Gustavo Trelles, Country Head de Santander Uruguay
El ejecutivo remarca que el banco encontró en la emergencia sanitaria múltiples espacios para optimizar eficiencias y productividades. Al hacer el balance del año que se cierra, destaca que la evaluación es altamente positiva, y que se superaron las metas con la incorporación de herramientas y productos a la medida de cada cliente.
¿Qué balance hace del 2021? ¿Se cumplieron los objetivos planteados a comienzos de año, en un contexto enmarcado por la incertidumbre y los vaivenes económicos a nivel local y global?
El desempeño de las empresas debe ser entendido en función del contexto que marcó al 2020 y al 2021. En nuestro caso, los resultados obtenidos replican el tenor que nuestra robusta línea de crecimiento viene trazando año tras año.
La evaluación es altamente positiva. Alcanzamos y superamos las metas con la incorporación de nuevas herramientas y productos acordes a las características y circunstancias de cada cliente. Esto es fundamental. Los bancos somos un fiel reflejo de la marcha de la economía. Por lo tanto, no podemos pensar en negocio sin la necesaria sintonía ni cercanía con la realidad del país.
Despejamos toda incertidumbre rompiendo paradigmas, con los máximos componentes de innovación, trato personalizado y vocación de servicio. Santander encontró en la emergencia sanitaria múltiples espacios para optimizar eficiencias y productividades.
Mirando al 2022, ¿qué expectativas tiene para el negocio de Banco Santander a nivel local y cuáles son los grandes desafíos?
Somos sumamente optimistas. La reactivación es total y como principal banco privado del país sentimos la responsabilidad de acompañar y poner el hombro. Tenemos todo para contribuir al rebote de la economía. Muchos empresarios que paralizaron sus proyectos de inversión por la incertidumbre lógica que provocó la crisis sanitaria, ahora tienen un panorama más claro y vuelven a ponerlos en marcha. En particular, los sectores como el agro y la construcción están empujando. El turismo empieza a dar pasos firmes de recuperación y también tiene prioridad.
Considerando la solidez del sistema financiero uruguayo, que presenta una buena liquidez, las perspectivas del negocio bancario son altamente positivas y están centradas en la consolidación de los distintos servicios.
¿Cuáles son las amenazas y los temas de preocupación teniendo en cuenta, precisamente el escenario planteado al comienzo, de incertidumbre y vaivenes económicos generados, sobre todo, por la pandemia?
Uno de los asuntos de relevancia es la inflación, que en noviembre se situó en 7.86% y continúa por fuera del rango meta. Esto afecta directamente al poder de compra de los uruguayos y, por lo tanto, al desempeño de los sectores económicos como el comercio y los servicios. La hoja de ruta para controlar y bajar la inflación es clara y también hay motivos para depositar confianza. No perdamos de vista que es una prioridad para muchos países que buscan la reactivación pospandemia.
En el Uruguay de hoy, ¿cuáles son las líneas de negocio que ve con mayor dinamismo para el banco?
El diferencial de Santander ha sido siempre la universalidad y el alcance de su estrategia, siempre enfocada en el cliente y una gran cercanía con los mismos.
El año próximo, como este y los anteriores, verá a Santander enfocado en apoyar a todos los segmentos y negocios, a los grandes y a los chicos, a los sectores pujantes pero también a los que requieran espera y paciencia.
Creemos que los comercios y las empresas más pequeñas van a seguir necesitando del apoyo del sistema. Por esa razón, cerrar el año como el banco privado que tuvo una cuota mayor dentro de todo el monto del Sistema Nacional de Garantías (SiGa) del Uruguay, con una participación cercana al 30%, es la mejor demostración de lo que decimos. Somos el banco privado con mejor performance en cualquiera de sus modalidades: Emergencia, Impulso y Plus, lo que nos da un gran orgullo.
