Emaldi: “La inclusión social es clave para lograr que todos los ciudadanos tengan acceso a la energía eléctrica en forma segura”

EDICIÓN ESPECIAL 2020

Silvia Emaldi, presidenta de UTE


Las grandes fortalezas que tiene UTE le permitieron hacer frente a los efectos de la pandemia. A lo largo del 2020, la empresa pública otorgó una serie de beneficios a fin de mitigar los problemas económicos que muchos uruguayos atravesaron. Hacia el año entrante, uno de los objetivos principales será mejorar la calidad del servicio.

¿Cómo vislumbra el futuro inmediato y cuáles son los desafíos que tiene UTE por delante para seguir desarrollándose en el país? ¿Qué espera para el 2021?

La situación económico-financiera de UTE es buena, si bien el impacto del dólar, la sequía y el efecto de la pandemia harán que disminuya el resultado económico de este año. El 2019 cerró con unas ganancias de US$ 179.000.000 y estamos previendo una ganancia de unos US$ 70.000.000 para 2020. Tuvimos en el 2019 un dólar promedio de $ 35 con una variación anual del 15%, y este año un dólar promedio de $ 42 con una variación de un 14% adicional.

La recaudación de UTE es en pesos; de lo que se recauda, del orden del 50% se destina a comprar dólares para pagar los insumos que necesitamos: cables, trasformadores, medidores que son importados, más lo que se suma por el pago de los contratos de energía eólica y solar, que también son en dólares. UTE compra unos 800.000.000 de dólares al año, por lo que el impacto del tipo de cambio tiene un efecto significativo en las finanzas de la empresa.

La variación de tipo de cambio es uno de los riesgos principales para nuestra gestión, por eso tenemos contratos con el Banco Central y próximamente con otros bancos también, para establecer precios a futuro y así reducir la variabilidad en el tipo de cambio.

El plan quinquenal de inversiones apunta a privilegiar la inversión en redes para mejorar la calidad del servicio eléctrico y a desarrollar de forma integral el concepto de redes inteligentes. A partir de enero del 2021 estará operativo el Plan Inteligente, para promover el cambio a las tarifas doble horario y triple horario residencial, de modo que nuestros clientes puedan aprovechar la energía disponible en el país.

En 2021 se pondrá el foco en la movilidad eléctrica, buscando la descarbonización del transporte a través del impulso a la introducción de vehículos eléctricos. Se extenderá la ruta eléctrica en Uruguay, teniendo como objetivo cercano la instalación cada 50 kilómetros de un punto de carga en estaciones de Ancap.

En cuanto a la electrificación rural, si bien se está realizando un inventario actualizado, se estima que unas 2.000 familias que viven de la actividad productiva aún no tienen acceso a la energía eléctrica. Se analizará en cada caso si la opción más conveniente es extender la red convencional hasta el lugar donde viva el vecino o, como alternativa más eficiente, se pondrá a disposición de dichas personas un kit fotovoltaico autónomo, compuesto por paneles solares y baterías para almacenar la energía.

Nosotros nos encargaremos, a través de empresas contratadas para ese fin, de hacer la instalación del kit y de la red de baja tensión interna a la vivienda. Luego, de forma mensual, se cobraría un monto fijo que pretende representar la mensualidad de la inversión y del mantenimiento del sistema.

¿Cuáles son las fortalezas que tiene la empresa para hacer frente a esta nueva dinámica de trabajo y de prestación de servicios, que deviene tras la aparición del covid-19?

Las principales fortalezas que tiene la empresa, que le permitieron hacer frente a las restricciones impuestas por la crisis sanitaria a la par de mantener el servicio eléctrico para todos los clientes en el territorio nacional, están asociadas a la vocación de servicio que con orgullo tienen los funcionarios que en forma silenciosa han desarrollado su actividad, haya pandemia, temporales o ambas cosas a la vez.

Asimismo, el grado de digitalización que ha desarrollado UTE desde los años 90 permitió que las operaciones de la empresa se siguieran realizando a distancia a través de la red de comunicaciones propia y de Antel, así como por la infraestructura de hardware y de sistemas de información, que permiten que la mayoría de las actividades de gestión se ejecuten en forma remota.

Los principales procesos de la empresa cuentan con la certificación de las normas de la familia ISO, lo que hace que la actividad de la empresa esté muy protocolizada y esto es una fortaleza a la hora de tener equipos de trabajo en distintas localizaciones o realizando teletrabajo.

A una semana del 13 de marzo, más de 2.000 personas estaban desarrollando en forma normal su actividad, a través de la infraestructura tecnológica disponible en el organismo, utilizada desde el domicilio de los funcionarios.

Para garantizar la prestación del servicio se establecieron protocolos para los trabajadores de campo. Las acciones más relevantes que emprendimos tuvieron que ver con el cuidado directo de nuestros colaboradores desde nuestra Unidad de Salud y Bienestar.

El equipo de médicos y psicólogos se hicieron cargo del seguimiento y trazabilidad de casos confirmados y sospechosos. Se brindó una línea de apoyo y atención psicológica, una vía de comunicación para recibir situaciones de violencia doméstica, con apoyo y contención personal. Todas estas actividades se basaron en una comunicación muy directa con el personal, así como con los dos sindicatos que existen en UTE.

En estos momentos, debido a la afectación ante la pandemia, muchas empresas, sobre todo las estatales, además del negocio, tienen un rol social. ¿Cuál es el papel de UTE en ese escenario? ¿Qué iniciativas desarrolla de cara a la comunidad?

UTE desde el inicio de la pandemia ha tomado medidas especiales. Se otorgaron beneficios con el objetivo de minimizar el impacto ocasionado por el covid-19 en el ingreso de los hogares. Se han destinado unos US$ 11.000.000 para atender la situación de los sectores relacionados al turismo, gastronomía, salones de fiestas, centros culturales, pequeños clubes deportivos y jardines de infantes.

La primera medida fue a comienzos de abril para los sectores más vulnerables, que implicó darles la posibilidad de realizar un pago mínimo de la energía contratada durante el período de duración de la pandemia.

Para todos los clientes residenciales se suspendieron los cortes de energía eléctrica a quienes tuvieran facturas impagas, y no se incluyeron en todos estos meses multas ni recargos por las deudas generadas. Fue aprobado por el Directorio de la empresa un plan de financiación de deuda sin intereses, en 12 cuotas a pagar a partir de octubre. Se atenderán caso a caso las situaciones que puedan presentarse de aquellos clientes que tengan dificultades para mantenerse al día con el pago del servicio.

En el caso de los hoteleros, gastronómicos, salones de fiestas y afines, se los exoneró del cargo fijo y la potencia contratada se calculará de forma proporcional a la energía consumida en el año 2020 frente al mismo mes del año 2019.

También se dieron descuentos en sectores productivos que utilicen el riego con fines productivos y cuyo permiso de riego esté vigente. Ellos pudieron acceder al descuento del 15% de sus consumos hasta marzo de 2021.

Además, se exoneró de las tasas de reconexión a los clientes comerciales que, a raíz de la situación generada por la pandemia, debieron cesar sus actividades.

En cuanto a la comunidad, la inclusión social es un punto clave para lograr que todos los ciudadanos tengan acceso a la energía eléctrica en forma segura y seguir generando un hábito de pago en sectores que presentan dificultades. Estamos profundizando los planes en ese sentido. Para nosotros es una satisfacción ver que muchas familias, por primera vez, por haber regularizado el pago del servicio eléctrico, tienen un comprobante de domicilio para poder hacer diferentes trámites.