El 31 de octubre de 1984, nació en Montevideo Diego Felipez, un niño que años después soñaría, como muchos otros de su edad, en convertirse en jugador de fútbol, o -digamos que una profesión que no se encuentra entre el top de las más codiciadas en la infancia- en carnicero.
Pero aunque sigue conservando una gran pasión por el fútbol, la vida le tenía preparado otros planes.
«Lo más importante que aprendí es que hay que animarse, estar siempre dispuesto a aprender y aprovechar cada oportunidad que se presenta, confiando en lo que la experiencia puede aportar. Uno nunca va a estar 100% preparado para lo que se le presente, pero hay que animarse porque es seguro que se puede aprender mucho en el camino», dice hoy el Manager de Customer Development de Unilever en Uruguay, cuando habla de lo que le ha enseñado su camino laboral, ese que empezó cuando tenía 19 años y recién terminaba de cursar su primer año en la Licenciatura en Economía.
Luego de esa experiencia como auxiliar contable, hace 14 años se presentó a un aviso que salió en el diario para un proceso de selección para “analista de canal”, en la empresa Unilever. Luego de tres entrevistas le confirmaron que había sido seleccionado para el puesto. El resto es historia.
«Lo que me resulta más atractivo es la posibilidad de tener libertad para tomar decisiones, y lograr el balance entre el trabajo y la vida personal. A eso se suman la calidez y el compañerismo de las personas con las que comparto el día a día», comenta Felipez sobre lo que valora de su actual empresa.
El sector en el que se desempeña, explica, es el que más contacto tiene con el consumidor, vínculo que para el entrevistado es clave a la hora de construir las estrategias de la compañía en las diferentes categorías.
«Desde hace ya algunos años empezamos a trabajar con mucho foco en los datos, buscando, a partir de su análisis y la elaboración de distintos escenarios, mejorar nuestra toma de decisiones. El desafío más grande hoy es lograr capitalizar el potencial que tienen los datos y su análisis, sin perder aquellas habilidades blandas que siempre han caracterizado a la buena ejecución de los equipos comerciales», cuenta sobre los desafíos que implican al área de Customer Development.
En su vida personal, Felipez disfruta de estar con su familia, compuesta por su esposa Luciana y sus dos hijos, Clara y Valentino, así también como de hacer deporte al aire libre.
El café no puede faltar en su oficina y la música que más escucha -cuando su hija lo deja elegir, aclara- es el rock y el reagge.
Su libro favorito son Las Legiones Malditas, una trilogía de Publio Cornelio Escipión. «Me encanta la historia y este fue el primer libro de historia novelada que leí. Me despertó mucho la imaginación», expresa.
También, como muchos de nosotros, dice que las mayores enseñanzas en su vida las recibió de sus abuelos.
«Me transmitieron la importancia que tienen la familia y los amigos como refugio», cuenta el ejecutivo.
Además, asegura que tuvo la suerte de tener compañeros de equipo mayores que él, que fueron muy generosos con su conocimiento y que le han dejado muchos aprendizajes a lo largo de estos años. Uno de los más valiosos: que hay que disfrutar lo que hacemos día a día, más allá de las broncas o frustraciones pasajeras.
Volviendo al campo laboral, el entrevistado analiza con precisión el mercado uruguayo, al que califica como «históricamente muy tradicional», reflejo de un consumidor que es muy fiel a sus costumbres.
De todas formas, dice que se observa que en los últimos años se vienen experimentando transformaciones. «Hoy consumidores y clientes se están transformando, provocando una dinamización de los mercados e incluso de las prácticas comerciales. Estas transformaciones representan un desafío para las empresas como Unilever, que cada vez tienen que acelerar más sus procesos internos para poder responder y acompañar mejor las demandas», explicó a Empresas & Negocios.
Entre estos cambios, se puede identificar un consumidor más complejo, más informado y más exigente para con los productos que elige. «Ya no puede explicarse el comportamiento de los consumidores bajo los mismos parámetros que hace algunos años. Si bien variables como el ingreso siguen siendo relevantes, hoy sus decisiones se ajustan mucho más a las ocasiones de consumo y a la experiencia que estas generan», analizó el ejecutivo.
Predecir el comportamiento de los consumidores en el mercado no es cosa fácil, y mucho menos lo es predecir qué pasará en nuestra vida personal en el futuro, pero Felipez está seguro que, de aquí a diez años, se ve viviendo de la misma forma que lo hizo en los últimos diez, tratando de disfrutar de todo y aprovechando cada desafío y oportunidad que se presente para seguir aprendiendo.