El Índice de Vulnerabilidad Comercial (IVC), publicado por el Centro de Estudios para el Desarrollo, mide la proporción de exportaciones de un país que ingresan a sus mercados de destino sin ningún tipo de preferencia. De esta manera, Uruguay puntuó en un 63,4 en la última edición del indicador. En comparación con 2006, el año base, Uruguay empeoró, ya que en ese año el índice era de 57,1. Esto confirma, según el director ejecutivo del Centro, el mal desempeño de la inserción comercial de Uruguay en los últimos 14 años.
¿Es la inserción internacional uno de los problemas institucionales pendientes que obstaculizan el desarrollo de Uruguay?
Bajo ese supuesto es que el Centro de Estudios para el Desarrollo (CED) elabora el Índice de Vulnerabilidad Comercial (IVC). Mediante una estimación del porcentaje de las exportaciones del país que ingresan sin ninguna preferencia comercial a los mercados de destino, se determina que cuanto mayor es el valor del indicador, mayor es la vulnerabilidad comercial.
Para la edición 2020, que usa los datos de 2019, se desplegó al IVC en dos. Por un lado, está la Preferencia (IVC-P), y por otro lo Integral (IVC-I). Mientras que el primero cuantificó la proporción de exportaciones de cada país que ingresan a su destino sin ningún tipo de preferencia (al igual que los años anteriores), el segundo penaliza no solo la carencia de preferencia comercial, sino también la concentración de mercados de exportación por encima del 15%.
Hay que mejorar
Sin más preámbulos, el resultado de Uruguay en esta última edición fue de 63,4 para el IVC-P, y 43,4 para el IVC-I. Esto significa que, del total de las exportaciones uruguayas, el 63,4% ingresó a sus mercados de destino sin ningún tipo de preferencia comercial.
Asimismo, el IVC-P aumentó 0,5 puntos con respecto al año anterior, y 6,3 puntos con respecto al año base 2006. El IVC-I, en tanto, incrementó 2,2 y 9,3 puntos respectivamente.
En comparación, Uruguay es el segundo país -de los analizados por el índice- con mayor vulnerabilidad comercial, por detrás de Brasil.
Agustín Iturralde, director ejecutivo del CED, evaluó las implicancias que este alto IVC le configuran a Uruguay, durante el evento de presentación del indicador. A entender del economista, el resultado observado confirma el mal desempeño de la inserción comercial del país en los últimos 14 años, y el considerar la concentración o dejar de considerar el sistema general de preferencias como fuente de acceso preferencial no genera un cambio en los resultados obtenidos.
Según profundizó el experto, la actual situación económica tanto nacional como global hace que avanzar en la apertura e inserción internacional “ya no es tanto una oportunidad, sino que realmente pasó a ser una urgencia”.
Al respecto, el director de la Asesoría de Política Comercial del Ministerio de Economía, Juan Labraga, reafirmó lo crucial de la materia para el país. “Hoy, más que nunca, está en el acceso al mercado la tasa de crecimiento económico a futuro, y en definitiva la recuperación de los empleos”, aseveró en la apertura de la disertación.
A su vez, en el informe se analiza que China aumentó como destino de exportación, en detrimento de países como Brasil, Argentina y Estados Unidos. “Ya desde hace muchos años el gigante asiático es nuestro principal socio comercial, representando actualmente el 29% de nuestras exportaciones. Dado que no tenemos un acuerdo comercial con China, esto explica la mayor parte del deterioro en el IVC-P de nuestro país”, se plasmó en el documento.
“A lo largo de estos 14 años la política comercial de Uruguay no ha sido clara y no hemos logrado concretar ningún acuerdo comercial relevante por fuera del Mercosur y sus acuerdos asociados”, continúa el texto. Es así como se concluye que Uruguay no ha logrado la firma de acuerdos comerciales relevantes, ni tampoco ha diversificado sus destinos de exportación.
Otras voces
Durante el evento, el investigador Nicolás Albertoni y la gerente general de la Unión de Exportadores (UEU), Teresa Aishemberg, dijeron presente para aportar su visión en la materia.
Así, el analista internacional subrayó que el libre comercio, para un país como Uruguay, “no es un capricho, sino una necesidad”. De esta manera, y ante el contexto de crisis que el mundo vive, el no tener acuerdos “genera que no tengamos puertas que ir a tocar”.
Según explicó Albertoni, la pandemia incitó a un mayor proteccionismo en las naciones -principalmente en aquellas con mercados internos sólidos-, y un acuerdo firmado le permite a un país reclamarle a otro que no puede cerrarle las puertas, sino que debe primar el comercio entre ambos. Así, el no tener esta opción disponible “nos hace doblemente vulnerables en comparación con nuestros competidores”, consideró Albertoni.
En este sentido, la ejecutiva de la UEU insistió en que Uruguay necesita lograr más acuerdos para ingresar a los mercados en mejores condiciones. Esto permite, también, hacer más competitivas a las empresas.
Sin embargo, Aishemberg también se refirió al problema de fondo: el costo país. “Cuando hablo de competitividad, hago alusión de bajar los costos país. Entonces, primero hagamos los deberes, bajemos el costo país, y después, cuando se abre el mercado y logramos acceder, no se neutraliza ese esfuerzo”, reflexionó.