Geoffrey Fichte Pena, CEO de HSBC Uruguay
Tras una larga carrera internacional en la industria financiera, que lo llevó a cumplir funciones por México, Hong Kong e Inglaterra -siempre dentro de HSBC-, desembarcó en Uruguay para liderar las operaciones del grupo en el país.
Luego de la confirmación de que la filial local se suma a la estrategia global de la organización, el plan ahora es conectar comercialmente a Uruguay con el mundo, apoyándose en la red del grupo. A su vez, pretende ser un jugador importante en banca empresarial, pymes y en el segmento Premier. Todo esto, sin perder de vista otras líneas de negocio que hoy son fuerte en el banco, como préstamos automotores y créditos hipotecarios; todo ello sustentado por una gran transformación digital que HSBC encara a nivel global.
Geoffrey Fichte nació en Upstate Nueva York -zona situada al norte del Estado de Nueva York-, en el seno de una familia de inmigrantes. Su padre es oriundo de Alemania, su abuelo materno de España, y su abuela originaria de Inglaterra. “Viví en una casa donde continuamente llegaban visitantes de todo el mundo. Una parte de la familia emigró a México, entonces todos los años teníamos muchas visitas. Era una casa muy divertida, siempre colmada de familiares. También nos dio la oportunidad de ir a pasar tiempos extendidos en las respectivas casas de otros familiares, entonces de pronto estábamos un verano en Alemania, otro en Inglaterra, otro en México”, contó el ejecutivo.
Su papá es oftalmólogo y su mamá se dedicó a las tareas de la casa, aunque tiene estudios de physical therapist. La familia más cercana se completa con dos hermanos menores.
Sus padres hicieron mucho hincapié en la importancia de la educación de sus hijos, entonces los Fichte siempre fueron a buenas escuelas.
Estudió en la Escuela de Negocios Wharton, de la Universidad de Filadelfia. “En Estados Unidos es muy común que, si tu papá es doctor, tú también tienes que serlo, pero en nuestro caso él nunca nos obligó, sino que tuvo muy claro que el mundo es muy grande y hay que dedicarse a lo que a uno le gusta”, remarcó.
El 1º de marzo de 2018 comenzó a dirigir oficialmente las operaciones de HSBC en Uruguay, tras un período de transición que lo tuvo en el país desde diciembre del año pasado.
¿Cómo se vinculó a la industria financiera?
Siempre me interesó la figura del banco. Tengo recuerdos de acompañar a mis padres al banco desde muy temprana edad, y también cuando, siendo un niño, abrí mi cuenta para ahorrar. Coincidentemente, este era un banco que terminó siendo adquirido por HSBC en Estados Unidos. Años después, cuando empezaba a buscar oportunidades de internships, de prácticas, me acerqué al banco y pasé un verano trabajando en la HQ (headquarters) de HSBC en Estados Unidos, en el equipo de Finanzas. Me gustan las finanzas porque desde el punto de vista de un banco te da una idea muy clara de cómo funciona la economía.
Lleva 15 años vinculado al grupo HSBC. ¿Cómo ha sido su carrera dentro del banco?
Empecé en 2002, en Nueva York. Hablaba algo de español y en ese momento HSBC había comprado un banco muy grande en México, entonces me preguntaron si quería ir a ayudarlos en la integración de la operación. Podía ser por un período de seis meses o un año. Yo lo vi como una gran oportunidad, también como una aventura, y me brindaba, además, la posibilidad de reconectar con mi familia mexicana. Entonces, en 2003 me fui a México. Ese corto tiempo por el que iba se convirtió en cinco años trabajando allí. En cierto momento, salí del área de Finanzas y empecé en la banca empresarial, que era lo que más me atraía.
Después de México me fui tres años a Hong Kong, a trabajar en el equipo internacional del banco. Fue una gran experiencia; aprendí mucho. Cuando inicié mi carrera nunca me imaginé trabajando en Hong Kong; incluso, jamás había estado en Asia hasta ese momento. Ahí viví la crisis financiera de 2008, que significó un aprendizaje muy importante para mí. Aprendí cómo apoyar a las empresas durante la crisis, porque no se sabía cuándo el sistema iba a tocar fondo, y de la importancia de estar cerca de los clientes. Eso marcó mucho mi carrera. Es en esos momentos cuando más apoyo del banco requiere el cliente, y no siempre en el sentido de líneas de crédito o de dinero, sino en el asesoramiento. Lo ideal es mantener la calma, escucharlos… muchas veces es solo eso, escucharlos.