En lo que respecta a la inclusión financiera, hay espacios para seguir profundizando nuestra presencia, acercar más servicios y más productos, y apoyar a los proyectos de crecimiento. El año pasado inauguramos la primera sucursal móvil del sistema financiero, ya activa en Paso de los Toros, para afianzar el impulso de la segunda planta de UPM y los emprendimientos locales. La recepción, al igual que los resultados, fue increíble. A esto se suman soluciones como Santander Locker, el canal de retirada de productos financieros pionero en Uruguay, y Santander Tótems, el primer sistema de emisión instantánea de tarjetas.
Creemos en el negocio responsable y mantendremos nuestro foco en ello.
Dimos grandes pasos en términos de financiación verde. Por mencionar algunos ejemplos, ‘Préstamo Sustentable’, con tasas y condiciones preferenciales, que facilita la adquisición de autos y motos eléctricas, dispositivos electrónicos tecnológicamente eficientes y amigables con el medio ambiente. Lanzamos el primer ‘Préstamo Coche Carbono Neutral del Uruguay’, neutralizando las emisiones del auto financiado durante el periodo de vida del préstamo.
También trabajamos codo a codo con las grandes empresas, aquellas que comparten sintonía y visión con nosotros. Están las inversiones verdes que, entre otras tantas, realizaron referentes como Cutcsa (flota de unidades eléctricas), Cementos Artigas (nueva molienda de cementos en Minas), Imprimex (planta de residuos) y Parque Eólico Pintado (financiación de la construcción).
Como mencionaba al principio, la innovación también está ligada al banco que queremos construir y dejar de cara al futuro, lo que implica una transformación integral, gradual y transversal. Queremos ser cada vez más accesibles e inclusivos, no tanto por el aporte al negocio, sino por la responsabilidad que creemos propia y fundamental para convertir al sector. En un año complejo Santander abrió nuevas sucursales, que son el Centro Especializado Car One y Pando, ambas accesibles y certificadas por UNIT.
¿Cómo ve posicionado a Uruguay en esta nueva economía, que parece ser de transición a nivel global, con incertidumbre en el mercado laboral?
Uruguay se destacó por el manejo de la pandemia y por el impacto controlado que tuvo el covid-19 en la economía. Esto, sumado a la estabilidad institucional y a la capacidad humana, permite que los inversores nos miren con buenos ojos. Importantes empresas multinacionales han decidido instalarse en Uruguay, generar puestos de trabajo y manejar importantes cifras de inversión. El país está muy bien posicionado para recibir grandes inversiones.
¿Cómo vivieron el proceso de digitalización acelerado que trajo la pandemia y qué perspectivas visualizan para 2022 en este sentido?
Incorporamos herramientas y talento de primer nivel y estamos dando pasos fundamentales para hacer de Santander un banco cada vez más simple y cercano. Sumamos valores que alimentan este espíritu. Uno de ellos es Getnet, la plataforma de cobros y pagos para comercios, que contará con su propia red de terminales y que es el nuevo brazo adquirente de pagos del Grupo Santander. Otro ejemplo es Ecolicuá, la primera plataforma de comparación y contratación de seguros online del país.
Es inevitable considerar el fenómeno de la ciberseguridad, que se ha intensificado como consecuencia del desarrollo de las plataformas digitales y el aumento en su uso por parte de nuestros clientes. Más allá de los avances en sistemas, en este punto el desafío sigue siendo la educación, la transmisión de consejos claros para que las personas decidan y actúen con conciencia. Nuestra expectativa es duplicar la inversión en ciberseguridad para 2025.
¿Algo más que quiera agregar?
Quiero aprovechar la oportunidad para resaltar el esfuerzo que ha hecho todo el equipo de colaboradores de Banco Santander en todo el país y la grandeza con la que ha trabajado durante este tiempo, adaptándose rápidamente a las distintas circunstancias que fueron surgiendo y sin perder por un instante el interés por permanecer cerca de nuestros clientes, un aspecto que caracteriza y distingue a la institución.
