Pablo Marroche, director de Desem Jóvenes Emprendedores – JA Uruguay
Inspirar el espíritu emprendedor y desarrollar habilidades y valores, preparando niños y jóvenes comprometidos con la sociedad, es la visión y misión que se posee desde Desem Jóvenes Emprendedores – JA Uruguay. El camino hacia el cometido, se transita a través de proyectos educativos, talleres y actividades, está presente en centros educativos públicos y privados de todo Uruguay.
¿Cómo y cuándo surgió la posibilidad de ingresar a la organización?
Fui participante de Empresas Juveniles cuando estaba en el liceo. Un año después me invitaron a continuar como voluntario para aconsejar a la siguiente generación de participantes y me dieron la posibilidad de ser parte de otros proyectos educativos. Hasta que en 2003, Simón Fuhrman, quien era director en aquellos años, me preguntó si me gustaría sumarme al equipo para el año siguiente y tener la posibilidad de coordinar un proyecto. Desde allí, seguí siempre vinculado como staff y voluntario de la fundación.
¿Cuál es el papel y responsabilidad dentro de la misma?
En 2015 asumí como director ejecutivo, que implica tener la responsabilidad de liderar el destino de la estructura, generar alianzas con empresas y organizaciones de diferentes rubros que puedan apoyar nuestra causa y contribuir a que el equipo tenga las mejores herramientas para desarrollar los proyectos educativos en todo el país.
¿Cuáles son los principales objetivos de Desem Jóvenes Emprendedores – JA Uruguay?
Nuestra misión es “Inspirar el espíritu emprendedor y desarrollar habilidades y valores, preparando niños y jóvenes comprometidos con la sociedad”, y lo hacemos a través de la metodología de aprender haciendo, que pone al estudiante como protagonista del proceso de aprendizaje, desarrollando su propia experiencia y poniendo en práctica los cometidos que se propone el proyecto; lo que es mucho más valioso que un aprendizaje exclusivamente teórico.
¿Qué cosas son las que distinguen al organismo?
Nos distingue el ser pioneros del ecosistema emprendedor uruguayo, cuando un grupo de adelantados entendieron que los programas de Junior Achievement podían ser un gran complemento a la currícula formal, para desarrollar habilidades y valores en los niños y jóvenes. Por suerte, hoy hay más de 80 organizaciones que difunden la cultura emprendedora en nuestro país. Además, el ser parte de Junior Achievement nos conecta con una red presente en 115 países, que fue fundada hace 100 años y tiene más de once millones y medio de participantes por año.
¿Qué es lo que se ofrece a la sociedad?
Nuestro mayor orgullo es llegar a más de 6.200 participantes cada año, en los 19 departamentos, desde ciudades capitales hasta pequeñas comunidades rurales. Así, sumamos más de 76 mil horas de capacitación en 2018, recorriendo miles de kilómetros para dictar los talleres.
¿Qué papel juegan las empresas y colaboradores para llevar adelante el organismo? ¿Suelen sumarse a las causas?
Las empresas y sus voluntarios tienen un papel fundamental. Por suerte ha crecido mucho la Responsabilidad Social Empresarial y las firmas asumen que tienen un rol importante para contribuir a la comunidad, siendo la educación una de sus áreas clave. Contamos con más de 80 empresas comprometidas con la educación emprendedora y más de 600 voluntarios para participar en los distintos proyectos, que son aliados fundamentales para cumplir nuestra misión.
¿Cuántas personas integran el equipo y cómo se distribuyen?
En el equipo somos 15 personas. Tenemos un equipo de proyectos educativos que lidera la implementación en los centros educativos con 10 personas, y luego una persona para comunicación, diseño, relaciones institucionales y dirección ejecutiva.
Quiero destacar que la mitad del equipo fue participante de nuestros programas educativos y voluntarios de la organización antes de asumir sus posiciones actuales, lo que también es motivo de gran satisfacción.
¿Cuál es el ABC o los puntos esenciales para trabajar y de qué manera se hace?
Nuestros pilares son la educación emprendedora, la educación financiera y la preparación para el futuro. En las características del mundo actual son cada vez más importantes; no sabemos cuáles serán los trabajos del futuro, pero estamos seguros que los que estén mejor preparados serán los que tengan habilidades de liderazgo, de comunicación, que sean capaces de proponer soluciones innovadoras, que sepan trabajar en equipo y cuenten con una gran capacidad de adaptación al cambio.
¿Cuáles son las expectativas que se tienen desde la fundación antes de finalizar este año?
Ya hemos tenido algunos logros en este año, como contar con la delegación más grande de jóvenes uruguayos en la historia del Foro Internacional de Emprendedores de Córdoba, Argentina. Entre esos 60 uruguayos, los participantes del Liceo Los Olivos de Nueva Helvecia obtuvieron el segundo puesto en feria de emprendimientos del FIE.
Y recientemente, un grupo de estudiantes del Instituto El Pinar de Canelones ganaron el tercer puesto en un Desafío Regional de Innovación, que organizó Junior Achievement junto a Scotiabank; entre representantes de 12 países.
En el segundo semestre nos queda lanzar varios de nuestros principales proyectos educativos y un nuevo proyecto, como los aliados en Uruguay para el desarrollo de un programa de intercambio, que permitirá que estudiantes preuniversitarios de Estados Unidos vengan a nuestro país a trabajar como voluntarios en organizaciones sociales y aporten su tiempo y experiencia a excelentes proyectos de nuestro país.
En noviembre, un grupo de Empresas Juveniles representará a Uruguay en la Feria Regional que se reunirá los mejores 20 grupos del continente, gracias al apoyo de la Agencia Nacional de Desarrollo.
¿Cómo es llevar adelante un proyecto como este en Uruguay? ¿Cuáles son las ventajas y desventajas?
Para mi es un gran honor, tengo la posibilidad de trabajar con un equipo joven y talentoso; acompañado por un consejo directivo que integran honorariamente grandes referentes empresariales de nuestro medio, trabajando conectado con las oficinas de la fundación en la región y siendo parte de una red mundial que abre las puertas a quienes participan de nuestros proyectos educativos. Los desafíos están en poder lograr que las empresas sigan apoyando la educación, para dar oportunidades a los que más lo necesitan. Y ese creo es el único camino para dejar un mejor país a nuestros hijos.
Señas de identidad
Pablo nació en Montevideo y tiene 33 años de edad. De niño soñaba con ser abogado, pero luego le llegó la oportunidad de liderar proyectos y equipos, además de trabajar en medios de comunicación, y hoy es experto en dirección de marketing y participante del Programa de Desarrollo Directivo del IEEM.
Vive con su pareja Tatiana, con quien está esperando a su hijo llamado Luca. Se define como una persona con actitud positiva, que le gusta armar equipos y divertirse trabajando. Su libro favorito es “No más pálidas”, de Enrique Baliño. Si se trata de elegir una serie, opta por Breaking Bad, Suits y How to Get Away with Murder. Su frase de cabecera es “No esperes la oportunidad, hazla” de Jerónimo Zolezi.
Su lugar predilecto en el mundo es la playa. Gusta de viajar para conocer lugares, culturas y personas. Siente admiración por los emprendedores, ya que para él tienen la capacidad de transformar realidades.