Después de tres años en Hong Kong, donde tuve la oportunidad de viajar por toda Asia y tener contacto con clientes de muchos países, fui a Londres. Allí trabajé en la oficina del CEO global, en un área de planeación. Fue un cambio también importante porque tenía un equipo con exconsultores de McKinsey. Nunca había trabajado con consultores, y ahí tuve que liderar un equipo conformado por gente que venía de ese sector. Saqué muchas enseñanzas de ellos y armamos un buen equipo. Yo entendía la realidad del banquero y los clientes, entonces pudimos aterrizar las estrategias que los consultores generan con mucha facilidad.
Esos dos años en la cúpula del banco en Londres me dieron una visión muy amplia de, por un lado, qué buscaban los inversionistas, por otro, los objetivos del banco, a su vez, cuáles eran los temas donde ponía foco nuestro regulador, como así también el comportamiento de las diferentes regiones de HSBC en Medio Oriente, Asia, América, África, etc. También fue bueno para generar contactos, porque yo trabajaba muy cerca de quien hoy es el director general global, y con muchos de sus reportes. Posteriormente, quise retomar el tema del liderazgo en un área comercial, entonces regresé a México en el 2013, siendo el director comercial de HSBC en ese país para el segmento de Empresas. Estuve en México hasta mi llegada a Uruguay.
En marzo llegó a Uruguay para encabezar la operación en nuestro país. ¿Su nombramiento vino acompañado de algún plan estratégico de la casa matriz?
Así es. Cuando me ofrecieron la posibilidad de venir, me plantearon que Uruguay necesitaba un nuevo capítulo. Entonces trabajamos en un plan estratégico directamente con la oficina global en Londres. Es un proyecto a tres años, que está alineado con la estrategia global del banco, que también está definida en ese mismo período de tiempo. Básicamente, es un desarrollo orgánico, de crecer en la base de clientes, dar una mejora digital y conectar a Uruguay con el mundo. HSBC es un banco líder y global, que ha sido reconocido como el mejor del mundo en comercio exterior, el mejor en banca transaccional y en financiamiento, que abarca todo lo relacionado con pagos y cobranzas. Con todos estos atributos a favor, siento que en Uruguay tenemos la gran oportunidad de aprovechar este respaldo que tenemos.
¿Cuáles son los principales puntos de ese plan estratégico que involucra a nuestro país?
Tenemos una gran marca, nos conocen en todo el planeta, y Uruguay es un país que tiene relaciones comerciales con el resto del mundo. China es el principal mercado de Uruguay, y nosotros somos el banco internacional líder en ese país. Por ahí hay un camino a recorrer.
El grupo está invirtiendo muy fuerte en digital. El plan es invertir 17 mil millones de dólares en tres años, una de las inversiones más grandes que cualquier empresa del mundo haya anunciado en ese sentido. En junio estuve en Hong Kong con todos los gerentes generales del mundo de HSBC -más de 60-, y el mensaje fue de crecer orgánicamente y de lograr esta transformación digital; esto no solo en los países grandes, sino en todos aquellos en los que opera el grupo. El director general global nos hizo un llamado de atención, y nos remarcó que como líderes en los respectivos países en los que HSBC está presente tenemos que ser dueños de la transformación. No es aceptable ser un banquero como los de antes, donde el equipo de sistemas nos va a resolver los temas digitales, sino que nosotros tenemos que liderarlo, lo cual fue música para mis oídos. Me apasionan los temas digitales, de Fintech, y siento que esto nos abre una gran oportunidad aquí.
El otro tema es conectar a Uruguay a la red del grupo y así apalancar al país con todas las ventajas que tiene HSBC en la región –Brasil, Argentina, Chile, Perú, Colombia y México- y en el mundo.
Nuestro presidente regional estuvo este mes en Uruguay y nos dijo que con la presencia que tenemos en la región, cubrimos el 80% del PIB de ésta. Entonces, no es necesario estar en todos los países, pero estamos muy conformes con las operaciones en los que sí tenemos presencia. Por tanto, preferimos crecer e invertir donde ya estamos.
Hay un cambio de estrategia, entonces, porque en su momento la operación en Uruguay estuvo en venta, y ahora la apuesta es a desarrollar el banco en el país.
Correcto. El mensaje es bien claro desde nuestra sede en Londres. El plan que el grupo ha anunciado no habla de salir de países, sino de crecer en los países en los que estamos.
