Antonio Alonso, presidente de BBVA Uruguay
Abordar con rapidez los temas normativos vinculados con la transformación de la banca es fundamental para no quedar rezagado frente a otras geografías.
¿Cómo imagina al BBVA –o cómo le gustaría que fuera el banco-, en general, de aquí a 10 años y cumpliendo qué rol en nuestro país?
Imagino un banco sólido, rentable, con muy buenos fundamentos, muy activo en la comunidad de negocios, con fuerte presencia en el mundo del retail. Esa parte ya la estoy viendo hoy, con responsabilidad social, aportando a la comunidad y al país, involucrado en el cuidado del medio ambiente.
Y también lo veo liderando y cumpliendo un desafío, el de la transformación, en el cual el Grupo BBVA es líder a nivel mundial, conjugando la red física con la digital que cada día tiene más preponderancia, con productos y canales accesibles y a la medida de nuestros clientes y con procesos sencillos. En definitiva, poniendo al alcance de todos las oportunidades que trae esta nueva era.
¿Qué tres o cuatro tareas fundamentales debería encarar el próximo gobierno en forma prioritaria pensando en el desarrollo de la banca privada y, además, en el camino de mejora de la bancarización?
Los gobiernos -y en esto incluyo al uruguayo- tienen un rol fundamental en este proceso de transformación, ya que sin perder el foco de supervisor de la banca, debe estar a tono y a tiempo con este proceso de transformación. El mundo no detiene su carrera, hay nuevos actores, nuevos focos de atención, nuevas tecnologías, formas de hacer las cosas y riesgos que atender. Cuanto más tarde se aborden los temas normativos vinculados con esta transformación, se corre el riesgo de dejar rezagada a la banca local respecto de otras geografías. Y si ya la banca uruguaya es hoy poco eficiente, este será un tema clave de cara al futuro. Haciendo esto, la bancarización avanzará naturalmente.
¿Cuáles cree son los temas en que Uruguay, como país, tendría que poner énfasis, sin importar nivel ni sector de actividad, apuntando a un mayor desarrollo de su sociedad y de su economía en la próxima década?
Hay dos temas claves: la educación y la competitividad. Uruguay debe retomar una senda de autoexigencia educativa, apuntando a temas científicos y reforzando aquellos sectores en los que hoy ha alcanzado algunas ventajas competitivas -el agro, la informática, el turismo-, o incluso apostando a sectores industriales de vanguardia -la generación de energía, por ejemplo-.
Hecho esto, el tema de la competitividad es clave, y no me refiero sólo al valor del dólar, sino a los costos internos y a la mejora de infraestructuras. Hay que acercar a la gente, facilitarles la vida, invertir en obra pública.