La reconversión energética que realizó el país hace algunos años, le permite actualmente ser uno de los líderes a nivel latinoamericano en factores ambientales, según destacó Mainzer en un evento organizado por la Academia Nacional de Economía. También resaltó la calidad institucional de Uruguay, siendo la única democracia plena en América Latina, lo que constituye un capital importante para atraer inversiones.
En una charla organizada por la Academia Nacional de Economía, Bárbara Mainzer, quien posee el Certificate in ESG Investing de FA Institute, explicó las ventajas que tiene Uruguay en cuanto a factores ESG. Esta sigla (del inglés Environmental, Social and Governance) hace referencia a los factores ambientales, sociales y de gobierno corporativo, que las empresas tienen en consideración a la hora de invertir.
En particular, Mainzer catalogó a Uruguay como uno de los líderes a nivel de Latinoamérica en factores ambientales, debido a la reconversión energética que hizo el país hace algunos años.
La experta también celebró la institucionalidad de Uruguay por ser “la única democracia plena en América Latina, y vaya que es un capital”.
“Uruguay asumió compromisos importantes y desafiantes, que se publican; en la página del Ministerio de Ambiente se los puede ver. Es de los pocos países del mundo que no solo mide, también transparenta la información. Los compromisos asumidos por el gobierno anterior, el actual los hizo propios. La ministra de Economía (Azucena Arbeleche) y el director de la Unidad de Gestión de Deuda (Herman Kamil), más de una vez dijeron que los objetivos de la Política Económica y de Financiamiento se están alineando como señal de compromiso con la política ambiental”, detalló.
“Lo complejo que es el trabajo interministerial y de equipo que se precisa para decir cuáles son los indicadores, cómo los seguimos y monitoreamos. Que estén intentando hacerlo de esta forma, creo que es señal del compromiso del país con este tipo de políticas; sería mucho más fácil emitir bonos”, analizó.
El futuro
No obstante, a pesar de que el país “se para sobre muchas fortalezas”, llamó la atención por los desafíos que tiene pendiente enfrentar.
Por esta línea, mencionó las propuestas que ha desarrollado el Ministerio de Ambiente para agua potable, saneamiento, reducción de plásticos, gestión de residuos, fabricación de biocombustibles, entre otras acciones “que requieren inversión”. También destacó la importancia de abordar “la segunda transformación energética” a través del desarrollo del hidrógeno verde, lo que catalogó como “una oportunidad gigante que hay que financiar”.
Mainzer también destacó el papel que juegan las inversiones de las AFAP, definiéndolas como “los principales inversores institucionales de nuestro país” a lo largo de 26 años. Desde 1996 las administradoras han invertido US$ 5.500 millones, de los que, el 95%, son proyectos sostenibles. “Las AFAP dejan huella, con más de 100.000 hectáreas forestadas, US$ 60 millones en parques eólicos, más de 100 centros educativos”, precisó.
En este sentido, valoró muy positivamente la cooperación que se da a nivel de estas empresas “para liderar el cambio”, poniendo el ejemplo de la intención de desarrollar un mercado de valores.
“Uruguay ya está en una posición destacada. Con lo que está haciendo el gobierno a nivel internacional y nacional, todo eso tiene un derrame importante sobre las empresas”, concluyó Mainzer.
El evento contó con la presencia de Patricia Tudisco, intendente de regulación financiera del Banco Central del Uruguay; y Herman Kamil, director de la Unidad de Gestión de Deuda del Ministerio de Economía y Finanzas. Por parte de la Academia, estuvieron presentes Ricardo Zerbino, exministro de Economía, y María Dolores Benavente, presidenta de la institución. Además, participó el presidente de CFA Society Uruguay, Fabián Ibarburu.