En el tiempo que lleva en Uruguay, y por lo que ha podido conocer, ¿qué evaluación hace de la banca local y del sistema financiero y bancario?
Es un sistema sólido, que está enfrentando también los retos digitales. Tenemos un buen regulador, lo que es muy importante teniendo en cuenta la volatilidad que existe en la región, y cómo ésta puede impactar en Uruguay. Es en esos momentos, o ciclos, que es bueno tener una banca sólida y bien regulada. Todas las mejoras que ha habido en prevención de lavado de dinero y transparencia fiscal han ayudado al sistema financiero en Uruguay.
En términos comparativos con otras plazas, ¿cómo luce la productividad de la banca local? Costos, rigidez laboral son temas que colegas suyos señalan como los grandes problemas que deben afrontar las organizaciones financieras en nuestro país, y que restan competitividad; por ende, también disminuyen la rentabilidad. ¿Tiene esa visión?
Si vemos los números de eficiencia en la plaza local, efectivamente, la banca en Uruguay es menos eficiente y menos rentable que otros países en la región. Pero hay que usar el ingenio. Para HSBC creo que eso representa una oportunidad, porque tenemos un equipo muy profesional, sólido, con ganas de crecer, entonces debemos apalancar esta experiencia y vínculos que existen con los clientes. El hecho de que en HSBC haya poca rotación de personal lo veo como una ventaja para crecer. En otros mercados en los que he trabajado hay mucha rotación de los banqueros, y esto siempre representa un reto a la hora de entrenar e inculcar la cultura del banco.
¿Qué ha podido evaluar del proceso de bancarización y de inclusión financiera que lleva adelante el Estado uruguayo? ¿Se va por buen camino?
Claramente la agenda de inclusión financiera es buena y está avanzando. La tecnología va a ayudar muy fuerte a su desarrollo. En Uruguay hay buen nivel educativo, lo que es positivo. Existe, entonces, responsabilidad de la banca de seguir promulgando la educación financiera. ¿Qué podemos hacer mejor? Otros países, como México, han establecido una ley para las Fintech, lo que da un marco legal y pone claridad en el sector.
¿Qué ha podido evaluar de las características que tienen tanto las empresas como los ejecutivos que componen la trama empresarial de nuestro país?
La mejor manera de conocer un país, según mi experiencia, es mirar a los ojos a los empresarios. Me interesa mucho conocerlos y compartir con ellos perspectivas y experiencias. En los seis meses que llevo en la dirección general he viajado por el país y me he reunido con muy buenos empresarios y clientes, de diferentes sectores que tenemos en el banco. Hemos estado tiempo en Montevideo, pero hemos ido a Salto, a Colonia, a Punta del Este, y eso me está ayudando, en lo personal, a entender el ambiente de negocios. El sector empresarial es muy sólido; estoy impresionado con la calidad y la visión de los empresarios, sin embargo, muchos de ellos están preocupados. En general, hay cierto nivel de preocupación por la economía. Pero esta crisis regional representa una oportunidad para que el banco los acompañe, los escuche y los ayude en un ciclo que es difícil. Antes mencionaban costos y competitividad, y esos son temas no menores. Cada vez el mundo es más global, más conectado, y la competencia no es solo con los países vecinos, sino con el mundo. Por tanto, siempre hay que estar posicionándose. Pero un país pequeño como Uruguay a veces también tiene ciertas ventajas, y eso hay que aprovecharlo.
La economía mundial está sufriendo grandes cambios. Las respectivas crisis en Argentina, Brasil, Turquía y Sudáfrica, entre otros países, preocupan a los inversores. Depreciación de las monedas locales y crecimiento del dólar hoy son una realidad. Y nuestra economía es muy dependiente del mercado externo.
¿Cómo ve parado al país en el actual contexto económico?
Veo al país mejor posicionado que en el pasado frente a un shock externo global, ya sea por la diversificación del comercio o porque tiene un sector bancario más sólido. En el 2001 un porcentaje muy importante de los depósitos, alrededor de un 40%, pertenecía a no residentes, y hoy es menos del 10%. Si ves el crédito en ese segmento, en aquel entonces era alrededor de un 18%, y actualmente es menos de 1%. Estos factores demuestran un cambio y cierta fortaleza respecto al pasado. Sin embargo, no hay que perder de vista ciertas luces amarillas que se encienden en la economía, como puede ser el desempleo, que está en alza; menor inversión extranjera; o lo concerniente a la competitividad que hablamos antes. De todas formas, creo que hay áreas de oportunidades en el país. Los sectores de tecnología están creciendo… Yo estoy muy impresionado por la calidad de los empresarios de las áreas de innovación y tecnología que están trabajando no solo para Uruguay y la región, sino para el resto del mundo. Cuando existen adversidades económicas, es un buen momento para buscar oportunidades.
