El tratado incluye para el sur la particularidad de que tres de los países integrantes del bloque se destacan por el desarrollo de vino, teniendo en cuenta que la producción de Paraguay es menor que la de Argentina, Brasil y Uruguay.
Por Anahí Acevedo | @AnahiAcepov
La producción de vino a nivel mundial viene en descenso. En el año 2016 disminuyó en un porcentaje cercano al 5% respecto el año anterior –lo que representa 14.4 millones de hectolitros- según señalamientos de la Organización Internacional de la Viña y el Vino. Además, estimaciones del instituto Uruguay XXI señalan para la UE una significativa disminución en el nivel de producción en el año 2016 respecto al 2015 pero, de todas formas, reconocen un comportamiento dispar ya que, mientras Francia e Italia mermaron sus producciones, España tuvo un desempeño positivo. No obstante, los países europeos productores y consumidores de vino continúan teniendo cifras elevadas de consumo.
Además, España es el principal exportador a nivel mundial en cuanto a volumen, con un 23% del producto disponible colocado, seguido por Italia y Francia. Pero, si estas cifras se comparan respecto al valor, resalta que el principal exportador de vinos es Francia, con exportaciones que en el año 2015 llegaron a los 9.154 millones de dólares, secundados por Italia y España. Por otro lado, las importaciones de los diez principales países importadores de vino representan el 70% del total de las mismas. El importador de mayor peso en cuanto a volumen es Alemania, seguido por el Reino Unido.
En cuanto a América del Sur, el informe para el sector vitivinícola del instituto indica para Argentina y Brasil un franco retroceso en la producción. Mientras que el país norteño tuvo una variación entre el periodo comprendido en 2015 y 2016 del 50% menos, Argentina mostró una fuerte caída en la producción en la misma franja de tiempo, disminuyendo un 35%. Empero, el consumidor principal de nuestra región es Argentina, seguido por Brasil y, más adelante, por Chile.
Un mapeo por Uruguay
Situándonos en nuestro país, datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura (Inavi) señalan que luego de tres años de producción debajo de las 100.000 toneladas, en el año 2016 la cosecha de uva aumentó un 12% respecto al año anterior. La tendencia a la disminución en la superficie de los viñedos da la pauta de que hubo un mejor rendimiento en las plantaciones. De la cosecha, el 97% fue destinado a la producción de vino, y el porcentaje restante a su consumo.
Además, de este porcentaje, el 75% fue vendida a bodegueros, mientras que el 20% fue vinificada en bodegas propias y el resto en cooperativas. En cuanto a la producción de vino, Uruguay ha tenido en los últimos años cifras irregulares, lo que podría ser explicado por los efectos climáticos. En el año 2015 la producción de vino fue de 65.8 millones de litros, lo que significa un 2% menos respecto al año anterior. Además, según señalan los datos de Uruguay XXI, en el año 2015 el principal vino producido en nuestro país fue el tinto, seguido por el rosado, el blanco y, por último, el clarete. En el último año, 117 empresas uruguayas elaboraron vino de sus respectivos viñedos mientras que 990 productores lo hicieron por otra parte.
Por otro lado, y en cuanto a la venta de vino, Uruguay sufrió una disminución considerando el periodo 2009 -2015 que se ha registrado en forma prácticamente constante, al disminuir un promedio del 2% anual siendo el año 2013 la única excepción. Con un 37% de participación, el envase de 10 litros es la forma más utilizada de comercialización, seguido por el tetra pack en un 30% y el Vino de Calidad Preferencial (VCP) en un 10%.
Además, respecto a los vinos importados no hubo una variación de importancia y sí un aumento de un 3% en el año 2015 respecto al año anterior, donde se comercializaron cerca de tres millones de litros. En cuanto a las exportaciones, figuran que en el año 2015 las mismas sufrieron una desaceleración del 12% respecto al año anterior, llegando a los 8.3 millones de dólares exportados.
Al igual que en el 2014, en el 2015 Brasil continuó siendo nuestro principal comprador, quedándose con el 47,5% de las exportaciones, seguido de Estados Unidos con el 18,6% y Bélgica con el 3,4%.
En cuanto a las cifras de importaciones de vino en el año 2015 procedieron de diez países distintos y fueron de 9,6 millones de dólares, una cifra que es 9% menor que el año anterior pero, en el período 2009 – 2015, la variación promedio ha sido al igual que en las exportaciones del 6% anual. Además, los principales países que exportan vinos a nuestro país son Argentina y Chile, a los que se les suman los tradicionales productores europeos, como Francia, España e Italia.
