De un proyecto de tesis a una empresa con más de 200 clientes: la historia de Abito

Gestión de residuos

Francisco Voulminot fundó y dirige Abito, emprendimiento que colabora con instituciones educativas, compañías y hogares en la clasificación en origen y el transporte de los residuos para que puedan ser reciclados y compostados. En diálogo con Empresas & Negocios, contó el origen de la misma, y cómo, además de contribuir con el medioambiente, la empresa busca fomentar la formalización del empleo para personas que trabajan en esta actividad.

Por Naara Pérez Carrere | @NaaraPerez3

Desde la planta de Abito, en la calle Bv. José Batlle y Ordóñez, Voulminot contó que la empresa nació como un proyecto de tesis que, el ahora Licenciado en Administración y Gerencia de Empresas, presentó para recibirse en la ORT.

“Una navidad le conté el proyecto de tesis a mi prima, Soledad Chiarino, que al día de hoy es mi socia, y a los dos meses nos juntamos a tomar un café y decidimos darle para adelante a la idea. En ese momento renuncié al trabajo en el que estaba”, explicó el director de la compañía.

En los primeros meses la gestión se centró en relevar si había interés por parte de las empresas y clientes, y luego recibieron apoyo de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) para lo referido a la trazabilidad.

Con cinco años de presencia en el mercado y con más de 200 clientes, la historia de Abito se cuenta sola.

¿Cómo funciona Abito?

Abito brinda una gestión de residuos sustentable. Ofrecemos un servicio que es una alternativa al tradicional, que vendría a ser levantar todo junto y tirarlo en un vertedero. El servicio que ofrecemos abarca todos los segmentos empresariales, desde instituciones educativas hasta empresas de diverso porte, por ejemplo ahora estamos con el sector de los supermercados, el retail y los shoppings, como también en hogares particulares, edificios o barrios cerrados. Facilitamos que las personas tengan lo necesario para clasificar sus residuos y que realicen una logística selectiva de estos, y luego, en nuestra planta, pasan todos los materiales reciclables y se les hace un acondicionamiento para enviarlos a reciclaje y compostaje. A su vez, tenemos una base de datos que cuantifica cuánto recicló y cuánto compostó cada cliente y mensualmente se le reporta esta información a cada usuario.

¿Cómo es el desempeño de la empresa?

Actualmente estamos presentes en Montevideo, Canelones y Maldonado, y estamos ofreciendo franquicias para el que quiera llevar a cabo esta gestión en el interior.

En la etapa de pandemia, al ofrecer servicios a instituciones educativas y empresas, se paralizó mucho, pero venimos con un crecimiento año a año muy bueno. En el último año y medio se duplicó el equipo, nos mudamos de sede y duplicamos la maquinaria y la flota. Nuestra cartera de clientes está compuesta por 130 hogares particulares, cinco edificios, tres barrios y 87 organizaciones, entre empresas, supermercados e instituciones educativas.

Pero además de esto, está el impacto social y ambiental. En este sentido, recientemente la empresa fue reconocida como una de las primeras Sociedades de Beneficio e Interés Colectivo (BIC) que, según la Ley 19.969 de 23/07/2021, son aquellas empresas que además de realizar una actividad económica organizada, incluyen en su objeto social el generar un impacto positivo social y ambiental en la comunidad.

Por suerte las compañías están poniendo más énfasis en brindar también algo positivo a la sociedad y al ambiente, y creo que a futuro cada vez van a haber más empresas de este tipo, va a ser algo normal.

Nos gusta también romper con esa idea tradicional de que las empresas compiten y se arrancan los ojos, creemos en el sentido de comunidad y de colaboración. Creo que así se llega a proyectos mucho más grandes y a solucionar problemas que sin la colaboración es imposible.

Abito tiene como uno de sus objetivos contribuir a la formalización del empleo. ¿Cómo funciona esto?

Al gestionar los residuos de forma más responsable se genera empleo verde, es decir nuevas fuentes de empleo y es fundamental tener en cuenta a las personas que viven de esto dentro de las nuevas formas de clasificación.

Hoy en día en Abito somos 25 personas y la mitad de ellas trabaja en planta, donde se hace el manejo y acondicionamiento de los residuos y la gran mayoría de esos puestos los ocupan personas que trabajaron toda la vida en la calle o en el exvertedero de Montevideo, pero nunca estuvieron en BPS o trabajando formal.

Para nosotros es un orgullo tenerlos en Abito en buenas condiciones de trabajo.

En comparación a otros países, ¿cómo ven a Uruguay en términos de reciclaje de residuos?

Desde el equipo notamos que es exponencial el cambio en la cultura, a nivel país, regional y mundial. Por suerte se habla cada vez más del tema y se es más consciente, pero siendo realistas falta muchísimo. En Uruguay, en cuanto a cultura, falta mucho, pero estamos encaminados. Hay cuestiones que demuestran que se están dando pasos importantes, por ejemplo la creación de un Ministerio puntual de Ambiente.

Creo que gran parte de nuestro impacto tiene que ver con el tema de la cultura de reciclaje, ya que estamos capacitando empresas y escuelas.


Los números del 2022

En el 2022 la empresa compostó 491.650 kg de residuos y recicló 642.100 kg.

A su vez, Abito procesó y gestionó el cierre de ciclo de 544.169 kg. de cartón y papel, 30.470 kg. de envases plásticos, 42.300 kg. de Nylon, 22.750 kg de reciclables varios (vidrio, tetrabrik, espumaplast y latas) y 491.600 kg de residuos compostables,

Con lo anterior puede realizarse una equivalencia que ayuda a visualizar el impacto de estas cifras. Por ejemplo, el reciclaje de estas cantidades desencadena el ahorro de 14 millones de litros de agua y 477 toneladas de CO2 que se evitaron emitir.