Las propuestas presentadas por el economista Ernesto Talvi en la última presentación de Ceres generan posiciones encontradas entre los analistas, quienes proponen distintas formas de afrontar el déficit y generar activos para cancelar deuda. De todas maneras, el hecho de que a este ritmo de endeudamiento, Uruguay se vea expuesto a perder el grado inversor es una realidad que comparten, aunque destacan que algunos números macro, que también evalúan las calificadoras, han mejorado.
Por Adolfo Umpiérrez | @AdolfoUmpiérrez
Según los últimos datos publicados por BCU, la deuda externa bruta de Uruguay alcanzó, al cierre del primer trimestre, 24.416 millones de dólares, lo que representa, aproximadamente un 45% del PIB. Casi la mitad de lo que produce el país en un año, el Estado uruguayo se lo debe a alguien. En base a esto, el economista Ernesto Talvi dijo el 21 de junio en la presentación realizada por Ceres en Kibón Avanza que, si Uruguay continuaba contrayendo deuda al ritmo que lo hace actualmente, entonces en 2019 la deuda externa superaría el 70% del PIB y expondría al país a perder el grado inversor. Esto significaría ingresar en un círculo vicioso en el que Uruguay vería con complicaciones su endeudamiento futuro, dado que el acceso a liquidez internacional sería más dificultoso.
Consultado por CRÓNICAS, el economista Pablo Moya de la consultora Oikos sostuvo que esta afirmación está sustentada, justamente, en que Uruguay siga endeudándose a este ritmo: “Creo que Uruguay, en algún momento, va a cancelar parte de esa deuda con activos que tiene para no llegar a ese umbral de deuda del 70%. Creo que no va a perder el grado inversor por esta situación. Si bien entiendo que no es deseable el ritmo de endeudamiento que ha tenido el país, en algún momento Uruguay podrá tomar los activos de reserva, por ejemplo, para cancelar parte de lo que debe”.
En el momento no se puede estimar cuánto podrá destinar el gobierno a esta cancelación parcial: “Será una decisión administrativa del gobierno cuánto podrá cancelar. Antes de llegar a perder el grado inversor Uruguay tiene los recursos para evitar este tope”, agregó Moya.
A su vez, el economista Jorge Notaro dijo a CRÓNICAS que “año más o año menos”, esta situación se podrá dar, a pesar de que la relación deuda-producto empezó a crecer después de muchos años en que se diera a la baja a causa del crecimiento sostenido del producto con el aumento de la deuda a menor velocidad. “El cociente deuda-producto es uno de los indicadores más importantes que tienen las calificadoras de riesgo, y en relación a él son la advertencia que hacen las agencias calificadoras. Según expresaban en sus informes, les preocupaba el déficit fiscal y el aumento de la deuda externa. Así como estamos la relación deuda-producto va a ser muy alta y las agencias le podrían bajar la calificación a la deuda uruguaya y así perder el grado inversor”, sostuvo.
Notaro sostiene, además, que es necesario atender el déficit fiscal, lo que puede hacerse con el aumento del endeudamiento “o con una combinación de más deuda y menos reservas, que es lo que se ha hecho algunas veces. Se vendieron reservas para pagar deudas y para que el aumento de la relación entre la deuda y el PIB no fuera tan acelerado”, dijo.
Hay que recaudar
Ambos economistas sostienen que es necesario optimizar la relación ingresos-egresos, dentro del Estado para poder hacer frente al déficit y poder destinar activos a cancelar deuda. Talvi, en su presentación había propuesto tres medidas: no ocupar vacantes en el Estado, profesionalizar las empresas públicas y aprobar una ley de responsabilidad fiscal. En base a esto, Notaro declaró estar totalmente en las antípodas del pensamiento de Talvi y aseguró que se encuentra alineado con las propuestas presentadas por la bancada del Frente Amplio en cuanto al aumento de algunos impuestos, como el de aumentar la tasa del IREA, del Impuesto al Patrimonio, ajustar el aforo de las propiedades urbanas y rurales, e incluso reimplementar un impuesto a la herencia. “Los trabajadores pagan impuesto a los ingresos de su trabajo, cómo no va a pagar impuesto el que recibe bienes por lazos de sangre. Hay muchas vías en los sectores que han aumentado su riqueza por razones ajenas a su capacidad o decisiones empresariales y no han dejado nada para el Estado uruguayo. Es hora de que dejen algo”, aseguró.
Moya, por su parte dijo que “habría que evaluar la dimensión del Estado, y saber si es necesario que tenga la dimensión actual. Seguramente en algunas áreas se puedan reponer vacantes, mientras en otras no”. Acerca de la ley de Responsabilidad Fiscal, el economista sostuvo que si bien afilia a la idea de implementar ese tipo de legislación, “es bueno comentar que existe en Chile, y tiene sus laxitudes, entonces es una regla que el gobierno chileno, en algunos casos ha incumplido y no invalida que el déficit aumente”.
Además, Moya sostuvo que son necesarias otras medidas como la creación de un fondo a partir de los resultados superavitarios de algunas empresas públicas, para que puedan generar un fondo de reserva que atienda la deuda pública. “Si hay empresas que son superavitarias, se puede crear este fondo destinado a cancelar deuda. Estas empresas pueden, además, tomar por sí mismo algunos pasivos y cancelarlos”, agregó.
De todos modos, el director de la consultora Oikos, recordó que “hoy existe una importante liquidez internacional que no le genera problemas al gobierno para endeudarse a tasas beneficiosas”. A su vez, sostuvo que “hay otros indicadores que dan cuenta de una situación positiva en el escenario macro, como el crecimiento del PIB y la baja de la inflación. Estos son indicadores que las agencias de calificación también evalúan. Normalmente somos más críticos de lo que son desde el exterior”, concluyó.