Enrique Antía, precandidato por el Partido Nacional
Más que un shock, hay que hacer un gobierno austero, explica el intendente de Maldonado. La razón principal es la complicada situación fiscal por la que atraviesa el país, para lo cual propone comenzar por un ordenamiento a fondo del Estado, y espera que no sea necesario recurrir a un ajuste fiscal.
Por Magdalena Raffo | @MaleRaffo
¿Cómo analiza la situación fiscal del país?
Complicada, y va a estar peor. Hoy está cayendo el consumo, se vende menos, se recauda menos, y los gastos son casi inamovibles. Estamos con un problema de endeudamiento muy grande que, si bien está reperfilado a largo plazo, de todas maneras el componente de intereses ya es importante, y si por alguna de esas situaciones hay un incremento en el costo de los intereses en el mundo, se nos va a complicar. Si llegás a perder el grado inversor, la cosa va a ser diferente, entonces es un tema bien preocupante que nos tiene que abrir los ojos a todos, y que obliga al próximo gobierno a una gran austeridad inicial en todas las áreas, oficina por oficina, sector por sector.
¿Qué piensa de la propuesta del shock de austeridad que impulsa Lacalle Pou?
Yo estoy de acuerdo, [pero] más que un shock, hay que hacer un gobierno austero; no alcanza con un shock, hay que cuidar hasta el último peso.
¿Durante todo el período?
Durante todo el período. Hay que cuidar lo que se va a gastar y definir bien cuáles son las prioridades. Para poner un ejemplo, yo no hubiera hecho jamás el Antel Arena, cuando hay otras prioridades necesarias fundamentales. Yo con US$ 100 millones hago una reforma del sistema de seguridad del país, y en vez de pagarlo todo junto como hicieron con el Antel Arena, lo pago en 10 años y resuelvo el tema de la seguridad… O aumento las escuelas de tiempo completo, o encamino el país en aquellas cosas que realmente se precisan, o le aflojo la cincha a las microempresas para que no paguen tanto en forma inicial y permitan contratar una persona más; ahí capaz que resolvemos el tema de 25.000-30.000 empleados. Tenemos que tener cuidado, no podemos gastar de más. ¿Cuánto se gastó en la regasificadora? Se administró mal, y ahí aparecen después los déficits fiscales, la mala gestión.
Me planteaba la importancia de un gobierno austero. ¿Es necesario también un ajuste fiscal?
Yo arrancaría primero por un ordenamiento de la casa a fondo; espero no tener que recurrir a un ajuste fiscal porque siempre hay gente que lo sufre. Yo recuerdo etapas muy jorobadas que vivimos todos en este país y no quiero volver a vivirlas. Hay que ordenar la economía, la macroeconomía, la microeconomía y el gasto, que es fundamental.
¿Hay margen para aumentar impuestos?
No hay margen, el problema es ese. ¿A quién le aumentás?
¿Y a las grandes ganancias tampoco?
Es que si vos les aumentás a aquellos que invierten, se te van, van a invertir a otro país, y entonces perdemos empleo. Hay que mirar lo que pasa en el mundo. ¿Cuántos uruguayos se fueron a invertir a Paraguay? Porque pagan el 10% nomás. Nosotros no podemos pensar que estamos en una isla, estamos en un mundo interrelacionado y tenemos que dar señales para la inversión y el empleo. Hay que apostar rápidamente a una reactivación, para que con el crecimiento gradual del país, la deuda se nos achique en proporción y también el déficit fiscal. Es por ahí que va la cosa, tomando medidas de austeridad y de control del gasto en serio. En poco tiempo, con un levante de la economía, ya la angustia del déficit fiscal no va a ser tal, y ese es el camino que tenemos que tomar, no hay otro.
¿Cómo pretende mejorar el gasto público?
Por lo pronto, no llenar vacantes, achicar en la medida de lo posible. Yo lo estoy haciendo en mi departamento: estamos gastando en aquellas cosas que son necesarias y las otras las estamos dejando, pero no dejamos de hacer cosas. Por otro lado, hay un tema que es una espada de Damocles sobre todo el sistema político, que tiene que ver con el costo de la seguridad social a nivel nacional. Hay que armar una mesa con todos los partidos –que el gobierno no se ha animado a encarar y tira la pelota para adelante- y tomar una definición.
