Gabriel Murara, presidente de la Cámara de Industrias del Uruguay
El titular de la gremial de los industriales se mostró preocupado por la pérdida de competitividad, un tema que complica al sector; y entre las aspiraciones, pidió que el Gobierno baje el gasto público y equilibre las cuentas. Reconoció que tanto la estabilidad institucional como política representan un valor agregado a la hora de atraer inversiones, aunque esto no representa una condición suficiente en el mundo de hoy.
¿Qué evaluación hace del 2017 para el sector industrial?
Lo único positivo es que la producción industrial dejó de caer. Porque la pérdida de competitividad y los demás aspectos que complican la actividad industrial siguen todos presentes.
¿Cuáles fueron los temas más resonantes e importantes para los industriales este año?
El principal aspecto que marca la situación de la industria es la persistente pérdida de puestos de trabajo. A esta altura debería ser el principal foco de atención de todos: los gobernantes, los trabajadores, y los empresarios. Hace tiempo que en las reuniones en nuestras empresas los trabajadores nos dicen que están preocupados. No hay magia posible. Si los márgenes no cierran, las empresas buscan opciones para rentabilizar los negocios o dejar de perder.
El otro punto relevante es la presión fiscal. Lo paradigmático no es que suben los impuestos, sino que el déficit fiscal no cede. En estos últimos años el aumento de la carga tributaria no es solamente por mayores impuestos, sino por el aumento de las tarifas públicas. Tenemos el gas oil y el fuel oil al menos 30% más caro que los países competidores y del costo de importarlos. Y en el caso de la energía eléctrica, más allá del paliativo que tuvieron las industrias electro intensivas, seguimos pagando precios más caros que en otros países de la región y también de extrazona.
El último pilar de la pérdida de competitividad es el valor del tipo de cambio. En Uruguay hay consenso que existe atraso cambiario. No nos podemos quedar con el diagnóstico compartido y deberíamos discutir la forma de salir lo más rápido posible de esta situación, cuya persistencia es extremadamente costosa para los sectores transables y los trabajadores involucrados, que están especializados en la exportación de bienes o servicios, o compitiendo en el mercado interno con importados.
¿Cómo vislumbra el futuro inmediato, y cuáles son los desafíos que tiene por delante el país, y que involucran a los industriales?
Esperamos que la economía siga creciendo en 2018, a pesar de que proyectamos que la producción industrial siga rezagada con respecto a los demás sectores. Queremos pensar que el gobierno, en un contexto de mejor actividad, baje el gasto público y equilibre las cuentas. El déficit fiscal en Uruguay tiene impactos a muchas bandas. Para financiarlo se aumentan los impuestos, cuando la carga fiscal ya es enorme, tanto para las empresas como para los ciudadanos. Al mismo tiempo, suben las tarifas, con incidencia en los costos de las empresas y también en la inflación, y para combatirla se termina reduciendo el tipo de cambio, generando una doble afectación a los sectores productivos.
El otro desafío relevante para el 2018 es la ronda salarial, que debería priorizar el empleo, y así minimizar los costos sociales de la inactividad y el desempleo.
¿Qué posibles amenazas ve en el horizonte para el sector? ¿Cuáles son los temas que preocupan?
La principal preocupación es que continúe la pérdida de competitividad. También estamos expectantes de una recuperación de las economías vecinas. Parecería que retoman el crecimiento, algo que sigue teniendo una importante incidencia en la dinámica industrial. Aun así, tanto Argentina como Brasil tienen importantes desafíos que encarar. Dependerá también de qué ocurra con los flujos de capitales que han seguido llegando a los mercados emergentes pero que todos sabemos que en un horizonte cada vez más cercano comenzarán a retirarse; ojalá que gradualmente.
En contrapartida, ¿cuáles son las fortalezas que muestra Uruguay en el actual contexto regional? ¿Cómo ve posicionado a Uruguay en la región?
La fortaleza de nuestro país sigue siendo lo institucional y la estabilidad política. Eso, en el mundo actual, es una condición necesaria, pero definitivamente no es suficiente para ser un país competitivo, que de mayores oportunidades a su gente.