Heber Galli: «La seguridad social no es inviable, ni mucho menos un problema»

EDICIÓN EMPRESAS & NEGOCIOS Nº 100

Heber Galli, presidente del BPS


A diferencia de lo que cree una parte importante de los uruguayos, la seguridad social no es inviable, ni mucho menos un problema. Es, por el contrario, un soporte social esencial.

¿Cómo imagina al Banco de Previsión Social (BPS), en general, en el mediano y largo plazo, y cumpliendo qué rol?

Desde el punto de vista de la gestión, se deberá continuar el trabajo de facilitar las cosas a los afiliados: jubilados, pensionistas, trabajadores y empresas, entre otros. Debe ser sustantivo bajar los costos de cada transacción para todos, incluyendo a la administración, así como simplificar, mejorar tiempos, controles, documentar procesos, avanzar en el hacer propio en materia tecnológica, mejorar las condiciones laborales y hacer que cada día el BPS sea un mejor lugar para trabajar.

A su vez, debe seguir el avance en la coordinación y complementación de las acciones a nivel del Estado en materia de política de protección y seguridad social, con una visión integral y con un rol central del BPS como manda la Constitución de la República.

¿Qué tareas fundamentales debería encarar el próximo gobierno en forma prioritaria pensando en el desarrollo de la seguridad social, en un contexto de un mercado de trabajo tan cambiante, y donde la expectativa de vida de las personas es cada vez mayor?

La tarea prioritaria es convocar y dirigir un gran Diálogo Nacional de Seguridad Social, en una tercera etapa, continuadora de la primera, de 2005-2009, y de la segunda, de 2010-2014. Ese debe ser el ámbito que responda globalmente esta pregunta. No es posible generar las acciones, medidas, proyectos de mediano y largo alcance que supone abordar seriamente estos temas, si no es a través del diálogo y la participación de todos los actores.

La seguridad social es siempre dinámica, nunca “se queda quieta”, en mayor o menor medida, en el corto o en el largo plazo. La realidad es totalmente contraria de lo que parece que se quiere hacer creer a la gente; no tenemos una seguridad social “quieta”, “insostenible”, “inviable”. No es razonable estar constantemente intentando que ésta se vea como un problema. No solo no lo es, sino que es un sostén social fundamental.

Para entender que es dinámica, alcanza con repasar las normas surgidas en los últimos 20 o 30 años –decenas de leyes, decretos y otras disposiciones-, y en la última década, las leyes que cambiaron aspectos de las normas de los 90, pero que fueron acompañadas por legisladores de todos los partidos políticos y tuvieron el apoyo de las organizaciones sociales –clara diferencia con lo que pasó en los 90, y en particular con la Ley 16.713-.

Por otra parte, los estudios del BPS y del Banco Mundial muestran una situación financiera estable hasta entrada la década del 40 de este siglo. Lo que llaman los técnicos un “bono demográfico”, o más simplemente, un tiempo para ver qué hacer, cómo hacerlo, hacia dónde ir, hacia dónde no ir y encarar el camino.

¿Cuáles son los temas en que Uruguay, como país, tendría que poner énfasis, sin importar nivel ni sector de actividad, apuntando a un mayor desarrollo de su sociedad y de su economía en la próxima década?

La productividad, agregar valor al trabajo del Uruguay. No hay forma de encarar los desafíos que tenemos por delante, que no sea producir más, pero, fundamentalmente, mejor. Alcanza con repasar esos desafíos: tecnología, robotización, inserción de mujeres y jóvenes en el mercado laboral, inserción internacional, producción limpia y sustentable, envejecimiento de la población. Por otro lado, la necesidad de seguir mejorando en materia de educación, salud, seguridad y protección social, y demás.

Es síntesis, cualquiera sea el rumbo que se defina, es necesario apuntar a que menos produzcan más y mejor. Esa es la única forma de que cualquier proyecto de desarrollo inclusivo, con mejora de la calidad de vida para todos, pueda tener éxito. Cualquier otro camino lo será, pero con exclusiones y deterioro de la calidad de vida de la gente, sin dudas.