Carlos Delfino, presidente de la Confederación Empresarial del Uruguay (CEDU)
El sector empresarial se encuentra con “altibajos”, y CEDU ha tenido un rol activo en el planteo de los problemas que se enfrentan a nivel nacional en diálogo con las autoridades de gobierno. Si bien los resultados no han sido los deseados, celebran que van en el camino correcto. Una de las dificultades que sigue sin solucionarse es la relativa a la diferencia cambiaria con los países vecinos, que golpea considerablemente a las fronteras.
¿Qué balance hace de la performance de CEDU durante el 2022?
El año anterior solicitamos más participación y en este año que termina podemos decir que hemos estado más activos y participativos en los problemas que se enfrentan a nivel nacional, no siempre con los resultados que pretendemos. A veces parecen insignificantes ante las dificultades que se plantean, pero nunca está demás destacar la buena voluntad de escucharnos de parte de las autoridades. Si bien las soluciones son lentas y casi imperceptibles, van hacia un objetivo que todos pretendemos.
Se ha logrado participar conjuntamente con la Agencia Nacional de Desarrollo (ANDE) en el proyecto de Modo Digital, que es una plataforma para que las mipymes de todo el país puedan iniciar el camino de la transformación digital, en donde integramos el Consejo Consultivo. También se ha trabajado en conjunto con la Confederación de Cámaras Empresariales (CCE), de la cual somos socios, en el tratamiento del documento de Agenda de Políticas Públicas 2022, presentada recientemente. Hemos tenido participación activa en el programa radial presentado por la CCE, “Los empresarios hablan”. Y seguimos con diferentes cámaras trabajando en conseguir regular los costos de los medios de pago.
En definitiva, la evaluación siempre es corta en los resultados, porque son muchos los desafíos, pero también somos conscientes del esfuerzo de toda la CEDU para mantenernos activos y participativos en los problemas que nos aquejan.
Hacia el cierre del año, ¿cómo evalúa la situación del sector empresarial?
La evaluación no es fácil de hacer porque como bien se sabe representamos a los centros comerciales del interior del país en donde tenemos todas las actividades posibles y realidades de acuerdo a los diferentes territorios. Somos representantes de las mipymes del Uruguay. Aclarado este punto, la situación en la actualidad en general no es la mejor. Si bien tenemos regiones que por obras, ya sean de infraestructura como de empresas multinacionales que se están realizando, han mejorado su desempeño y su actividad, también es cierto que son mejoras temporarias.
Tenemos un gran problema en las zonas del litoral por la diferencia cambiaria que existe con Argentina en especial, pero también con Brasil. Venimos trabajando activamente con reuniones con el Poder Ejecutivo para buscar soluciones, pero estas no parecen ser efectivas para poder controlar el trasiego de divisas hacia esos países, creando en las ciudades fronterizas una situación muy desfavorable para los comercios de todas las actividades y la sociedad toda.
En definitiva, el sector empresarial está en este momento con altibajos, por varios motivos. La apertura de fronteras y la diferencia cambiaria con los países limítrofes hace que muchas divisas que circulaban en el interior del país se trasladen fuera del mismo, generando menos movimiento en todo tipo de actividad. También, al estar caros con respecto a los vecinos, se va a dificultar el turismo en esta temporada.
¿Cuáles son los mayores desafíos que tienen las empresas a futuro?
Desde CEDU creemos que los mayores desafíos para los empresarios a futuro son aggiornarse a la nueva realidad, las nuevas tecnologías, el cambio de actividades laborales que se avecinan, y para los comerciantes e industriales que ya tienen un tiempo prolongado de actividad se hace difícil implementar cambios, que cada vez son más rápidos. Por eso desde CEDU tenemos que seguir apostando a la transformación de las mentes de los empresarios, para conseguir la perdurabilidad de sus empresas en el tiempo y seguir planteando a las autoridades las inequidades que hay entre las empresas chicas y grandes, entre las formales e informales, y trabajar activamente en tratar de bajar los costos estatales y trámites para hacerlos menos onerosos y más simples. No es una tarea fácil, pero a pesar de las frustraciones de no poder conseguir resultados positivos, tenemos el deber de seguir planteando todas las problemáticas a nivel general y particular de cada región.
En definitiva, el desafío para el futuro es que, a pesar de los cambios de consumo de la población, cambios de prioridades, cambios tecnológicos, y del mantenimiento de los problemas de siempre de costos, competitividad, informalidad e injusticia, tenemos que seguir existiendo. Para eso el empresariado tiene que profesionalizarse, educarse, abrirse a las nuevas tecnologías, aunque nos cueste, ya sea por edad o capacidad. Lo que tenemos que hacer desde CEDU es trata de colaborar y que les lleguen a todos los cursos y capacitaciones de la mejor manera.
¿Qué expectativas tiene para el próximo año?
Venimos de dos años intensos reconociendo las dificultades que trajo al mundo entero la pandemia y la guerra en Europa: inflación general, desempleo, cambios estructurales en las sociedades, en los hábitos de la gente, en las formas de comunicación, de consumo y de prioridades. El deseo es que el 2023 traiga un poco de calma al mundo para así poder enfrentar tantos cambios y dedicarnos de lleno a reconstruir nuestras sociedades. Dicha transformación nos tiene que permitir tener las mentes abiertas a los cambios no solo a las personas, sino también al gobierno y las instituciones.
Hay que realizar reformas y no todas tienen que ser agradables, pero tenemos que permitirnos discutirlas, como puede ser la reforma de la seguridad social, de la educación, la descentralización de los procesos, la reforma en el ámbito laboral (donde están realmente representados todos los sectores y nos solo los grandes sindicatos o sectores empresariales y que se identifiquen por tamaño y lugar territorial).
Lamentablemente, para CEDU las expectativas se repiten a lo largo de los años, algunas se profundizan por las circunstancias y otras mejoran, pero tenemos claro que son muchas. Dentro de esas, hay algunas en las que no podemos dejar de insistir, como la lucha contra la informalidad. Estamos convencidos de que la formalidad es el único sistema para que la sociedad se desarrolle con un futuro justo, estable y perdurable en el tiempo. Otro tema ineludible es poder concretar, a base de seguir insistiendo a las autoridades, una política de frontera para nuestros socios que hoy sufren la diferencia cambiaria con los países vecinos. Seguiremos trabajando en tratar de bajar los costos de los aranceles de los medios de pago e implementar nuevos sistemas menos costosos, y ayudar en los procesos necesarios para que nuestros asociados obtengan la debida capacitación de las nuevas tecnologías. Y, por último, a nivel gremial seguir insistiendo en poder lograr más participación a la hora de tomar las decisiones que involucren nuestras actividades empresariales y defender y fomentar la institucionalidad de CEDU.