Por Cr. Daniel González Cotelo, candidato Académico de Número, con apoyo de Microsoft 365 Copilot
“El lanzamiento de ChatGPT el 30 de noviembre de 2022 tuvo un impacto significativo en la tecnología y la sociedad. Este modelo de inteligencia artificial, desarrollado por OpenAI, revolucionó la interacción entre humanos y máquinas al ofrecer respuestas coherentes y contextualmente relevantes en una amplia gama de temas. Su rápida adopción, alcanzando millones de usuarios en poco tiempo, demostró su utilidad en diversas áreas, desde la atención al cliente hasta la educación y la creación de contenido. ChatGPT no solo mejoró la eficiencia en tareas repetitivas, sino que también abrió nuevas posibilidades para la automatización y el apoyo en la toma de decisiones, marcando un antes y un después en el uso de la IA en la vida cotidiana y profesional”.
Este párrafo fue escrito por Microsoft 365 Copilot, una herramienta de Inteligencia Artificial (IA) generativa, ante la solicitud de «escribe un párrafo sobre el impacto del lanzamiento de ChatGPT». Aunque parece que ha pasado más tiempo desde que esta clase de herramientas se pusieron a disposición del público, el fuerte efecto que tuvieron en el entorno laboral y en la sociedad en general es innegable. De hecho, las consultas sobre temas personales, como la ayuda psicológica, se incrementaron exponencialmente desde aquel lanzamiento.
No soy del ámbito tecnológico, sólo me considero un conocedor. No pretendo hacer una investigación ni profundizar en la IA o sus usos, solo compartiré experiencias y reflexiones sobre su uso en una empresa de servicios profesionales, aunque estas puedan ser lugares comunes ya tratados en otros artículos.
Los miedos
No es una novedad que estas innovaciones generan miedo. Por un lado, existe un miedo que podría tildarse de «racional», ocasionado por la incertidumbre respecto a si somos capaces de dominar la IA y sacar ventaja de ella. Este miedo racional se basa en la complejidad y la rapidez con la que la tecnología avanza, lo que puede hacer que las empresas y los individuos se sientan abrumados y preocupados por su capacidad para mantenerse al día. La falta de comprensión completa sobre cómo funciona la IA y cómo puede ser controlada también contribuye a este tipo de miedo.
Por otro lado, hay un miedo «irracional», que es pensar que nos vamos a quedar sin trabajo. Este miedo irracional se alimenta de la percepción de que las máquinas y los algoritmos pueden reemplazar a los humanos en casi todas las tareas, dejando a muchas personas sin empleo. Aunque este miedo no es completamente infundado, ya que la automatización ha reemplazado ciertos tipos de trabajos en el pasado, es importante considerar que la IA también puede crear nuevas oportunidades laborales y transformar la naturaleza del trabajo en lugar de simplemente eliminarlo.
Un miedo se desprende del otro, pero la realidad es que desde hace muchos años existen soluciones que reemplazan al ser humano, empezando por simples máquinas hasta llegar a los RPA (Robotic Process Automation) o «Bots». La diferencia con la IA es que, a raíz de una instrucción, los RPA solo pueden ejecutar una misma tarea, mientras que la IA, justamente por ser «inteligente», puede dar respuestas y ejecutar acciones distintas a partir de una misma instrucción. Esta capacidad de la IA para adaptarse y aprender de nuevas situaciones la hace mucho más versátil y poderosa que las tecnologías anteriores.
En el estado actual de la IA, resulta evidente que los trabajos que podrían estar más en riesgo son los de cargos más junior, lo que ocasionaría que se contraten menos personas sin experiencia. Esto podría tener un efecto dominó, ya que menos personas serían capacitadas, lo que podría poner en riesgo el futuro de la empresa. La falta de oportunidades para los trabajadores junior no solo afecta a los individuos, sino que también puede limitar la capacidad de la empresa para desarrollar talento interno y asegurar una sucesión adecuada de habilidades y conocimientos.
Además, la implementación de IA sin una estrategia clara puede llevar a una dependencia excesiva de la tecnología, lo que podría resultar en una pérdida de habilidades humanas críticas. Es esencial que las empresas encuentren un equilibrio entre la automatización y el desarrollo del talento humano, asegurando que la IA se utilice como una herramienta para potenciar a los empleados en lugar de reemplazarlos.
En resumen, aunque la IA presenta desafíos y genera miedos tanto racionales como irracionales, también ofrece oportunidades significativas para mejorar la eficiencia y la innovación. La clave está en abordar estos miedos con una comprensión clara de la tecnología y una estrategia bien definida para su implementación, asegurando que tanto la empresa como sus empleados puedan beneficiarse de sus capacidades.
Políticas adecuadas
Un factor que debemos tener en cuenta es que la IA se va a utilizar, le guste o no a la dirección de la empresa. La adopción de la IA es inevitable debido a sus numerosas ventajas y al ritmo acelerado de la innovación tecnológica. Esto en sí no es malo; lo malo es que se utilice sin lineamientos definidos respecto a la divulgación de información y del know-how de la empresa. La falta de políticas claras puede llevar a la exposición de datos sensibles y a la pérdida de propiedad intelectual, lo que podría tener consecuencias graves para la empresa.
Además, si la empresa no proporciona una plataforma de IA adecuada, la tendencia es que los empleados recurran a herramientas gratuitas disponibles en el mercado. Estas herramientas, aunque accesibles y fáciles de usar, presentan riesgos significativos. En muchas de estas plataformas, el producto es el propio usuario y no la tecnología que se utilice. Esto significa que los datos ingresados pueden ser utilizados por los proveedores de estas herramientas para sus propios fines, lo que compromete la privacidad y la seguridad de la información de la empresa.
