Alejandro Stipanicic, presidente de Ancap
En un año marcado por la incertidumbre, la empresa estatal de combustibles ha demostrado tener capacidad de generar transformaciones y competir. Hacia el futuro, el foco estará puesto en la continuación de los procesos de mejora, así como en la concreción de las reformas necesarias para el país.
¿Qué balance hace del año 2021 en lo que respecta a la gestión de Ancap?
Hay transformaciones en curso, enfocadas en la eficiencia y énfasis en una visión conjunta. La puesta en marcha del Centro de Servicios Compartidos de Matriz es un ejemplo: un centenar de empleados de ALUR (Alcoholes del Uruguay), Cementos del Plata y Ducsa (Distribuidora Uruguaya de Combustibles) se integraron en una transición planificada y cuidadosamente ejecutada para centralizar 20 procesos de negocio con muy buenos resultados, trasladando mejores prácticas de una empresa a otras y con ahorros en cubrir vacantes que parecían inevitables y en servicios contratados.
A su vez, se destaca la definición para el negocio del cemento y la cal con el inicio del proceso para una asociación en la explotación minera, los procesos industriales y la comercialización. El proceso competitivo busca seleccionar un socio con experiencia y vocación regional para activos que hoy se posicionan principalmente en un mercado uruguayo que se ha vuelto sobreofertado y agresivamente competitivo.
Otro cambio significativo es el contrato de suministro de azúcar para ALUR. El acuerdo a cinco años introduce incentivos a la eficiencia y modifica el reconocimiento en costos de fletes, el riego, la semilla o los gastos administrativos, que generaban inequidades entre los productores. Luego de una zafra récord en productividad agrícola desde 1970, se abre un período de certezas que deja atrás tensas negociaciones por precio, típicas de cada otoño. Se espera un ahorro de US$ 10 millones para los combustibles que elabora Ancap en los cinco años, punto de partida para cambios ligados al nuevo modelo de negocio que supera el concepto de productores subsidiados y evoluciona a productores con incentivos adecuados para producir más y mejor y que, en caso de no lograrlo, cuentan con un sistema que premia de manera justa el mérito y el esfuerzo.
Más allá de los resultados económicos de los últimos trimestres, hay una constatación que merece destaque: Ancap presenta resultados positivos en los negocios no monopólicos, demostrando su capacidad de competir. Con la aplicación de la nueva metodología para la fijación de los precios desaparece el concepto de renta monopólica. De esa manera, los ingresos de Ancap no pueden ser superiores a los que fija el mercado y quedaron expuestos los subsidios a sectores o productos y el costo de cuestiones relacionadas con los biocombustibles y la regulación de la cadena posterior a Ancap en los mercados de combustibles.
En el año que culmina podemos sentirnos satisfechos con la labor realizada en todas las dimensiones de las empresas del Grupo Ancap, pero sabemos que son los primeros pasos para alcanzar transformaciones profundas y sustentables reclamadas por la sociedad.
¿Cuáles son las proyecciones que maneja para el año próximo en cuanto al funcionamiento y las actividades de la empresa pública?
Debemos seguir generando cambios que permitan actualizar procesos de negocio y de decisión que se encontraban descuidados. La prioridad es el suministro de combustibles de alta calidad según las normas europeas vigentes y a precio competitivo.
Tenemos iniciativas en curso para elevar la ocupación de las plantas de distribución con servicios a terceros, lograr condiciones para exportación de biocombustibles, extender el horario de despacho de combustible a las estaciones de servicio y desarrollar la complementación con otras empresas.
Las nuevas regulaciones en la distribución van a generar cambios en la estrategia comercial de Ducsa, que gestiona la red de estaciones Ancap, la más grande y reconocida del país. La cercanía y productos y servicios que prestigian la marca, van a ser distintivos en la competencia de un sector que recientemente incorporó jugadores de primer nivel.
Sin duda el proyecto más ambicioso, demandante y exigente es la migración de nuestro sistema de gestión corporativa. En 1999 Ancap incorporó SAP R/3 para el manejo de los sistemas contables y luego lo extendió a otros procesos básicos. Pero hoy, el corazón de los procesos se basa en definiciones que son del siglo pasado: pionera en la introducción de sistemas de gestión, luego de 22 años Ancap no avanzó. Como es prioritario disponer de sistemas de información y documentación modernos, ágiles y confiables, se resolvió la implementación de SAP 4/Hana, el sistema de gestión corporativo más difundido y avanzado en el mundo empresarial, y se estableció una estrategia de implementación para todas las empresas del grupo.
El próximo año van a tomar forma los proyectos de hidrógeno verde impulsados por el Poder Ejecutivo. En ese marco, y para el largo plazo, el capítulo offshore tiene a Ancap como impulsor y pronto esperamos contar con los términos y condiciones para el desarrollo de granjas eólicas en el mar dedicadas a la producción de hidrógeno para la exportación a gran escala, en una idea que ha captado la atención de numerosas empresas energéticas globales.
¿Qué desafíos y amenazas vislumbra en el horizonte en el ente? ¿Cuáles son las fortalezas que tiene el organismo para enfrentar los contratiempos que derivan de un escenario de incertidumbre, ya sea del precio del crudo, como también de inestabilidad económica mundial?
La incertidumbre en los mercados es propia de la gestión empresarial, pero en los combustibles en Uruguay ha sido determinada por fijación de precios que, lejos de reflejar la evolución internacional, por muchos años respondieron a decisiones regulatorias y políticas. Lo que aparentaba una cierta estabilidad para el mercado local, generó significativas distorsiones en los resultados de Ancap, que mientras amortiguaba precios acumulaba ganancias financiadas con la reducción de competitividad de sectores productivos e impactaba negativamente en las finanzas de los ciudadanos.
Hay oportunidades de mejora en las condiciones laborales y de contratación que tiene Ancap y que no tienen otras empresas. Con la capacidad y competencia de las personas que integran Ancap y con incentivos adecuados para alianzas con privados, creemos que tenemos una base fuerte para enfrentar los desafíos de una transición energética imprescindible. Como dice un viejo slogan siempre vigente, “solo poniendo lo mejor se puede llegar más lejos”, y Ancap tiene sobradas capacidades para liderar la innovación y las transformaciones que tanto necesita Uruguay.