La nueva revolución vitivinícola
En diálogo con Empresas & Negocios, José Lez, presidente de Inavi señaló que para el sector es fundamental continuar adelante con el desarrollo como forma de continuar defendiendo la posición de país vitivinícola. “Vemos con gran expectativa la apertura de mercados y, sobre todo, la posibilidad de acceder a 28 países. Es muy positivo no tener recargos en el acceso a ellos”, expresó. Igualmente, Lez señaló que el mundo es muy competitivo a nivel de producción de vino y que en el caso de Uruguay las tarifas y los costos de producción son más altos que el promedio, lo que juega en contra. Uruguay sigue siendo netamente fuerte en su mercado interno, en el orden del 95% de las ventas. “Estamos pensando que con este gran cambio se va transformar esta matriz y aumentará el porcentaje de las exportaciones”, dijo.
El acceso a los nuevos mercados dispone de la exigencia de la debida preparación. Y si bien nuestro país ya cuenta con experiencia exportadora, lo hace a volúmenes pequeños. El comportamiento del mercado brasilero, en tanto, mantiene al sector vitivinícola uruguayo expectante de que aumente su consumo per cápita. Asimismo, los nuevos ingresos de vino desde la UE obliga a estar atento.
La noticia del cierre del acuerdo llegó en un momento en el que el sector estaba llevando adelante un plan estratégico de cambio, algo así como una nueva revolución vitivinícola uruguaya. “Ahora comienza la nueva reformulación apuntada a una nueva reconversión vitivinícola llamado, justamente, a hacer frente a este nuevo acuerdo en el que entramos de la mano del Mercosur”, observó.
Es de recordar que si bien la industria del vino en Uruguay se remonta a los inicios del país, fue en 1870 cuando se introdujo la cepa francesa Tannat promoviendo el desarrollo del sector. Pero no fue sino hasta 1987, con la creación del Inavi, cuando se impulsó una reconversión de la industria, logrando, de esta forma, que se abrieran las puertas del mundo para los vinos uruguayos. “Estamos seguros de que hoy el mercado pide otras cosas y justamente estamos apuntando hacia allí”, indicó.
Lez señaló que el nuevo viraje en el que se enmarcan tiene como objetivo generar una previsión más sustentable y rentable a través del desarrollo de nuevas técnicas de elaboración y manejo de viñedos entre los cuales la relación calidad-precio de la materia prima y el valor agregado del producto final comienza a mejorar.
“Hay muchas cosas que hacer aún en Uruguay, en general, no sólo en nuestro sector, para poder acomodarnos y que nuestros costos sean más adaptables a la competitividad que estamos buscando”, remarcó. Más allá de la creación de un fondo que solvente las posibles contrapartidas que puedan surgir con el reciente acuerdo, hay otras alternativas. En este sentido, mencionó que se puede trabajar en cómo disminuir la cantidad de tratamientos fitosanitarios que hay en los viñedos a través del cambio de variedades que surjan de una investigación que realizan junto al Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) y la Universidad de la República (UdelaR) respecto a la resistencia de algunas plagas.
El plan estratégico que actualmente se lleva a cabo fue diseñado de forma tal que permitiera seguir distintas matrices de negocios y fuera de fácil adaptabilidad según las circunstancias, señaló Lez. Tras el anuncio del fin de las negociaciones, el plan estratégico se encuentra en el proceso de revisión para poder realizar los ajustes necesarios –los cuales se estiman que son “mínimos” pero, el modelo exportador -base del mismo- se mantiene en pie.
Dentro del mercado, “Uruguay no debe rendir exámenes para mostrar su calidad”, sentenció el ejecutivo. “Con el desarrollo que estamos realizando a nuestra producción y lo niveles de investigación que llevamos sabemos que, además del Tannat, tenemos muchas variedades que se están comportando muy bien”, declaró.
Alcohol cero
Actualmente, se encuentra en el Parlamento una ley que busca reglamentar el consumo de alcohol. Respecto a este hecho, Lez sostuvo: “Frente a la problemática del consumo abusivo de alcohol el sector está trabajando en ser parte de la solución, y en ese sentido, estamos poniendo todo el esfuerzo desde la institución y el sector privado para colaborar”. Igualmente, señaló que la participación del vino en esta problemática “no es considerable” teniendo en cuenta, justamente, la caída del consumo que se ha registrado desde décadas anteriores. Además, dijo que se redujo la venta de vino suelto.
Viñedos
Según datos brindados por Inavi, en Uruguay existen 1.337 inscripciones de viñedos vigentes explotados por 890 empresas, integradas por 980 productores que cultivan 6.343 hectáreas. En cuanto a la distribución geográfica de ellos, el 89% de la superficie plantada y el 92% del total de los viñedos a nivel nacional se encuentran en el sur del país, ubicándose en los departamentos de Canelones, Montevideo, Colonia y San José.