Carolina nació el 17 de abril de 1995 en Asunción, Paraguay, y de chica quería dedicarse a la danza. Soñaba con tener su propia academia y estaba tan convencida de eso que le decía a su familia que iba a remodelar toda la casa para que fuera su sede donde enseñar. De grande se dio cuenta que su vocación estaba en lograr ayudar a los demás y, cuando llegó al plano profesional, cayó en la cuenta que iba por el lado de optimizar la experiencia del cliente. Con varios años de práctica, cree que ambos conceptos son lo mismo y los sintetiza, ya que, en lo que tiene que ver con la experiencia del cliente, cuenta que siempre intenta darle el sentido de que con cada producto o proceso ayuda a alguien a mejorar su día o su vida. Eso es lo que le da propósito a lo que hace. Y le encanta.
Carolina es Licenciada en Marketing y cuenta con un Máster en Neuromarketing. A esta especialización llegó porque le parecía la parte más divertida de las empresas, dado que se trata de un área que tiene innovación constante, cambios todo el tiempo y un dinamismo que le gusta mucho.
Su primer trabajo fue a los 17, cuando en el colegio hizo una pasantía en un banco. Después hizo otra en la empresa de su padre, pero su primera experiencia laboral oficial fue a los 19, en una empresa de agroquímicos.
Finalmente, en junio de 2022 llegó a donde está hoy. Carolina trabajaba en una empresa de informática, enfocada en el área de experiencia del cliente donde se dedicaba principalmente al ux research y muy cómoda, según cuenta, por lo que no buscaba un cambio de trabajo. Hasta que una consultora de recursos humanos se contactó con ella. Asumió el desafío con mucho miedo porque sus trabajos siempre estuvieron relacionados al área bancaria y en empresas proveedoras de bancos. Cambiar de rubro y sumergirse en el mundo del desarrollo inmobiliario era algo completamente nuevo. Era algo desconocido. Pero luego de algunas reuniones con Federico Gaglierdo, el CEO de Vitrium Capital, tomó la decisión y dio el paso. Y salió de su zona de confort.
A ella le gusta mucho su trabajo porque “nada está escrito en piedra” y porque se trata de un rubro que tiene una cultura de innovación constante. Al hacer alusión a su trabajo en Vitrium Capital, manifiesta estar convencida de que la calidez de las personas es un diferencial importante y es algo que la hace sentir muy bien. Nunca estuvo en un lugar así, dice, y nunca estuvo en una empresa donde se pueda trabajar en un ambiente tan profesional y una armonía de “buena gente”.
A lo largo de su vida ha aprendido muchas cosas, pero en lo laboral, si hay algo que rescata, es cuidar la marca personal. Opinar y decir lo que uno piensa, Carolina cree que al fin y al cabo es lo que hace a las personas ser auténticas, tanto a nivel profesional como personal. El respeto también es parte fundamental para la ejecutiva en el relacionamiento interpersonal, algo que está muy ligado a un gran aprendizaje que su vida le dejó: salir bien de las empresas, siempre que se pueda. “La vida es un ciclo y en el ámbito laboral todos tenemos la posibilidad de volver a cruzarnos en algún momento”, reflexiona al respecto.
Más allá de su vida laboral, disfruta de salir a comer y se autodefine como foodie, disfruta de actividades al aire libre, como jugar al tenis y salir correr y, además, salir con sus amigas y su novio. Su familia está compuesta por sus padres y sus dos hermanos. Carolina es la del medio, y hasta hace poco, vivía con ellos en Asunción.
A su mamá la admira mucho y es quién le ha dejado más enseñanzas, y Carolina valora mucho de ella que nunca le cortó las alas. Por su parte, su padre es quien más le enseñó del mundo laboral, quien siempre fue muy abierto sobre los aprendizajes que ha tenido a lo largo de su carrera.
En su oficina no puede faltar su termo de agua, tanto en reuniones como para los momentos en soledad y su libro preferido es ‘Muchas vidas, muchos maestros’, de Brian Weiss, que, según cuenta, le cambió la forma de ver la vida.
Su música preferida depende de su mood del día, pero escucha mucho Taylor Swift, Miley Cyrus y Avril Lavigne. De acá a 10 años le gustaría formar una familia, ser financieramente exitosa y poder viajar cuando y como quiera.