ANDRÉ GAILEY, GERENTE GENERAL DE ITAÚ URUGUAY
Para André Gailey es muy difícil visualizar a la banca en los próximos 40 años, ya que es un rubro que se encuentra en constante transformación y desarrollo. Sin embargo, entiende que los bancos serán diferentes ya en un corto plazo, donde la centralidad en el cliente será un factor cada vez más fundamental y que llevará a la sustentabilidad del negocio.
¿Qué hitos destacaría en el sector bancario uruguayo en los pasados 40 años?
La concentración del sistema en una menor cantidad de instituciones es uno de los hitos, ya que a la vez atienden a una mayor parte de la población. Al día de hoy, operan en el país menos de la mitad de los bancos que existían 20 años atrás.
Otro hito es la mejora en la oferta de productos y servicios que los bancos han puesto a disposición de los clientes; así como también la reducción de la red de sucursales tradicionales, complementada por el desarrollo de canales de atención alternativos, cada vez más completos, estables y de mejor calidad.
Y, por último, la digitalización de la atención y las transacciones, acompañando la transformación de los negocios.
En un mundo tan cambiante como el de hoy, ¿cuáles son los principales desafíos estratégicos que tiene el negocio de Itaú en el largo plazo? Pongámosle en los próximos 40 años.
Es muy difícil prever los próximos 40 años en un rubro que está en total transformación. Sin embargo, sí sabemos que los bancos serán muy diferentes en un período mucho más corto en el tiempo (cinco a 10 años). La centralidad en el cliente será un punto cada vez más importante para poder tener un negocio sustentable.
Será necesario contar con una oferta completa de soluciones digitales, acompañando la digitalización de la atención, de la venta, y de las transacciones. La atención humana seguirá siendo fundamental en la construcción de cualquier propuesta de valor, pero cada vez más enfocada en los momentos de grandes decisiones de los clientes, más consultiva, e integrada a soluciones digitales.
Los bancos serán grandes proveedores de infraestructura de pagos, crédito y servicios, pero la distribución será hecha por intermedio de múltiples empresas digitales y no digitales.
Las soluciones para los clientes serán cada día más sencillas y más intuitivas. Siempre lo mejor para el cliente.
Más allá del negocio, ¿cómo ve preparado al país para ser el soporte de esos desafíos que tiene el banco?
Uruguay tiene un sistema financiero muy saludable, de mucha calidad y muy competitivo.
Los grandes desafíos están en los costos. Reducir las contribuciones que generan una carga muy alta comparada con la de otros países y en especial al compararla con las fintech. A su vez, reducir el costo de capital, tornando las exigencias comparables a las internacionales. Y reducir la exigencia de trámites físicos y formalidades que impactan la experiencia de los clientes y los costos; permitiendo e incentivando una ganancia de escala para el sistema. Sin atacar el problema del costo, las inversiones serán menores y la velocidad de cambio más lenta. Y el sistema quedará vulnerable a los jugadores del exterior y fintech que no tienen esos costos.
¿Qué se necesita y hoy no está vigente en materia de regulación para avanzar en estos desafíos?
El gobierno tiene una pauta muy positiva, enfrentando el problema de la reforma del sistema previsional, el desarrollo del mercado de capitales, la alta dolarización de la economía, la multiadquirencia, y los pagos instantáneos… muchos avances relevantes. Necesita enfrentar aún más los temas de costos mencionados.