SALVADOR FERRER, PRESIDENTE DEL BANCO REPÚBLICA
El escenario competitivo de los bancos ya no solo estará pautado por la banca tradicional, sino por la llegada permanente al mercado de nuevos jugadores y soluciones: las fintech, según expresó Ferrer. En ese sentido, sostuvo que es preciso encontrar un modelo de integración que permita aunar esfuerzos y así lograr continuar por el camino de la innovación.
¿Qué hitos destacaría en el sector bancario uruguayo en los pasados 40 años?
Son varios, pero me quedo con tres principales que son las tarjetas bancarias, tanto de débito como de crédito. No solo han permitido reducir el efectivo, y con eso han aumentado la seguridad, sino que permiten una opción de crédito generando múltiples beneficios para empresas y consumidores.
Otro hito son los cajeros automáticos, que han permitido una más extensa atención en diferentes puntos del país, y también la mejoró porque permitió elevar la calidad del servicio. Y el tercero es la llegada de internet a la industria que, sin duda, propició un banco con otra cercanía y otra facilidad de operar, de estar informado, y todo sin necesidad de ir a la sucursal.
Más allá de estas transformaciones en todo el mundo, en Uruguay, creo, la crisis de 2002 fue el evento transformador más relevante de estos últimos 40 años en la medida que implicó una corrida bancaria sin precedentes, que el país logró resolver exitosamente, pero que cambió la forma del sistema bancario local. Salieron definitivamente todos los bancos de capital local, permaneció y se concentró la banca en pocos y grandes jugadores internacionales de primera línea, además continuó el BROU como el banco más importante en tamaño, con una altísima valoración de marca e imagen de parte de los uruguayos.
En un mundo tan cambiante como el de hoy, ¿cuáles son los principales desafíos estratégicos que tiene el negocio del BROU en el largo plazo?
Los principales desafíos estratégicos que veo es la continua adaptabilidad a los cambios, no solo tecnológicos sino culturales, que se vienen procesando en la sociedad, y que puedan impulsarse aún más a raíz de esta pandemia, en particular relacionados con la interacción remota de los clientes con la banca, y la menor necesidad de acercarse a las sucursales.
El desafío que para el Banco País esto implica -en la medida que hemos asociado históricamente, y aún hoy así lo creemos- pasa por acercar el banco al territorio, a su población y a sus clientes. En el futuro, a la vez que esto seguramente seguirá siendo una realidad, no podemos desconocer que el modelo de atención va migrando hacia uno cada vez más digital, con lo que tendremos que resolver nuevas e innovadoras formas de estar cerca de nuestros clientes, sin perder la esencia de lo que el banco es para ellos.
Al mismo tiempo, la superación continua de ofertas de soluciones transaccionales digitales, y ya no solo el modelo de atención, estarán en juego de forma permanente. Ese es un desafío para la banca y, en particular, para un banco de las características del BROU.
El escenario competitivo ya no solo estará pautado por la banca tradicional, sino por la llegada permanente al mercado de nuevos jugadores y soluciones, lo que hoy llamamos comúnmente las fintech, que vienen con una capacidad de innovación en general muy superior a la que la banca tradicional ha tenido, y con las que tenemos que encontrar un modelo de integración razonable que permita aunar esfuerzos, desarrollar sociedades, en beneficio de nuestros clientes, nuestro accionista y nuestros empleados.
La “banca abierta” es, al fin y al cabo, un ejemplo de hacia dónde va la industria bancaria en el futuro relativamente inmediato.
Más allá del negocio, ¿cómo ve preparado al país para ser el soporte de esos desafíos que tiene el banco?
Uruguay se ha caracterizado siempre por su estabilidad económica, política y social, y esto lo ha llevado a definirse como un receptor de inversión extranjera relevante que ayuda al desarrollo económico. Por otra parte, en los últimos tiempos, ha apostado y desarrollado de forma superlativa una industria del software y las nuevas tecnologías (TICs), que ya viene demostrando no solo dentro sino, muy particularmente, fuera de fronteras las capacidades de los uruguayos. Esto tiene que ser piedra fundamental de ese desarrollo de la industria bancaria también en los tiempos por venir.
¿Qué se necesita y hoy no está vigente en materia de regulación para avanzar en estos desafíos?
En el mercado bancario la competencia es hoy, para el caso del BROU en particular con jugadores internacionales de primera línea instalados en el país. Pero con los avances del mercado ya cada vez es más relevante pensar en otros actores o jugadores, como por ejemplo las fintech, ya sea como competidores o como eventuales socios que van cambiando las reglas de juego.
La regulación tiene que ir contemplando esos avances. Desde el Banco Central, como regulador, se viene trabajando en estos aspectos; por ejemplo, analizando la normativa respecto de la banca abierta y el acceso de los diferentes jugadores al mercado. Seguramente la pandemia nos adelantó otras cosas que podían venirse a futuro, como el teletrabajo, que también va a necesitar su normativa.