Albertoni: “Este gobierno ha dejado todo en la cancha para abrirnos más y decirle al mundo que Uruguay quiere avanzar en su inserción comercial”

EL TRABAJO DE ABRIR EL PAÍS AL MUNDO

Nicolás Albertoni, vicecanciller de la República

Desde que el presidente Lacalle Pou lo llamó para sumarse a su gabinete como vicecanciller de la República, propios y ajenos a la coalición de gobierno coincidieron que era la persona ideal para el cargo.

Albertoni es hoy uno de los principales referentes en temas de política internacional de la coalición de gobierno y una de las caras de la renovación en esta temática. Es el único del ejecutivo nacido en democracia. Le tocó “salir a la cancha” y asumir como vicecanciller con 35 años. Hay que remontarse casi hasta los tiempos de Baltasar Brum para ver a un integrante tan joven en la dupla que encabeza la diplomacia uruguaya, hoy junto al canciller Omar Paganini.

Es una figura que muchos ven con potencial a futuro dentro del Partido Colorado pero que hoy descarta pensar en clave electoral y su foco está en “trabajar por el desarrollo del país y para eso debe volver a ganar la coalición de gobierno”.

Tiene dos PhDs, uno en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales por la University of Southern California; y otro en Administración de Empresas por la Universidad Católica Argentina. Cuenta con un Master en Economía por la University of Southern California, y un Master de la School of Foreign Service de Georgetown University de Estados Unidos.

¿Qué implicó para usted que, después de varios años trabajando en temas de desarrollo e inserción internacional, su partido y el presidente lo hayan convocado para asumir como vicecanciller de la República?

Es una gran responsabilidad que tanto mi partido como el presidente hayan confiado en mí. Es verdad que desde hace tiempo sigo estos temas por mi sombrero académico. Es muy interesante estar en este rol en un momento tan cambiante para el mundo. Al llegar al ministerio me encontré con gente muy competente con los que estamos trabajando mucho para avanzar más allá de las adversidades que hoy plantea el mundo actual. Tras una pandemia que paró al mundo, el inicio de dos nuevas guerras, se generó un contexto en el que desarrollar una política es muy diferente al que nos podríamos haber imaginado al iniciar la función. 

En diferentes charlas y conferencias usted ha mencionado que la diferencia entre la política exterior y otras políticas públicas es que en la política exterior uno puede avanzar hasta el 50% de la ejecución. El presidente ha insistido en este concepto. ¿Cómo estamos en ese 50% que nos compete?

Sí, porque algo que pocas veces se ve es que en política exterior el resultado político no pasa únicamente por lo que el país quiera o pueda hacer, sino también por lo que el contexto global y la contraparte en cuestión quieran. Este oficio no es para ansiosos. Porque la ansiedad te precipita. Siempre insisto acá en el ministerio que en un mundo como el de hoy a veces no queda otra que avanzar de a milímetro. Pero la regla es avanzar. Entrar a cada reunión bilateral con el objetivo de salir con algo –por más chico que parezca– en lo que antes no habíamos avanzado. Para eso es clave tener una planificación y metas claras. Nadie puede negar que este gobierno ha dejado todo en la cancha para abrirnos más y decirle al mundo de que Uruguay quiere avanzar en su inserción comercial. Pero a veces los tiempos del mundo no van en línea con la proactividad que quisiéramos.

Asimismo, en ese periplo de habernos puesto grandes objetivos hemos recogido bastante en el camino. Como suma de todos los esfuerzos conjuntos con Ganadería y otros ministerios, a lo largo de estos casi cinco años hemos logrado nuevas habilitaciones que impactan positivamente en más de 70 productos exportados. Y si se cuenta cada avance de estas habilitaciones en millones de dólares, más de uno se sorprendería. Por ejemplo, la habilitación de estómagos bovinos a China se estima que represente unos US$ 40 millones al año, y el ingreso de lengua bovina a Japón se estima en un ingreso de US$ 20 millones al año. Y así seguimos contando….

Por todo esto te diría que en ese 50% que corresponde a Uruguay estamos haciendo todo lo que está a nuestro alcance.

El presidente le ha encomendado las negociaciones en el marco del Cptpp. ¿De qué se trata este acuerdo realmente y en qué estadío estamos? De avanzar, ¿qué sectores se beneficiarían?

Te diría que diariamente monitoreamos el tema. Hemos tenido reuniones a varios niveles con los 12 miembros del Cptpp. Es un acuerdo formado por 12 países que, en su conjunto, representan cerca del 7% de la población mundial, el 12% del PIB global y el 15% del intercambio comercial mundial. Estamos hablando de un acuerdo que le permitiría a Uruguay en un solo movimiento tener acuerdo con 12 países y con un impacto muy positivo tanto en productos industriales como agropecuarios. Los países que están en la lista para ingresar al acuerdo hoy son China, Taiwán, Costa Rica, Uruguay y Ucrania. Tras el reciente ingreso de UK el año pasado, todo indica que en los próximos meses decidirán quién es el siguiente país en ingresar al acuerdo. Nosotros estamos haciendo realmente todo lo que está a nuestro alcance para ser ese país y poder ingresar al acuerdo.

La Cámara de Senadores votó por unanimidad la aceptación al Tratado de Cooperación en Materia de Patentes, un tratado clave para ingresar al Acuerdo Transpacífico. ¿Por qué se demoró tanto, sabiendo que sin el mismo no había Cptpp (Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico)?

Es un tema parlamentario. Lo importante para nuestro trabajo es que se aprobó. No es que por esto vamos a ingresar al Cptpp, pero seguro ya no es una traba que mañana se pueda poner para que ingresemos. 

