Carlos Saccone (*), contador, Head of Wealth en HSBC Uruguay y columnista de Empresas & Negocios
Al comienzo de un nuevo año, el experto remarca cuáles son las principales transformaciones en materia de economía y finanzas de la actual administración de gobierno. A su vez, hace un balance de los pasos dados por el Banco Central en el desarrollo del mercado de valores en 2021. Además, adelanta qué puede pasar con los mercados a nivel global, donde prevé volatilidades, y alerta sobre algunos temas que pueden causar preocupación en Uruguay y la región.
¿Cuáles son los cambios más relevantes que destaca en la economía y las finanzas en lo que va de la actual administración de gobierno?
Destacaría tres temas clave que apuntan al desarrollo económico del país y contemplan la mitigación de ciertos riesgos.
En primer lugar, la preocupación expresa por traer la inflación como mínimo dentro del rango objetivo. Ha dicho el presidente del Banco Central del Uruguay (BCU) que bajar la inflación “es el único objetivo” del organismo, y para ello son notorias varias iniciativas. Uruguay sigue siendo un país con inflación relativamente alta, por lo que es un objetivo saludable sobre el que hay que trabajar aún más; no va a ser sencillo, de hecho, no lo está siendo. Pero es absolutamente clave que la inflación sea, por lo menos, la mitad de lo que es ahora, y que las expectativas sobre la misma de mediano plazo también se moderen. Esto reforzará la naturaleza de economía previsible y estable que tiene el Uruguay, dando certezas a aquellos que busquen realizar inversiones de largo plazo, a los que ahorran en pesos, a los que necesitan hacer un presupuesto para los próximos dos o tres años
En segundo lugar, las intenciones de apertura comercial del Uruguay también es un tema tremendamente importante. Estar avanzando hacia una profundización de las relaciones comerciales con China puede ser un cambio clave con el que ya es nuestro principal socio comercial, el destino del 30% de nuestras exportaciones. Dirán algunos que “el interés de China es político”, pero Uruguay no puede desaprovechar la oportunidad de acordar con la que será la economía más grande del mundo. Y seguir en este camino. La embajadora del Reino Unido también ha expresado públicamente que ve con buenos ojos un acercamiento comercial. ¡Es por ahí! Uruguay es un país relativamente remoto, en una región cerrada y poco previsible; no nos podemos mudar, es cierto, pero hay que mirar más allá, tal como lo están haciendo las autoridades
En tercer lugar, la expresa preocupación y acción en un tema clave como es el desarrollo sustentable del Uruguay. La sustentabilidad del planeta ha sido identificada por instituciones globales como HSBC como uno de los principales riesgos que tiene el planeta y Uruguay ha sido, y lo es cada vez más, líder y pionero en este aspecto
La creación Ministerio de Medio Ambiente ha sido una señal muy valiosa en este sentido, que es transversal a diversas actividades económicas, desde los molinos que vemos cuando vamos hacia Colonia o Tacuarembó, pasando por la prohibición de los sorbitos y llegando hasta los bonos con metas ambientales. Hace muy bien Uruguay en poner este tema como principal. Con respecto a esto último, es muy valioso y oportuno haber designado asesor en el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) a Marcelo Caffera, un profesor de la Universidad de Montevideo (UM) experto en economía medioambiental. Un cambio radical y muy positivo, sin dudas.
¿Cómo deben interpretarse las señales que han volcado las diferentes calificadoras de riesgo, en algunos casos ratificando el grado inversor e incluso mejorando la perspectiva de la deuda soberana?
Han sido señales valiosas en este contexto. Particularmente, el último movimiento que hizo Fitch sobre la perspectiva para nuestra deuda soberana, pienso fue muy importante dado que esta es la calificadora que conoce mejor la realidad del Uruguay y, por ende, nos analiza con mayor detalle. Era la única que nos tenía con perspectiva “negativa” y la mejoró a “estable” antes de terminar el 2021. Es un dato relevante sobre todo para grandes fondos de inversión y otros inversores institucionales tomen la decisión de comprar nuestra deuda, financiando al país. Aquí siempre hay que destacar el gran trabajo que ha realizado durante los últimos 20 años la Unidad de Gestión de Deuda, saliendo al mercado en los momentos más oportunos y logrando excelente condiciones de financiamiento para el país. Como paso adicional, imagino, estará en los planes seguir desdolarizando la deuda y lograr un avance adicional en nuestra calificación soberana
¿Qué balance hace del desarrollo del mercado de valores local en 2021? ¿Cómo evalúa los pasos dados por el gobierno para, a través de la Comisión de Promoción del Mercado de Valores, promover el desarrollo eficiente del mercado de valores local?
