Por Federica Chiarino | @FedeChiarino
Si el histórico gaucho, personaje icónico del Río de la Plata, volviera a nacer en el siglo XXI, encontraría todo lo que necesita en un solo lugar. De pies a cabeza: sus alpargatas, la bombacha de campo, la faja o el cinturón, la boina o el sombrero. Para cortar carne, un buen cuchillo. El mate, el termo, la bombilla, matera si hace falta. Y para su china, adornos, collares, piedras preciosas.
Poco probable es que el gaucho vuelva a nacer en este siglo, pero este personaje ha sembrado varias costumbres en el país, que permanecen hasta el día de hoy, y que se manifiestan en un emprendimiento: Costumbres Uruguayas. Ubicado en un recóndito pasillo de Carrasco Norte, en la calle Antonio Pena, el sitio ofrece productos de talabartería, adornos, vestimenta “gaucha” y todo lo que remita a los orígenes del país.
Nació como un emprendimiento familiar de los Ávila. En sus inicios, estaba a cargo del padre y, años más tarde, Mónica comenzó a colaborar hasta llegar, hoy, a estar al frente, junto a su esposo Julio. Es una familia de artesanos, que comenzó dándose a conocer en eventos y fiestas rurales tales como la Patria Gaucha, la Expoactiva Nacional y la Rural del Prado. Asistían con sus productos a raid hípicos, remates y ferias ganaderas. Así se fueron dando a conocer, y fueron creciendo en popularidad y clientela, hasta lograr tener un local propio donde ofrecer, no solo sus artesanías, sino otros productos gauchos e indumentaria de otras marcas que se interesaron por vender a través de ellos.
El emprendimiento se distingue por estar al servicio del cliente, escuchar lo que necesita y adaptarse a sus requerimientos. Los productos de fabricación artesanal propia de Costumbres Uruguayas son todos personalizables y ofrecen garantía, de modo que si un termo llega a enfriar, o un mate falla, se arreglan o se cambian sin costo. Además, la empresa ofrece toda una línea de regalos empresariales, que se fabrican a un ritmo casi industrial. Mónica Ávila, hoy encargada del emprendimiento, contó que algún cliente les ha pedido 350 mates de una semana a otra, y ellos no dudaron en aceptar el desafío.“Siempre surge el cliente que lo necesita para mañana, y le damos esa opción. Si se puede hacer en el momento, se hace, y sino al otro día le queda pronto”, dijo Ávila a Empresas & Negocios.
El éxito y el desempeño de Costumbres Uruguayas como empresa ha sido 100% satisfactorio, según sus responsables. El emprendimiento ha crecido sin detenerse a lo largo de su historia, desde puestos en ferias hasta local propio y clientes fieles. El poder del “boca a boca” ha sido fundamental para el negocio, ya que, si bien su ubicación geográfica les juega en contra, no cesan de aparecer clientes nuevos, recomendados por otros o por un regalo para cambiar.
Desde hace 19 años, Costumbres Uruguayas asiste a la feria rural de Esteio, Brasil, donde ha logrado conocer y captar público del país vecino. Gracias a esto, la empresa tiene en marcha un plan para abrir, próximamente, un local en ese país, donde exportará y venderá productos, tanto los artesanales de fabricación propia, como los de otras marcas que se ofrecen en el local de Montevideo.
La relación que se ha generado con los clientes, tanto locales como brasileros, es de total confianza. Mónica y Julio ya los conocen, saben lo que quieren cuando llaman por el encargo de un mate, una bombilla o un termo. En base a esa relación, la empresa crece y seguirá haciéndolo, para llevar las costumbres uruguayas a todo el mundo.