Óscar Bottinelli, politólogo y director de Factum
Mientras que el voto incierto cubre casi la cuarta parte del electorado, en la oposición avanza la idea de conformar una alianza programática, que fije unas bases comunes para un eventual futuro gobierno de los partidos tradicionales.
¿Qué escenario político vislumbra de cara a un año electoral? ¿Qué considera tendrá más peso: el voto “anti” o el “programático”?
El voto es la consecuencia de procesos muy complejos en el interior del individuo, de carácter racional y de carácter psicológico, vale decir, en el plano de la conciencia y en el plano del inconsciente. La decisión de preferencia política es una decisión múltiple que se procesa a partir de impactos recibidos por el individuo a lo largo de toda su vida, de impactos emitidos por los actores políticos –partidos, candidatos- también a lo largo de mucho tiempo, y que se cristalizan en el momento de emitir el voto. La campaña electoral impacta esencialmente como resumen de esos procesos, y en particular, sobre las personas que viven procesos de contradicciones y dudas.
En la competencia entre partidos, al día de hoy, el nivel de voto débil o incierto cubre casi la cuarta parte del electorado –un 24% arroja la última Encuesta Nacional Factum-.
¿Qué evaluación hace del espectro político uruguayo a medida que avanza la campaña? ¿Qué candidatos están interpretando mejor el “idioma electoral” y las demandas de la gente?
No existe un conjunto de “demandas de la gente”, es decir, que sean compartidas por la totalidad de la población, sino que más bien pueden agruparse en demandas de sectores o nichos de la ciudadanía. La elección es principalmente entre partidos y subsidiariamente entre candidatos. En principio, cada partido y cada candidato interpreta a un sector o nicho del electorado, cuya magnitud se verá a lo largo del año electoral.
¿Cree viable que la oposición lleve adelante, como estrategia, una política de alianzas para, de esa forma, hacerle frente al partido de gobierno? Si lo cree posible, ¿qué sectores ve con más posibilidades de sumarse en una iniciativa común?
En la oposición toma cuerpo la idea de realizar algo parecido a una alianza programática y subsidiariamente electoral para el balotaje, que fije unas bases comunes para un eventual futuro gobierno de la actual oposición tradicional y asegure a la opinión pública que ese futuro gobierno contaría con sólida mayoría parlamentaria, al menos, bipartidista.
Al día de hoy parecen caminar con claridad hacia ese tipo de alianza o entendimiento el Partido Colorado –a impulsos de Sanguinetti- y el Partido Nacional.
¿Qué papel le tocará desempeñar a quienes pierdan en la elección presidencial? ¿Puede ser la defunción política de alguno de los candidatos que quede por el camino?
Además de la elección presidencial, hay elección de senadores y de diputados. Lo más probable es que la gran mayoría de los llamados “perdedores” de la votación de octubre resulten elegidos senadores y diputados; y si son del lado que triunfe en la constitución de gobierno, tendrán la consiguiente influencia en el mismo. Si para algunos es o no el fin de su carrera política, o el lanzamiento para otra etapa, eso se verá a la luz de muchos resultados, no solo de lo presidencial.