En 1995 el Mercosur y la Unión Europea (UE) emprendieron el camino hacia la concreción de un acuerdo comercial entre ambas regiones. Ha pasado el tiempo y poco se ha avanzado. ¿Cuán cerca y cuán lejos se está de un acuerdo con Europa?

Es verdad que el proceso ha sido largo. Es incierto saber cuán cerca o lejos se está de finalizar el acuerdo cuando cada semestre puede aparecer una nueva sorpresa. Al día de hoy la pelota parecería estar más del lado europeo que del Mercosur. 

Con China no se pudo avanzar bilateralmente, ¿por qué?

Ha habido varios factores. De todas maneras, las puertas no están cerradas para nada. Hace poco vino a Uruguay la vicecanciller China Hua Chunying, e insistimos en la posición de Uruguay de querer abrir mercados, si eso es bilateral o regional no importa tanto mientras nos conduzca a nuestro objetivo final. Y creo que en ese sentido estamos logrando un punto común, y China sabe que Uruguay no bajará los brazos hasta tener mayor acceso comercial.

En el diálogo Mercosur-China que se desarrolló hace pocas semanas se vieron muchas diferencias de enfoque dentro del Mercosur sobre cómo avanzar con el gigante asiático. ¿Cuál es su lectura?

Puede que sí, y es esperable que así suceda. Es un mercado importante y no todos en el Mercosur tienen el mismo interés que tiene Uruguay en abrir su economía y lograr mejores accesos. Pero China puso sobre la mesa la visión de avanzar en “sensibilidades decrecientes” para intentar acompasar la mirada de aquellos que queremos avanzar “ayer” y quienes aún no creen que sea el tiempo. Y ese camino de sensibilidades decrecientes implica en avanzar en capítulos como cooperación e inversiones, mientras algunos avanzan en sus debates internos sobre acceso a mercados. 

A principios de este mes Argentina propuso que aquellos miembros del bloque dispuestos a abrir nuevos mercados se les permita iniciar negociaciones con otros países o bloques de forma individual o plurilateral. Esto va en sintonía con lo que pretende Uruguay. ¿Es esto viable? ¿Brasil lo aceptará?

Bienvenida esa posición de Argentina. Es una buena noticia que seamos más impulsando esa mirada que desde hace años Uruguay viene promoviendo. Yo creo que sí es viable en la medida que se debe interpretar como una visión de respeto a los tiempos de cada país. Uruguay comprende que hay países que aún no quieran avanzar, pero se debe respetar también la visión de nuestro país, y ahora de Argentina, de querer ser más proactivos.

Usted es el coordinador de los temas de inserción internacional del programa del Partido Colorado en el que figura la idea de avanzar en pasos pequeños para mostrar concreciones. ¿Cuáles serían esos pequeños pasos?

Siempre digo que este debate de la inserción es más cualitativo que cuantitativo. La clave es avanzar por más pequeño que parezca el paso. Por eso, efectivamente desde el Partido Colorado estamos proponiendo en nuestro programa que tomando las experiencias de los TLC ya concretados entre Uruguay con México y Chile, en el mismo marco que Uruguay pudo avanzar bilateralmente con esos países, iniciaremos grupos de trabajo para negociar acuerdos de libre comercio con países como Ecuador, Panamá, Perú y Costa Rica, por ejemplo.

Pasando de la inserción comercial a la política exterior ahora, ¿cómo están viendo la situación en Venezuela? ¿Cree que habrá salida o en pocos meses la historia volverá a lo que ya conocemos?

Lo que sí sé es que Uruguay y otros países ya no solo de la región sino de otras zonas, estamos haciendo todo lo que está a nuestro alcance. Estos procesos nunca alcanzan solo con la voz de la comunidad internacional, sino que también se necesita de factores internos en el país que ojalá se den. Por ejemplo, que la oposición siga unida, y que las fuerzas armadas se den cuenta que no pueden seguir defendiendo a un regimen que viola de manera constante los derechos humanos de su pueblo.

El gobierno ha tomado un rol fuerte contra el gobierno de Maduro. ¿Esto no sale de la tradición de no alineamiento de Uruguay?

Con el régimen de Maduro no se puede ser neutral. La neutralidad sería complicidad en este caso. Y para nada se rompe con una tradición. Nuestra tradición siempre fue la defensa a las instituciones, la democracia y los derechos humanos, y es eso lo que implosionó en Venezuela.


“Yo soy ADN coalicionista”

¿Cómo ve al Partido Colorado hoy?

Unido, renovado y con mucho esperanza.

Usted es de la generación que hoy empieza a liderar esta nueva época del Partido Colorado. Ojeda ha mencionado en más de una oportunidad que usted y él empezaron juntos en política. ¿Es así?

Sí, así es. Somos de la misma generación política con Andrés (Ojeda). La que pomovimos la reforma orgánica del partido y dio origen a la primera elección de jóvenes en 2007. Eramos la generación joven que iba a la Casa del Partido cuando estaba en su peor momento, por eso esta nueva esperanza que se está generando motiva mucho. 

Usted es una persona muy cercana a la fórmula de su partido. ¿Cómo se vio a la interna el retorno de Bordaberry?

Creo que tanto Andrés (Ojeda) como Robert (Silva) fueron claros en esto al señalar que todo nuevo empuje al partido ayuda a que crezcamos. Y lo comparto. Cuanto más somos, si nos mantenemos unidos, somos mejores.

¿Cómo ve a la coalición de cara a las próximas elecciones?

Muy bien. Yo soy ADN coalicionista y no hay dudas que hay un sentido de unidad, y con las esperanzas intactas de que la coalición va a renovar el gobierno.

¿Y dónde se imagina usted en el próximo gobierno?

Donde el futuro presidente crea que deba estar. Hoy mi principal objetivo está en seguir trabajar por el desarrollo del país y la apertura de más mercados.