Claro Empresas realizó una nueva entrega de su Clínica de Tendencias, un evento en el que personalidades internacionales y locales intercambiaron opiniones y experiencias sobre tecnología, negocios y emprendimientos. En este escenario, el economista y emprendedor Leo Piccioli, ex CEO de Staples y reconocido orador y autor en el mundo empresarial, conversó con Empresas & Negocios sobre el futuro del trabajo, cómo hacer frente al cambio tecnológico y las claves para mantener a un equipo motivado en la actualidad.
Por Naara Pérez Carrere | @NaaraPerez3
Luchar contra un mandato es la manera en que Leo Piccioli entiende su trabajo del día a día. Incluso su propia experiencia materializa este concepto: luego de casi dos décadas al frente de una importante corporación decidió dejarlo todo para dedicarse a ayudar a otros líderes a enfrentar el cambio tecnológico.
“La vida es muy larga, hay muchas cosas por hacer y hay que estar todo el tiempo probando cosas. Es difícil, porque no hemos sido formados para eso; nos formaron para tener la misma profesión toda la vida y a los 60 años retirarnos con el mismo diploma de 40 años antes que ya no es válido, porque todo cambió en ese tiempo”, va a decir en algún punto de la charla. Aceptar que no sabemos, ser insoportablemente curiosos y enfrentar el miedo al fracaso son algunas de las claves para estar preparados ante el vertiginoso mercado laboral signado por la automatización y, por qué no, para enfrentar otros aspectos de la vida misma.
¿Cómo ve el desarrollo del área del liderazgo y emprendedurismo en Uruguay en comparación con el resto de la región?
Ambas áreas necesitan condiciones que Uruguay tiene, que es una sociedad, una economía, una educación que piensa en el largo plazo. Además, una estabilidad- que es la envidia del otro lado del río- que permite que el emprendedor y que el líder se enfoquen en lo que quieren enfocarse, minimizando las distracciones.
Uruguay tiene algo genial, que es esa previsibilidad, que hace que todo lo demás pueda enfocarse. Esto es lo más importante, la visión de largo plazo que reduce la fricción y el ruido en el día a día.
¿Cuáles son los principales cambios en el mundo del trabajo y cómo pueden adaptarse a ellos las empresas?
El más importante es casi absurdo: es el hecho de que no sabemos. En 1950 una madre le podía decir a su hijo ‘tenés que estudiar medicina porque te va a ir bien’, pero hoy si yo veo esa situación me río, porque no hay forma de que esa madre sepa que un médico tiene un buen futuro, en un futuro signado por la inteligencia artificial.
Entonces, lo primero es admitir un grado de humildad mucho mayor del que teníamos antes.
Hasta hace unos años decían ‘hay que estudiar Stem, las ciencias duras, programación, ese es el futuro’, y ahora de repente vemos que con un modelo de lenguaje como Chat GPT podemos resolver miles de cosas en forma más fácil.
Hay profesiones que pasan por esta discusión de lo automático y lo humano, toda tarea repetitiva se va a automatizar. Entonces esto nos desafía a ser más humanos y el que hace todo repetitivo va a salir perdiendo. Pero el problema de esto es que lo repetitivo nos da seguridad.
Siento responsabilidad propia y creo que muchos de nosotros tenemos que salir con el mensaje de la humildad, la curiosidad y de que el cambio es bueno.
Nadie se arrepiente de hacer mal las cosas, por el contrario, la gente se arrepiente de no hacerlas. Pero hay un sesgo que nos lleva a temer más al fracaso que a desear el éxito. Podemos tener las mismas probabilidades de fracasar que de triunfar, y aun así no hacemos nada, porque el riesgo de fracasar nos congela.
Por otra parte, también es un peligro que nos enfoquemos solamente en lo que tenemos alrededor nuestro. Mi mensaje a los emprendedores es que hay que pensar que hay 8.000 mil millones de clientes potenciales.
Creo que la conclusión que se desprende de todo esto es que tenemos que ser más humildes y más curiosos. Tenemos que ser insoportablemente curiosos.
La agenda pública de Uruguay de los últimos meses estuvo marcada por propuestas relacionadas con la reducción de la jornada laboral. ¿Cómo puede impactar esto al futuro del trabajo?
Trato de alejarme de las discusiones del día a día y pensar cómo va a ser el trabajo en 20 años. Mi opinión es que las fronteras entre ocio y negocio se desdibujan, lo mismo con las fronteras entre oficina y hogar -como ya pasó en la pandemia- y entre país y país y vamos a trabajar más por objetivo que por horario.
Me parece más importante que los políticos se peleen entre ellos, pero que sepamos, pensemos y discutamos ese largo plazo y cuál es la forma menos dolorosa de llegar.
Hablando del futuro del trabajo ¿cuáles diría que son las claves para abrazar el cambio tecnológico?
Hay que saber que para cada caso la tecnología a veces nos puede mejorar y algunas otras veces no. El desafío es lograr que neto te mejore mucho. Y está pasando, porque la expectativa de vida hace 100 años era la mitad de hoy, y un teléfono te permite hacer cosas que hace 100 años no podrías haber hecho, y podemos viajar o disfrutar de la vida y trabajar muchas menos horas por día.
Parte del desafío de abrazar el cambio tecnológico, además de humildad y curiosidad, es hacer muchas apuestas chiquitas, tener hobbies, la vida es muy larga, hay muchas cosas por hacer y hay que estar todo el tiempo probando cosas. Es difícil, porque no hemos sido formados para eso, nos formaron para tener la misma profesión toda la vida y a los 60 años retirarnos con el mismo diploma de 40 años antes, que ya no es válido porque todo cambió en ese tiempo. Es luchar contra un mandato.
¿Cómo se mantiene motivado a un equipo en la actualidad?
Creo que la clave de mantener motivado un equipo está en la palabra, en dar motivos.
En el siglo XIX, XX la gente trabajaba para sobrevivir, pero cada vez trabajamos menos para eso. Uno trabaja por las tres D: dinero, desarrollo y diversión. Entonces el jefe del siglo XXI piensa que trabajamos solo por dinero, pero también trabajamos por desarrollo y por diversión.
Creo que es encontrar el motivo y entender que cada vez somos más distintos. Antes éramos todos obreros, empleados, oficinistas, ahora somos cada uno distintos, y si fuéramos todos iguales nos reemplaza el Chat GPT.
Por eso, ser un líder es cada vez más difícil, porque es entender que tu equipo está por motivos distintos trabajando contigo y poder convertir ese cambio que uno busca en algo atractivo para cada uno.