Horacio Correge, country head y CEO de Scotiabank Uruguay
Scotiabank se compromete a impulsar el desarrollo del país y tener un rol clave en la vida cotidiana de las personas. De cara al futuro, la expectativa es de crecimiento en todas las líneas de negocio, de la mano del crecimiento económico. Uno de los focos en materia de gestión implicará realizar inversiones de procesos y tecnologías para mejorar la atención de sus clientes y optimizar la eficiencia de las operaciones.
¿Qué balance hace del 2022? En un contexto que estuvo enmarcado por la incertidumbre internacional, los temas geopolíticos, la desaceleración y los vaivenes económicos, ¿se cumplieron los objetivos planteados a comienzos de año?
Luego de un año durante el cual la economía uruguaya creció por encima de lo esperado, la expectativa que tenemos para 2023 es que se consolide ese crecimiento y, aunque a una tasa posiblemente inferior, el mismo impulse el desarrollo del país generando así oportunidades para las empresas y las personas. En ese sentido, somos optimistas al respecto y, como actores relevantes de la economía, estamos comprometidos con contribuir con todo lo que esté a nuestro alcance para que así sea. En este marco, mantener la inflación a raya aparece como uno de los desafíos para el año próximo.
A su vez, las personas siguen asignando a los bancos un rol clave en su vida cotidiana. Nos piden que custodiemos sus valores, que las ayudemos a cumplir sus sueños, que les demos beneficios, que les facilitemos sus días. Y en eso estamos trabajando duro con la digitalización como aliada clave. Así que esa seguirá siendo nuestra agenda durante 2023.
Mirando al 2023, ¿qué expectativas tiene para el negocio de Scotiabank y cuáles son los grandes desafíos?
En primer lugar, seguir contribuyendo al desarrollo de Uruguay y su gente, a través de la esencia del negocio bancario, es decir, ofreciendo los productos y servicios que cada uno necesita. En segundo lugar, hacerles la vida cada vez más fácil a nuestros clientes a través de la digitalización, con soluciones cada vez más amigables y accesibles.
Nuestra expectativa es de crecimiento en todas las líneas de negocio, acompañando el crecimiento económico. En tanto, continuaremos desarrollando nuestras inversiones en procesos y tecnología para poder atender mejor a nuestros clientes y optimizar la eficiencia de nuestras operaciones. En este aspecto, hemos progresado mucho en lo que es nuestra propuesta digital y en el desarrollo de nuestras aplicaciones. Por tanto, hay un número creciente de transacciones que los clientes pueden hacer fácilmente a través de nuestra aplicación. Asimismo, tenemos una vocación de que el cliente pueda realizar todo de manera digital; sin embargo, sabemos que en muchos procesos todavía necesitamos que el cliente se acerque a la sucursal, que llame o que lo contacte un ejecutivo para poder completar sus operaciones. Esto tiene sentido para operaciones complejas o en las que hace falta un asesoramiento del banco, y eso es muy difícil reemplazarlo por los medios digitales. Pero para lo que es la transaccionalidad del día a día, lo que tiene que ver con una apertura de cuenta o la solicitud de un producto, estamos haciendo esfuerzos para que cada vez más los clientes puedan transitar el camino digitalmente, y eso lo estamos plasmando a través de nuevos productos. Ahora sacamos un producto orientado a los jóvenes, que es la cuenta Go, con determinados atributos: no tiene costo y es para gente de hasta 30 años de edad. Con Go, que está teniendo muy buen desarrollo y aceptación, el cliente no necesita ir personalmente al banco, sino que puede obtener el producto de manera 100% digital.
¿Cómo ve posicionado a Uruguay en esta economía mundial y regional de hoy, con amenazas de recesión en algunas zonas del mundo e incertidumbres en el mercado laboral?
Uruguay tiene muchos aspectos positivos a destacar. Es una economía con grado de inversión en el marco de una región donde no está presente esta característica. El respeto por los contratos, la vigencia del Estado de derecho, el marco de seguridad jurídica que se otorga a los inversores, los bajos niveles de percepción en términos de corrupción que existe en el país, la calidad de la democracia, de las instituciones, son todos elementos atractivos para inversores de calidad que buscan estas características en un mercado. Por lo tanto, Uruguay lo cumple, y lo hace muy bien.
No hay duda que quedan desafíos. En este aspecto, hay algo intrínseco a las características del país, que es el tema de escala, o de volumen, que para determinadas industrias podrá ser relevante, para otras no tanto, pero es una realidad. Un tema que está en el debe es el de la competitividad o el costo país, que más allá de una situación coyuntural de tipo de cambio, hay temas estructurales que como país tenemos que seguir trabajando.
Incluso en este marco, Uruguay sigue atrayendo inversiones y es atractivo para algunos capitales en determinados sectores. Obviamente está el tema de la inflación, lo mismo que le pasa a la mayoría de las economías del mundo. Sin embargo, el país ha retomado su senda de crecimiento, y en términos de nivel de empleo está en una situación incluso mejor que en prepandemia y con buenas perspectivas para 2023. En ese escenario, nos permitimos ser optimistas respecto al desarrollo de nuestros negocios.
Por otra parte, los bancos hoy siguen siendo actores clave en el desarrollo del país, las personas y las empresas. Estamos a su lado comprometidos con que el crecimiento, el cumplimiento de sus sueños, sea sustentable en el largo plazo, porque a nadie sirve que este sea efímero. Scotiabank en particular trabaja cada día para que al país y a las personas les vaya bien.