Pablo Mieres, ministro de Trabajo y Seguridad Social
La tarea del Ministerio de Trabajo durante el año que culmina ha sido de gran intensidad. La cartera debió tomar diversas medidas para amortiguar los efectos que dejó la pandemia en materia laboral, y es momento de profundizar en esa línea. Para el 2022 le esperan variados desafíos al organismo, entre los cuales se destaca su participación en la reforma de la seguridad social.
¿Qué balance hace del año 2021 en lo que respecta a la gestión del Ministerio?
La evaluación que hacemos es muy buena desde el punto de vista de la gestión, frente a un año extremadamente desafiante y cambiante.
La primera mitad del año estuvo dirigida a sostener y profundizar los apoyos de cobertura social a miles de trabajadores, particularmente de subsidios por desempleo y por cuarentena, ante la primera ola de la pandemia. En tal sentido, tenemos la convicción de que los apoyos sociales promovidos desde el Estado han sido una de las grandes razones que permitieron que la reactivación productiva y laboral fuera vigorosa y rápida.
Al mismo tiempo, impulsamos instrumentos de promoción del empleo. En primer lugar, la aprobación por unanimidad en el Parlamento de la Ley de Promoción del Empleo para sectores vulnerables. Esta ley busca acompañar el proceso de recuperación laboral ofreciendo incentivos a los empleadores que contraten trabajadores pertenecientes a los sectores más afectados por la crisis del empleo, es decir, los jóvenes, las mujeres, las personas con discapacidad y los mayores de 45 años. Este instrumento está en pleno desarrollo.
Por otra parte, se aprobó la Ley de Oportunidad Laboral, que permitió contratar a través de las intendencias a 15.000 personas desocupadas para desarrollar tareas vinculadas a cada departamento durante seis meses y luego fue prorrogada por cuatro meses más. También se realizaron jornadas departamentales para la promoción del empleo en todos los departamentos del país, a efectos de mejorar la oferta de capacitación laboral desde la Dirección Nacional de Empleo y el Inefop, a través de los Comités Departamentales de Empleo.
Por otro lado, se convocó a la novena ronda de los Consejos de Salarios, que implicó la puesta en funcionamiento de casi 200 mesas de negociación para definir la situación salarial de más de 600.000 trabajadores por los próximos dos años. Este proceso de negociación ha transcurrido sin mayores inconvenientes y tenemos una evaluación altamente positiva sobre sus avances y los acuerdos alcanzados, demostrando una gran capacidad de diálogo y negociación por parte del Ministerio en la búsqueda de acuerdos en negociación colectiva.
Asimismo, la Inspección de Trabajo siguió aumentando su capacidad inspectiva, manteniendo una fuerte concentración en la primera parte del año en la fiscalización del cumplimiento de los protocolos sanitarios.
En tanto, durante el año se trabajó de manera muy intensa en la Comisión de Expertos para la Reforma de la Seguridad Social. En tal sentido, el año termina con un extenso y completo documento de recomendaciones que son la base para el trabajo de elaboración del proyecto de ley de reforma que deberá ser enviado al Parlamento el año próximo.
En materia de conflictividad se ha constatado un incremento en la segunda mitad del año, tanto en cantidad de conflictos como en su intensidad. El aumento en el número no llama la atención debido a las peculiares condiciones del segundo semestre –negociación salarial, descenso de las restricciones de la pandemia y horizonte de disputa por el referéndum-, pero lo que sí preocupa es la velocidad y desproporción que algunos de estos conflictos han adquirido, alcanzando medidas muy extremas sin gradualidad.
En síntesis, el 2021 fue un año muy intenso y cambiante al que creemos haber dado respuestas adecuadas, numerosas y oportunas.
¿Cuáles son las proyecciones que maneja para el año próximo en cuanto al funcionamiento y las actividades del organismo?
Para el año 2022 pretendemos avanzar en varias direcciones. Por un lado, modificar la Ley de Negociación Colectiva para levantar las observaciones de la OIT y actualizar el funcionamiento de los procesos de negociación colectiva. En tal sentido, no solo es necesario modificar la ley mencionada, sino que en el marco del Consejo Superior Tripartito y con la participación de los actores sociales, vamos a buscar introducir modificaciones en el funcionamiento de las relaciones laborales.
Entre otros temas que queremos abordar, desde nuestro punto de vista, se destacan la actualización de las categorías laborales de buena parte de las ramas de actividad, mejorar los criterios para la distribución de las empresas en los diferentes sectores, definir un protocolo para establecer los llamados “descuelgues”, adoptar medidas que permitan mejorar la representatividad de las partes en la negociación colectiva, y generar mecanismos que impidan que los sindicatos y las empresas más débiles de cada sector queden a merced de los acuerdos establecidos por las empresas y sindicatos más fuertes .
También, será el año de la aprobación de la Ley de Personería Gremial que ya está en el Parlamento.
En 2022 vamos a aprobar un nuevo procedimiento del proceso inspectivo para mejorar sustancialmente los tiempos y las respuestas de parte del Ministerio.
Vamos a seguir trabajando y profundizando en instrumentos de promoción del empleo, así como determinar mecanismos que permitan adelantar las tendencias del mercado de trabajo.
Del mismo modo, buscaremos desarrollar instrumentos e incentivos para promover la formalización de los trabajadores.
Y será seguramente el año de debate y aprobación de la reforma de la seguridad social, para dotar al sistema de sostenibilidad, equidad e integralidad.
¿Qué desafíos y amenazas vislumbra en el horizonte en el ámbito laboral, en una economía muy inestable, no solo local, sino a nivel mundial, y donde la pandemia ha tenido gran impacto?
Sin duda que la principal amenaza consiste en la enorme incertidumbre mundial sobre las futuras tendencias de la economía internacional y su eventual impacto en nuestro país. Por otra parte, a ello hay que agregar las circunstancias críticas que viven los países de la región.
En tal sentido, entonces, es muy difícil prever los impactos. Pero, de cualquier forma, el posicionamiento logrado por nuestro país puede ayudar a la captación de inversiones y al crecimiento de la actividad productiva.
En cualquier caso, la velocidad de cambio del mercado de trabajo y el desfasaje entre la calificación de muchos trabajadores uruguayos con respecto a las tendencias del mercado laboral, son los principales desafíos que tenemos por delante.