Diego Labat, presidente del Banco Central del Uruguay
En un escenario incierto donde se prolongó la emergencia sanitaria por más tiempo del esperado, en 2021 el Banco Central (BCU) logró cumplir con varios de los objetivos que se había trazado. Los indicadores de la economía en la actualidad son alentadores y para 2022 se aspira a terminar de superar los impactos causados por la pandemia.
¿Qué balance hace del año 2021 para el BCU?
El 2021 fue un año complejo por la situación sanitaria que se prolongó y profundizó más allá de lo esperado. En ese entorno incierto, igual pudimos cumplir con varios de los objetivos trazados. En primer término, con la implementación de lo que hemos llamado “Hacia una moneda de calidad”, con el nuevo marco de política monetaria y el inicio del proceso de desdolarización. También, con el cumplimiento de las metas trazadas en la hoja de ruta del sistema de pagos.
Algunas presiones en ciertos precios, fundamentalmente causadas por el entorno externo, nos harán cerrar con la inflación algo por encima del rango. En el segundo semestre iniciamos la salida de la fase expansiva de la política monetaria, con aumentos de la tasa de interés de referencia, buscando dar las señales adecuadas de nuestro compromiso con la inflación como objetivo central del BCU en tiempos normales.
¿Cuáles son los desafíos que tiene el BCU para el año próximo?
Tenemos un desafío clave que es seguir reduciendo las expectativas de inflación de los agentes económicos. Aunque el entorno sigue mostrando incertidumbre, daremos las señales adecuadas para seguir afianzando la credibilidad en el objetivo trazado. Es fundamental mantener la senda y la mayor contribución que el Banco Central puede hacer al crecimiento del país.
En el sistema de pagos daremos pasos bien relevantes. Es muy importante para la eficiencia de toda la economía que el mismo funcione mejor y preste servicios más confiables y menos costosos a empresas e individuos.
También será relevante encontrar, junto con otros actores de la sociedad y el Parlamento, soluciones que mejoren el mercado de créditos al consumo, facilitando el acceso al crédito en mejores condiciones y dando garantías a todos los involucrados.
Por último, debemos mejorar nuestro proceso de autorizaciones, tanto de nuevas licencias como de emisiones en el mercado de valores, respondiendo a los mejores estándares internacionales, buscando dar agilidad a los actores del mercado y cuidando la confianza de los inversores.
¿Qué perspectivas vislumbra en el horizonte para la economía nacional, en un mundo todavía caracterizado por la incertidumbre y donde la pandemia ha tenido gran impacto?
La economía viene mostrando muy buenos indicadores de actividad y por sobre todo de confianza de todos los agentes. Seguramente el 2022 sea la continuación de esta tendencia y permita al país terminar de superar los impactos causados por la pandemia.
El mantenimiento de reglas de juego transparentes y adecuadas, así como el desarrollo de distintas reformas en curso, permitirán que inversores locales y extranjeros depositen su confianza en el país y contribuyan a un mayor crecimiento.
