Juan Andrés Cendán, gerente general de Cala Di Volpe Boutique Hotel y Palladium Business Hotel
Nació en Montevideo hace 41 años y es hotelero de profesión. Su vocación está orientada al servicio. Está casado con Valeria Rodríguez, con quien tiene tres hijos: Manuel, de 11 años; Sofía, de nueve; y Tomás, de siete.
De niño, Juan Andrés soñaba con ser piloto de autos. Su padre tenía mucha habilidad para las manualidades, y en su propio taller del campo le armó una especie de karting, en base a un coche de niños que encontró tirado. Un regalo que Juan Andrés jamás olvidará.
Su carrera profesional, sin embargo, tomó un camino bastante alejado del mundo automovilístico. Ingresó en la industria de la hospitalidad con 19 años, en un puesto en el Hotel Solana del Mar. Luego de una exitosa pasantía, postuló y fue contratado fijo para trabajar en un cambio organizacional y gerencial. El hotel pertenecía a una familia con una amplia trayectoria, y los tres hermanos a cargo decidieron embarcarse en un cambio de gestión, para el que le propusieron formar parte a Juan Andrés. «Para mí fue todo un desafío, con tan solo 19 años de edad, en donde la motivación, la fuerza y las ganas sobraban. Pero, sin dudas, no tenía experiencia», recordó en diálogo con Empresas & Negocios.
En 1998, Juan Andrés ingresó a la compañía Internacional Sol Meliá Hotels, en la posición de ejecutivo de Cuentas. Luego alcanzó el cargo de gerente de ventas y marketing en esa misma empresa. En este camino conoció a Remo Monzeglio, quien le propuso, con apenas 25 años de edad, formar parte del proyecto de apertura del hotel Cala Di Volpe. Allí trabaja desde mayo del año 2001, y hoy ocupa el cargo de gerente general.
Lo que más disfruta de su trabajo es «liderar” equipos. «Disfruto de ver cómo cada persona logra desarrollarse, cómo su autoestima aumenta en la medida que haya reconocimiento, y cómo cada acción, cada actitud, es un claro reflejo de los resultados que uno quiere alcanzar», aseguró Juan Andrés.
En el área en que trabaja, los principales desafíos y oportunidades están en lograr la innovación permanente. «Sin investigación y sin innovación no hay futuro alguno», indicó el ejecutivo. La industria hotelera se ve sacudida por los cambios tecnológicos, que avanzan a un ritmo cada vez más vertiginoso, y exigen la capacitación continua de sus operadores. En este escenario, Cala Di Volpe se propone «generar una experiencia única en la ciudad», y su gerente general considera que va por buen camino. Sus resultados se reflejan en las devoluciones de sus huéspedes, gracias a quienes el hotel ha obtenido, en los últimos cinco años, de manera consecutiva, el premio a la Excelencia en Servicio de TripAdvisor, el sitio número uno en el mundo en feedback de clientes.
De aquí a 10 años, Juan Andrés tiene intenciones de seguir capacitándose, dado que, para él, «la falta de conocimiento empobrece a las personas». Tiene planes de brindar seminarios especializados en algunas áreas del Management, donde volcar sus 20 años de experiencia en la industria. Pero su verdadero sueño sería poder tener su propio hotel o negocio.