“Tenemos carga impositiva del primer mundo y servicios del tercer mundo, ese es un tema que tenemos que corregir”.
¿Qué piensa de la redistribución de la riqueza, que en el mundo es algo que hasta el día de hoy ni el capitalismo ni otras corrientes han podido solucionar?
El modelo comunista, socialista, marxista, a nivel mundial ha fracasado rotundamente. El puro neoliberalismo también. Hay modelos socialdemócratas en el mundo que funcionan, ahora, los impuestos ahí no son bajos, pero los servicios son de primera calidad. Acá tenemos carga impositiva del primer mundo y servicios del tercer mundo, entonces ese es un tema que debemos corregir. Tenemos que ir a servicios de mejor calidad, vivir mejor y tener más oportunidades. Sin duda que hay muchísimo para hacer, pero tiene que salir primero de un ordenamiento del país, y volver a competir, abrir mercados, generar oportunidades.
Justamente, en cuanto a la apertura comercial, ¿qué ideas tiene?
Yo fui a China y me vine impresionado de las posibilidades económicas que tiene Uruguay en la medida que puede hacer acuerdos comerciales inteligentes con China o con Asia. Todo Oriente precisa de nuestros productos, y resulta que no le podemos vender la producción a nadie, nos quedamos prisioneros de un Mercosur ideológico que nos mató. Hace unos años estábamos casi a la par en el comercio con Brasil en exportaciones e importaciones, pero hoy ese país nos compra por entre US$ 1.300 y US$ 1.400 millones y nos vende por US$ 2.800 millones, y gran parte de las principales industrias uruguayas fue comprada por brasileros –el arroz, la cerveza, los frigoríficos, los molinos-. Tenemos que cambiar las condiciones del país para poder competir y dar trabajo, porque la gente lo precisa. La delincuencia también tiene que ver con la falta de oportunidades.
¿Cómo ve el futuro del trabajo? ¿Qué medidas propone para los cambios que se vienen?
Más educación, más calificación; el futuro pasa por eso. Hoy, en campaña, los tractoristas o los que manejan las cosechadoras tienen que tener más capacitación que hace 10 años, porque la maquinaria que viene al país tiene cierto grado de complejidad. La capacitación permanente es algo que el Estado tiene que darle a nuestra gente.
El problema del empleo
En el entendido de que el principal problema que tiene el país hoy es el empleo, Antía propone encararlo a través de dos vías. La primera es hacer una política de Estado para modificar la inserción internacional del país, “porque estamos aislados”. Atribuye esta situación a que el discurso de la Cancillería no dio resultado, porque el FA no le votó la apertura, y ejemplifica que “en 15 años no hubo un solo acuerdo comercial, salvo una cosa chiquita con Chile”. La importancia de la inserción mundial radica en la necesidad de vender productos uruguayos y así ser competitivos. “Nosotros tenemos que abrirnos al mundo y dar un portazo –si hubiera que darlo- al estilo de Mercosur cerrado ideológico que hubo, que fue a lo que se afilió el gobierno del FA, que nos cerró las fronteras y nos dejó fuera de competencia”, lamenta. El segundo tema a abordar vinculado al empleo es el costo país, sobre todo, en lo que refiere al peso de la energía y los combustibles en la estructura de costos de las empresas, que es “fuera de lo común”. En ese sentido, explica que se han abandonado las chacras, y que muchos productores no pueden competir y terminan cerrando, lo que genera más pérdida de empleo.
PERFIL
Edad: 69 años.
Profesión: Ingeniero agrónomo.
¿Con quién vive? Con mi mujer, hace 42 años.
¿Cuáles son sus hobbies? Me gusta mucho caminar, el deporte, el campo, y me gusta interesarme por todas las cosas de la vida económica y política, leo todo lo que puedo.
En el 2019 espera… otro nieto, ser el candidato con el respaldo de todo mi partido y cerrar el año con una visión de futuro, porque vamos a ganar el gobierno.