos a la apertura comercial, sino al desarrollo tecnológico “que difícilmente se pueda frenar”.
Por su parte, Gonzalo Oleggini, investigador en negocios internacionales indicó que el país necesita de más acuerdos comerciales, para desarrollar su mercado exterior lo más posible. Estados Unidos, China, Corea del Sur, Japón, Singapur o Australia fueron algunos ejemplos nombrados por el experto.
Asimismo, añadió que faltan más políticas activas para generar valor agregado en la oferta exportable, así como también un apoyo importante a la internacionalización de las pequeñas y medianas empresas (pymes). “Algo se hace a partir de Uruguay XXI”, reconoció, pero debería ser “mucho más fuerte” ya que, para las pymes “es muy difícil salir” a vender al resto del mundo.
Mejorar los costos
En tanto, desde la Unión de Exportadores (UEU) manifestaron que el comercio uruguayo se enfrenta a diversas trabas que generan “dificultades de fluidez”. Esto influye, como consecuencia, en el dinamismo del mercado nacional.
Así lo expresó Teresa Aishemberg, secretaria ejecutiva de la gremial de exportadores.
En cuanto a las expectativas de mejora, la situación no parece favorable. “Para adelante lo único cierto es la incertidumbre”, opinó en referencia a la coyuntura argentina y también al dilema del Brexit en el Reino Unido.
De esta manera, instó a seguir trabajando para aumentar la cantidad de mercados, “siempre y cuando podamos ser competitivos”. A su entender, se debería tomar una política integral donde bajen los precios internamente para que las empresas del país puedan exportar, ser competitivas y rentables.
Dentro o fuera del bloque
Tanto Oleggini como Munyo concordaron en que el país debería negociar por fuera del Mercosur, avanzar y no condicionar su política al bloque integrado por los países vecinos.
Sin embargo, Oleggini remitió a la normativa que obliga a las cuatro naciones a negociar entre el bloque. Entonces, según opinó, en tanto el Mercosur no haga más negociaciones comerciales, Uruguay debería replantearse su posicionamiento dentro del bloque.
Munyo, por su parte, dijo que Uruguay ha utilizado al bloque económico como excusa para no cerrar acuerdos comerciales. Por ello, para Munyo el primer obstáculo es a la interna del país, por lo que una vez que haya un nuevo Parlamento a partir del año próximo “se van a dar las condiciones para que el país pueda generar a fondo en una agenda de mayor apertura”.