Con las inversiones previstas en el nuevo acuerdo entre el Estado uruguayo y Katoen Natie, la sociedad permitirá que el puerto de Montevideo duplique en capacidad de carga al de Buenos Aires.
Durante su comparecencia ante la comisión de Transporte y Obras Públicas del Senado, los representantes de la multinacional Katoen Natie adelantaron que, de la mano del crecimiento de su capacidad de carga, Terminal Cuenca del Plata (TCP), la sociedad público-privada que administra la terminal única de contenedores del puerto de Montevideo, triplicará sus puestos de trabajo desde sus actuales 500 a unos 1.500.
La información fue brindada en la Comisión por Gerolf Annemans, gerente de Operaciones Portuarias de Katoen Natie; Vincent Vandecauter, gerente general de TCP; Fernando Correa, gerente de Relaciones Institucionales de TCP, y el asesor letrado de la empresa, Paul Arrighi.
En la oportunidad, las altas jerarquías de Katoen Natie y el equipo de juristas internacionales analizaron el nuevo acuerdo que firmaron con su socio, el Estado uruguayo. El acuerdo prolongará esta sociedad por 50 años.
Asimismo, la empresa reivindicó el valor que este acuerdo tiene para la soberanía nacional: “No hay mejor forma de defender la soberanía del país que defender su puerto”, sostuvo Correa.
El nuevo acuerdo convertirá a esta terminal en la más moderna de Latinoamérica y de “vanguardia” desde el punto de vista de su infraestructura y de su tecnología, explicaron los ejecutivos de Katoen Natie.
Por otra parte, informaron que muchos de los principales puertos de la región y del mundo avanzan hacia la concentración de terminales en un mismo operador, dado que eso les permite competir en mejores condiciones con otros puertos. Como ejemplo citaron las terminales brasileñas de Río Grande, Itajai, Itapoa y Paranaguá.
Según los representantes de Katoen Natie, en el puerto de Montevideo se instaló por la vía de los hechos una segunda terminal de contenedores, “de forma ilegal pero tolerada por el Estado, lo que generó una situación injusta y dañó la actividad de TCP”. La empresa belga planteó esta situación a los diferentes gobiernos, con la intención de evitar llegar a acciones jurídicas que implican altos costos en dinero y tiempo.
“Katoen Natie es una empresa enfocada en hacer. No tiene ánimo litigante ni de conflicto, sino que apela a las herramientas jurídicas solo si constituyen el último recurso”, sostuvo Annemans.