Marcel Vaillant: “Uruguay tiene un debe en materia internacional”

EDICIÓN ESPECIAL 2020

Marcel Vaillant, doctor en Economía. Profesor titular de Comercio Internacional del departamento de Economía de la Facultad de Ciencias Sociales de la UdelaR


El experto percibe hacia adelante un período de mucha incertidumbre, sobre todo ante el dilema de cuánto puede demorar en llegar la vacuna tanto a Uruguay como al resto del mundo. En lo local, considera que hoy el tema principal es el mercado de trabajo y la evolución del empleo, problemáticas que tienen lugar en un contexto de pandemia, lo que agrava el panorama. En lo que respecta a la inserción internacional de nuestro país, expresa que la actual administración de gobierno mantuvo inercia en la materia en relación a la anterior.

– ¿Cómo vislumbra el 2021 en materia económica, teniendo en cuenta el contexto por el que atraviesa el país y el mundo -tras la aparición del covid-19-, como así también la desaceleración mundial de la economía?

– Vislumbro un período en donde se mantendrá un alto grado de incertidumbre, básicamente debido a que no se sabe cuánto tiempo va a llevar la gestión de la vacuna. Este es un proceso que se va a dar de forma heterogénea entre los países en función de un conjunto de determinantes idiosincráticas de cada uno. Una de esas determinantes será el nivel de ingreso, pero no la única.Se sabe que habrá un final de la pandemia, pero no cuándo. Además, esto ocurrirá de forma heterogénea entre los países, lo que implica que en el período de transición habrá que convivir con varios tipos de restricciones. Se espera un rebote de la actividad económica y el comercio,pero no se sabe cuándo tendrá lugar.

– ¿Cuáles son los desafíos más relevantes que tiene por delante la economía uruguaya?

– No son distintos a los desafíos previos. Observo cuatro grandes ejes de reformas y de necesarios procesos de cambios: educación; reforma del estado; seguridad social; inserción internacional. Sobre los tres primeros hay establecidas rutas de cambio y rumbo estratégico de transformación. Además, el conjunto de los liderazgos y protagonistas en cada uno de estos asuntos permiten conjeturar que efectivamente un cambio puede ocurrir.Problema mayor se enfrenta en el tema de inserción internacional y política comercial.

– En materia económica, ¿cuáles son los temas más urgentes a resolver en el corto y mediano plazo? 

– Se está en proceso de reestabilización de las principales variables macroeconómicas. Este frente no está aún resuelto, pero tanto en política fiscal como monetaria se han tomado medidas en la dirección esperada y deseada.

El principal tema hoy es el mercado de trabajo y la evolución del empleo. La pandemia agravó este problema que ya venía con una evolución preocupante.

– ¿Qué amenazas vislumbra en el horizonte y qué aspectos hay que resguardar para que los efectos de la pandemia sean lo más leve posible para la economía?

“Estos momentos abren oportunidades en términos de la evolución de la productividad, pero plantean riesgos asociados a los costos de los ajustes”.

– Estas coyunturas de contracción, además, se caracterizan por una fuerte reasignación del empleo entre sectores y empresas. Estos momentos abren oportunidades en términos de la evolución de la productividad, pero plantean riesgos asociados a los costos de los ajustes. Es necesario desplegar políticas que reduzcan los costos de este ajuste y que faciliten las reasignaciones en el empleo. Estas políticas, junto con las de amparo a los sectores más desprotegidos, son fundamentales para lograr mantener la estabilidad social.

– ¿Cuáles son las fortalezas que tiene nuestro país en este momento tan complicado del mundo, y que repercute en todas las economías?

– Uruguay es un país de cercanías, en donde se destaca una gran estabilidad en el plano político que convive con una competencia fuerte por la opinión pública. Es una democracia dinámica. Este es un activo para procesar coyunturas extremas como la actual. En crisis anteriores Uruguay hizo uso de este recurso fundamental de la gestión del gobierno. El oficialismo y la oposición, cada uno en su rol, y construyendo estabilidad, en donde la capacidad de acuerdo debe estar siempre presente.

La fortaleza financiera sigue siendo un activo importante para el país, que le permite mayores grados de libertad para pasar estas coyunturas tan críticas.

– ¿Cómo observa lo hecho por la actual administración en materia de inserción internacional? ¿Nota avances?  ¿Qué más se podría hacer?

– En este tema la actual administración mantuvo inercia en relación a la anterior. Los fundamentos y las restricciones de nuestra inserción actual no se modificaron. Se produjeron algunos cambios más bien cosméticos en alineamientos internacionales, pero sin ningún significado concreto en materia de mejora de la inserción internacional. Un ejemplo es el alineamiento en posturas con la administración de gobierno de Trump; si existió la expectativa de que iba a redundar en mejoras en las relaciones comerciales y de inversión con esta economía, las mismas se frustraron. El resultado de las recientes elecciones en Estados Unidos así lo revela. Además, se volvió a caer en la idea de que existen atajos para la inserción internacional, asociados al comercio administrado y la cogestión de las operaciones de comercio exterior con la ayuda de la intervención de los oficiales de gobierno. Esta idea es equivocada, ya se recorrió y los resultados no fueron buenos. La reciente relación con Venezuela en materia comercial es un ejemplo.

Uruguay tiene un debe en materia internacional. Señalaré primero algunos ejemplos puntuales para luego enfocarme en algunos aspectos más generales. Debe mejorar el acceso al mercado internacional en particular en los productos agroalimentarios; para ello, las restricciones que le impone el Mercosur en las relaciones comerciales deben modificarse. Más específicamente es necesario darle una solución al proceso de ratificación del acuerdo con la Unión Europea (UE). Existen varios acuerdos plurilaterales que se deberían ratificar y que siguen en esteprocesamiento: Acuerdo plurilateral de Patentesen el marco de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI); Compras Públicas y Tecnologías de la información de la Organización Mundial de Comercio (OMC); Kyoto revisado en el ámbito de la Organización Mundial de Aduanas (OMA). Se debe ratificar el acuerdo de Facilitación de Comercio en el Mercosur e implementar los compromisos ahí asumidos. En particular, Uruguay debe derogar la tasa consular que actúa como un arancel a las importaciones y modificar un conjunto de cargas y tasas al comercio exterior que se cobran sobre bases ad valoren.

Pero lo fundamental es construir un Programa Estratégico para la Inserción Internacional del Uruguay rumbo a profundizar los niveles de apertura de la economía. Este plan debe atenderlos aspectos institucionales. Se deben repartir las distintas competencias entre las diversas agencias de gobierno involucradas en el tema, estableciendo mecanismos de coordinación y de gobierno eficientes. La centralidad del Ministerio de Relaciones Exteriores es un esquema institucional antiguo y en desuso, que ya le generó muchos problemas al país. La Cancillería debe tener un rol, no el rol de la política comercial. Hay tiempo para reencauzar el tema; es necesaria una reacción rápida que lo saque de la inercia en la que se cayó.