De acuerdo con la Alianza Latinoamericana de Consultoras Económicas, la firma del acuerdo entre ambos bloques generará para Uruguay “una gran oportunidad para la profundización de la internacionalización de varios sectores de la economía nacional”. Sin embargo, existirán “ganadores y perdedores”, determinados por el grado de apertura, competencia o productividad que tuvieron en los últimos diez años.
“El 29 de junio del 2019 marcará el comienzo de un nuevo capítulo en la historia del comercio internacional para Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay”.
Así comienza un informe realizado por la Alianza Latinoamericana de Consultoras Económicas (Laeco, por sus siglas en inglés) sobre el tratado firmado entre el Mercosur y la Unión Europea (UE), donde se subraya que el acuerdo “establece un punto de inflexión” en la “aproximación y estrechamiento” de las relaciones políticas y económicas de ambos bloques.
A su vez, tiene el potencial de cambiar “significativamente” el panorama de las economías del bloque sudamericano en los próximos años y “debería reforzar la competitividad de las economías al promover una asignación más eficiente de los factores de producción”.
Esta combinación de una integración económica y estatal eficiente tiene el potencial de aumentar el bienestar social de los países en el bloque.
Por otro lado, el punto “más relevante” del acuerdo fue quebrar las posiciones que mantenían paralizado al bloque en sus relaciones con el exterior. Algunos países buscaban la integración comercial con la comunidad internacional, mientras que otros diseñaban su política exterior subordinada a los intereses internos.
Es así como el acuerdo “expresa un cambio” en la visión de la conducción de la política económica por parte de los países miembros.
Poniendo el foco
El informe realiza un análisis en profundidad del impacto para los cuatro países miembros del Mercosur.
Uruguay, que fue uno de los principales impulsores, será beneficiado con “muchas oportunidades” con este nuevo tratado; la mayor de ellas es la profundización de la internacionalización de varios sectores de la economía nacional.
A pesar de ello, los efectos del acuerdo “no serán inocuos”.
Los impactos de la firma determinarán la existencia de “sectores ‘ganadores y perdedores’”. Un sector podrá ser victorioso o no dependiendo del grado de apertura hacia el mundo, competencia o productividad que hayan mostrado en las últimas décadas.
Sectores como el textil, vestimenta, curtiembre, calzados y algunos de alimentación están enfrentando alguna reconversión en el mercado de mayor o menor grado, ante la situación de crisis de 2002. Estos serían estos los más perjudicados por el acuerdo.
En tanto, el sector de los servicios es uno de los que presenta la mayor potencialidad de crecimiento. También, las empresas vinculadas al “outsourcing” (tercerización) de procesos vinculados a la industria financiera, de inversiones, y de administración y contabilidad; o, además, los sectores intensivos en mano de obra calificada. Estos últimos continúan presentando una ventaja competitiva “dado que han observado una exitosa internacionalización compleja y muy competida”.
La industria frigorífica o la arrocera, sectores “claves”, también se verán beneficiados. Una baja considerable de aranceles, así como la aplicación de unos nuevos en el caso de los frigoríficos, determinarán el desvío del comercio de otros destinos hacia Europa.
“Como economía pequeña y abierta al mundo”, agrega el informe, uno de los beneficios más significativos para Uruguay será el de acceso a una gama de productos de mayor calidad a menor precio. Estos son para los cuales la producción local y regional ha mostrado ineficiencias, que -a su vez- se traduce en costos (sobre costos) que terminan pagando los consumidores finales.
Por último, respecto a la radicación de inversiones, el acuerdo “no representaría un ‘plus’ por sí mismo”, ya que en Uruguay rige igualdad de tratamiento de las inversiones entre las nacionales como extranjeras.
Los demás
Así como Uruguay es quien tiene muchas oportunidades, para Laeco Argentina “tiene mucho que hacer antes de festejar”. El informe describe algunos aspectos que el país vecino debe pulir de cara a la firma del acuerdo, entre ellos, su inserción internacional, el “extravío” del rumbo macroeconómico, y la política cambiaria.
Brasil, en tanto, verá sus efectos económicos determinados por las reformas impulsadas por su presidente, Jair Bolsonaro. Si bien el acuerdo en sí es positivo, “debe ser pensado como un mecanismo que incentive la adopción de medidas que amplíen la competitividad de la economía brasileña”.
Paraguay, por último, listó los desafíos que debe enfrentar para optimizar las ganancias del acuerdo. Algunos de ellos son las mejoras institucionales, la promoción de inversiones y el acceso preferencial, entre otros.