Es destacable la reactivación de la Comisión de Promoción del Mercado de Valores. De hecho, diría que es indispensable su acción en Uruguay. Lamentablemente, en las circunstancias actuales no hubo en 2021 resultados visibles. Sin embargo, es cierto que se cerró el año con la muy buena noticia del proyecto de reforma de la normativa que regula la emisión de valores de oferta pública en régimen simplificado, presentado por el BCU. El cambio seguramente motive a emisores que buscan financiarse en el mercado, con menores costos y requisitos formales -por ejemplo, sustituye la exigencia de informe de auditoría externa de los estados contables por informe de revisión limitada, para ciertas empresas-, y permitirá a más inversores acceder a estos instrumentos. Pienso que es una excelente iniciativa, hay que seguir este camino. Es interesante destacar que el proyecto se pone a consideración de “las instituciones supervisadas y del público en general”. De acuerdo al comunicado publicado en la web del BCU, se reciben comentarios hasta el 15 de febrero de 2022. Hay que potenciar y desarrollar el mercado minorista, para que la gente se involucre y pueda aprovechar eventuales oportunidades de inversión. También que se le dé posibilidad de participar en el desarrollo de nuestras empresas públicas, las que deberían liderar el camino de desarrollo de un mercado doméstico. Para ello, además de la reactivación de la comisión, aprovecho para destacar el artículo 285 de la recientemente aprobada ley 19.889 que dice que “las sociedades anónimas con participación estatal deberán promover, siempre que las condiciones lo permitan, la apertura de una parte minoritaria de su capital accionario mediante la suscripción pública de acciones”
¿Cuál es la realidad de los mercados? ¿Prevé volatilidades?
A nivel global, recientemente HSBC publicó su informe para 2022, donde las perspectivas -en resumen- indican que es momento de mantenerse en los mercados, pero prepararse porque pueden producirse volatilidades. ¿Por qué? Porque hay nerviosismo por el aumento de la inflación en países desarrollados, que no sabemos cuándo volverá a niveles más “normales”; porque hay algunas dudas con respecto a China y su realidad -si serán exitosos en sus metas de crecimiento, como seguirá el contexto regulatorio-; y por el covid, que lamentablemente sigue presente y la recientemente descubierta variante ómicron representa una amenaza potencial para las economías. Por eso es que pensamos, por más que muchos sectores corporativos con acciones en el mercado sigan con buenas ganancias, que pueden existir reacciones fuertes de cortísimo plazo ante noticias inesperadas. Recordemos que los mercados han tenido performances muy buenas este año, superando 20% de retornos, por lo que no sería de asombrarse alguna corrección. A pesar de todo esto, la recomendación es de mantenerse invertido en acciones simplemente porque no hay retornos en otros lados. Las tasas seguirán siendo muy moderadas, de forma tal que los mercados de acciones –Estados Unidos, Eurozona y Asia, particularmente- seguirán ofreciendo los mejores retornos. Por último, un comentario sobre el entorno referido a criptoactivos: veo mucho FOMO (Fear of Missing Out), gente comprando sólo “porque el vecino compra”, sin entender de qué se trata. Sin entrar en juicios sobre la perspectiva para este tipo de activos, estas tendencias no han terminado bien en el pasado. Creo que solo recordando la burbuja de las punto com a fines de los 90 uno se puede hacer una idea. No digo que no puedan producirse espacios de valor, solo que hay que intentar comprender mejor dónde está ese valor y a qué precio hay valor realmente.
¿Qué temas deberían preocupar a los inversores de la región?
Uruguay se destaca por su estabilidad y previsibilidad, en una región donde el riesgo político es alto. Argentina es incertidumbre pura, con 50% de inflación y casi la mitad de su población en la pobreza. En Brasil habrá elecciones en 2022 y no hay claridad aún sobre lo que puede pasar. Creo que Uruguay se sigue destacando en el contexto regional, donde no hay cambios dramáticos independientemente de quien esté en el gobierno, aunque a veces esta falta de cambios fuertes sea parte de nuestro “karma”. La estabilidad política de Uruguay, que tomamos como un “dato” muchas veces, es un activo muy preciado. Ahora tenemos que construir sobre esto más desarrollo, más innovación, más actividad, más comercio, más inversión. Para ello, la región se debe abrir mucho más al comercio internacional y debe mejorar sustancialmente los niveles educativos. En Uruguay son particularmente preocupante los niveles de egreso de educación secundaria, donde solo el 50% culmina esta etapa. Pienso que éste es el mayor riesgo para el desarrollo del país en el mediano y largo plazo. Es decir, que no estemos a la altura de las circunstancias y que los países desarrollados se sigan distanciando de nosotros. Ricardo Pascale lo explica muy bien en su último libro ‘Del freno al impulso’, y propone algunos cambios muy compartibles, como darle rango ministerial a la innovación.
No puedo dejar de mencionar algunos temas estructurales en América Latina como los niveles de desigualdad socio-económica, particularmente en algunas zonas, sacando honrosas excepciones como Uruguay, Costa Rica y algunas regiones de Argentina. Las desigualdades tan profundas aumentan los riesgos de descontento social. Este es un tema que, de una forma u otra, debe ser atendido, no en todos los casos necesariamente con asistencia estatal, sino con educación y oportunidades más claras para todos.
(*) Se desempeña en la industria de servicios financieros de nuestro país desde 1997. Integra el Consejo Directivo de la Academia Nacional de Economía y posee la licencia Series 65 de uno de los organismos reguladores del mercado de valores de EE.UU. (Finra). Cuenta con un MBA del IEEM, la escuela de negocios de la Universidad de Montevideo.