Aumento en los precios genera un escenario complejo

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El mundo enfrenta un nuevo panorama, que aparece como incierto y con muchos desafíos. Las presiones inflacionarias a lo largo del globo empujaron a los bancos centrales a tomar medidas para contener la inflación. En Uruguay, el alza en los precios se ubica fuera del rango meta y se observa una aceleración en su indicador en los últimos meses.

Por Sofía Tuyaré (*)

El mundo volvió a cambiar. Cuando parecía que la pandemia empezaba a quedar atrás y el covid dejaba de ser la principal preocupación de la mayoría de la población, estalló el conflicto entre Rusia y Ucrania. El actual panorama es incierto e inestable, lo que genera incertidumbre a lo largo del globo. En la era de la globalización, lo que suceda en un punto del planeta puede tener impactos en el resto.

En los últimos días se observó el efecto en varios planos, y quizás el más visible está en el alza del precio internacional de petróleo. A modo de ejemplo, la cotización del barril de Brent, que es una de las dos variables de crudo de referencia en el mercado, se disparó, alcanzando picos que superaban los US$ 130 los primeros días de marzo. Previo a este salto en su valor, los valores ya estaban aumentando, producto de la oferta reducida y la recuperación de la economía mundial luego del covid; y el conflicto en Ucrania, además, disparó el temor de que se afecten los suministros. Los mercados están atentos a las negociaciones para alcanzar la paz, y la volatilidad en su cotización en los últimos días fue reflejo de la situación.

La guerra tuvo impacto en el precio internacional de otros bienes, y  uno de los más significativos fue el valor del trigo. Esto se explica porque los dos países en cuestión representan una importante porción de la oferta mundial. Debido a esto, en los últimos días se anunciaron aumentos en la harina de trigo, lo que impacta en todos los bienes elaborados con este insumo.

Pero el alza en los precios a nivel internacional no surgió recién con el conflicto geopolítico. Ya antes el contexto internacional mostraba presiones inflacionarias, producto de factores como las restricciones impuestas para evitar la propagación del covid, el aumento de los insumos energéticos, la falta de suministros, el incremento de los costos de flete y transporte, entre otros.

Este escenario inflacionario genera desafíos para la economía mundial, dado que el deterioro en las condiciones financieras internacionales, el retiro anticipado del plan de estímulos que lleva adelante la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), la guerra en Ucrania y otros elementos, inciden en el desempeño económico en general.    

Estados Unidos registra un alza en los precios no vista en los últimos 40 años. En febrero de 2022, la inflación de los últimos doce meses fue de 7.9%, según la Oficina de Estadísticas Laborales de dicho país. Los aumentos en los índices de gasolina, vivienda y alimentos fueron los que más contribuyeron al aumento en el segundo mes del año.

La respuesta de la Fed, como la de varios bancos centrales a lo largo del globo, fue cambiar de rumbo y optar por una política monetaria más contractiva. En la última reunión, el Comité decidió elevar la tasa de referencia al rango de entre 0.25% a 0.5%. Con esto se marca un giro en la política que lleva adelante la Fed, donde hasta ahora mantenía el costo del dinero en prácticamente cero desde que comenzó la pandemia.

Región

Los países latinoamericanos están acostumbrados a convivir con la inflación porque este es un problema recurrente en las economías regionales. Sin embargo, en los últimos tiempos esta variable comenzó a ser central, principalmente por la escalada en los precios de muchos insumos que afecta la producción y la canasta de bienes y servicios a los que accede el consumidor.  

Argentina enfrenta serias dificultades con este indicador. Los precios en el vecino país no ceden, y esto ya era así previo al actual escenario. En febrero de 2022, la variación interanual del Índice de Precios al Consumo (IPC) fue 52.3%.

Sumergido en las últimas semanas en la aprobación del Congreso del Acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), ahora las autoridades empiezan a tomar medidas para amortiguar el incremento en los productos.

Brasil también registra presiones inflacionarias. La inflación en los últimos doce meses en el gigante sudamericano fue de 10.54% y se observa una leve aceleración en los últimos tres meses. En Banco Central de Brasil decidió incrementar la tasa Selic, que es la de referencia; en marzo la subió de 10.75% a 11.75%.

¿Y Uruguay?

Uruguay no está ajeno a este contexto. El nivel general de precios, medido a través del IPC que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE), volvió a acelerarse en febrero del corriente año. En el segundo mes del año el IPC se incrementó en 1.47% para el registro mensual. Con este aumento, el indicador acumula en los dos primeros meses de 2022 un crecimiento de 3.28%.

La inflación en la variación interanual en febrero fue de 8.85%, luego de crecer 8.15% en enero y cerrar en diciembre de 2021 en 7.96%. Nuevamente se ubica fuera del rango meta establecido por el Banco Central del Uruguay (BCU). La meta oficial es el rango entre 3% a 7%, pero desde mayo de 2021 no se logra mantener el nivel de precios dentro del objetivo que fija la autoridad monetaria.

En la variación mensual del índice, las principales incidencias fueron: Alimentos y Bebidas no Alcohólicas, Vivienda, Transporte y Educación.

El Comité de Política Monetaria del BCU en su última reunión de febrero, analizando el contexto internacional y local, evalúo que el escenario macroeconómico es favorable y están dadas las condiciones para reforzar las medias para conseguir los objetivos inflacionarios. Por eso, recomendó incrementar en 75 puntos básicos la tasa de política monetaria y la ubica en 7.25%, medida que puede tener un impacto marginal dado el actual contexto.

También puede venir del gobierno alguna otra medida para amortiguar el alza en los precios. El nuevo escenario internacional, con tensiones geopolíticas, genera incertidumbres y los efectos ya se están observando en los mercados.  


(*) Economista, integrante del departamento  de Consultoría de Carle & Andrioli, firma miembro independiente de Geneva Group International.