En el caso de la IA, aún con las herramientas pagas, es crucial tener políticas claras para evitar la filtración de información o datos relevantes. Las empresas deben establecer directrices estrictas sobre el uso de la IA, incluyendo qué datos pueden ser procesados, cómo se deben manejar y almacenar, y quién tiene acceso a ellos. También es importante implementar medidas de seguridad robustas, como la encriptación de datos y el monitoreo continuo de las actividades de IA, para protegerse contra posibles brechas de seguridad.
Además, la formación y la concienciación de los empleados son esenciales. Los trabajadores deben ser educados sobre los riesgos asociados con el uso de herramientas de IA y sobre las mejores prácticas para proteger la información de la empresa. Esto incluye la comprensión de las políticas de la empresa y la importancia de seguirlas estrictamente.
Por último, es fundamental que la dirección de la empresa se involucre activamente en la supervisión y la gestión de la implementación de la IA. Esto no solo asegura que se sigan las políticas y directrices establecidas, sino que también permite a la empresa adaptarse rápidamente a cualquier cambio en el panorama tecnológico o regulatorio. La dirección debe estar preparada para tomar decisiones informadas y estratégicas sobre el uso de la IA, asegurando que se maximicen los beneficios mientras se minimizan los riesgos.
En resumen, aunque la adopción de la IA es inevitable y ofrece numerosas ventajas, es esencial que las empresas establezcan políticas claras y medidas de seguridad robustas para proteger su información y su know-how. La formación y la concienciación de los empleados, junto con la supervisión activa de la dirección, son claves para una implementación exitosa y segura de la IA.
Pagar el derecho de piso o esperar que otros lo hagan
Un gran dilema respecto a la implementación de la IA en una empresa es si conviene incurrir en costos y esfuerzo para desarrollar una herramienta propia o adquirir un producto “empaquetado” que haya sido utilizado por firmas similares. Ambas opciones tienen sus ventajas y desventajas, y la decisión depende de varios factores, incluyendo el presupuesto, el tiempo disponible y los objetivos específicos de la empresa.
Desarrollar una herramienta propia permite una personalización completa para satisfacer las necesidades específicas de la empresa y ofrece control total sobre el desarrollo y las actualizaciones. Sin embargo, esto puede ser costoso y llevar mucho tiempo, además de conllevar el riesgo de que el proyecto no cumpla con las expectativas.
Por otro lado, adquirir un producto empaquetado permite una implementación más rápida y generalmente tiene un costo inicial menor. Estos productos han sido probados y utilizados por otras empresas, lo que reduce el riesgo de problemas técnicos. No obstante, pueden no satisfacer todas las necesidades específicas de la empresa y crear una dependencia del proveedor para el soporte y las actualizaciones.
Parecería que, cualquiera sea la opción, se requiere un período largo de entrenamiento de los usuarios y de la plataforma que se estima en más de un año, a efectos de adecuar la solución a las necesidades particulares. Este período de adecuación es crucial para asegurar que la herramienta se integre correctamente en los procesos de la empresa y que los empleados estén capacitados para utilizarla de manera efectiva.
Quizá en el corto plazo este período de adecuación se reduzca considerablemente por los continuos avances en la tecnología, pero nadie está en condiciones de esperar a que la competencia le saque una ventaja indescontable. Por lo tanto, es esencial que las empresas evalúen cuidadosamente sus opciones y tomen decisiones informadas para mantenerse competitivas en un entorno empresarial en constante evolución.
Conclusiones
Para finalizar de la misma forma que empecé, le voy a pedir a Copilot que escriba las conclusiones de esta nota.
“El impacto del lanzamiento de ChatGPT en 2022 ha sido profundo, transformando la interacción entre humanos y máquinas y demostrando su utilidad en múltiples áreas. La rápida adopción de esta tecnología ha evidenciado tanto sus beneficios como los desafíos que plantea. Aunque la IA genera miedos racionales e irracionales, es crucial reconocer que también abre nuevas oportunidades laborales y mejora la eficiencia en diversas tareas.
La implementación de IA en empresas debe hacerse con políticas claras y medidas de seguridad robustas para proteger la información y el know-how. La formación y concienciación de los empleados son esenciales para evitar la filtración de datos y asegurar un uso adecuado de la tecnología. La dirección de la empresa debe involucrarse activamente en la supervisión y gestión de la IA para maximizar sus beneficios y minimizar los riesgos.
Es importante encontrar un equilibrio entre la automatización y el desarrollo del talento humano. La IA debe ser vista como una herramienta para potenciar a los empleados, no para reemplazarlos. Esto ayudará a asegurar un futuro sostenible y a mantener la competitividad en un entorno empresarial en constante evolución.
Finalmente, las empresas deben evaluar cuidadosamente si desarrollar una herramienta propia o adquirir un producto empaquetado. Ambas opciones tienen ventajas y desventajas, y requieren un período de adecuación para integrar la solución en los procesos de la empresa. Tomar decisiones informadas y estratégicas es esencial para aprovechar al máximo las capacidades de la IA.
En resumen, la adopción de la IA es inevitable y ofrece numerosas ventajas. Sin embargo, su implementación debe ser gestionada con cuidado y responsabilidad para asegurar que tanto la empresa como sus empleados puedan beneficiarse plenamente de sus capacidades”.