Estuve en la Expo Prado y vi mayor optimismo hoy entre los agricultores que hace seis meses. El tipo de cambio ayuda, también un mejor ciclo climático. Me encantó el Prado, me pareció un mundo fascinante.
Usted pasó por México, donde el fenómeno del emprendedurismo es importante y vital para la economía. Indudablemente, con otra dimensión de país, ¿cómo nos ve en ese rubro?
Los veo muy bien. He estado involucrado, por ejemplo, con Endeavor, y considero muy necesario lo que hacen. Veo que hay una pasión por el emprendedurismo, que este fenómeno está en auge y creciendo. Tengo confianza en que se transforme en un sector de la economía que crezca, que brinde empleo, y que compita más allá de las fronteras del barrio.
A principios de mes estuvo de visita el CEO de HSBC para América Latina. ¿Qué impresión se llevó de Uruguay y del negocio del banco en el país?
Nos felicitó por el éxito de los primeros ocho meses del plan estratégico, por el clima laboral en el banco y por haber conseguido tantos cambios en tan poco tiempo. Se fue con una impresión positiva de nuestras posibilidades en el mercado, de seguir creciendo, de continuar compitiendo. Nos gusta competir y recibimos apoyo tanto de la red regional como global de HSBC para seguir ejecutando nuestro plan estratégico. Tuvimos muchas visitas, apoyo, ideas, tecnología, cosa que no existía antes. Eso también motiva al equipo local, porque sienten que están respaldados por el grupo.
¿Hacia dónde tiende el negocio bancario?
Si vemos el papel de la banca, con las nuevas tecnologías y la aparición de las Fintech, la línea está más borrosa. Pero en HSBC vemos ese fenómeno como algo complementario a nuestro negocio. Los bancos tienen una base de clientes que, en algunos casos, representan una alianza de muchos años, de mucha lealtad. Si vamos al negocio, los bancos están muy sólidos para proteger el ahorro y respaldar a la empresa. Por otro lado, las Fintech traen ideas innovadoras, que mejoran la experiencia del usuario, pero no necesariamente tienen clientes. Entonces, para éstas es una labor muy difícil crecer sin una base de clientes que los bancos sí tienen. Por tanto, creo que es muy natural la complementariedad. En nuestro caso, estamos aprendiendo de la tecnología Fintech, en algunos casos adoptando las ideas, en otros, colaborando con ellos. Por ejemplo, HSBC en Singapur y en Londres tiene laboratorios de innovación y de Fintech. Incluso, el grupo ha comprado empresas de ese tipo, y en otros casos ha realizado alianzas con algunas. Es más, HSBC está dedicando y preparando gente para ese negocio.
Una de las inversiones que hemos hecho es la primera operación de carta de crédito en blockchain. Fuimos el primer banco en lograrlo, y consistió en la exportación de un bien desde Argentina a un país de Europa, todo 100% digital con esta tecnología. Este sistema tiene mucho potencial, por ejemplo, para todo el proceso que rodea a una carta de crédito, al hacerlo más rápido, a un mejor costo y más seguro.
Cada vez son más los especialistas que establecen que la próxima burbuja llegará de la mano de las monedas digitales. ¿Ve riesgo de que algo así ocurra?
Yo creo que lo más interesante de las criptomonedas es la tecnología que hay detrás de ellas, que es, precisamente, blockchain. Es verdad que hay diferentes opiniones sobre las criptomonedas, de si hay especulación detrás, si es burbuja o no. Ha habido mucha volatilidad, pero yo creo que lo interesante y lo que está aquí para quedarse, repito, es la tecnología de blockchain, que tiene una aplicación para muchos otros procesos y áreas, desde contratos legales, hasta procesos como cartas de crédito. Ahí es donde esta tecnología despierta mucho interés.
Perfil
Desde el 1º de marzo de 2018 Geoffrey Fichte es el nuevo CEO de HSBC en Uruguay.
Asumió la gerencia general de la filial de Banco HSBC en nuestro país tras haber ocupado diversas posiciones en el grupo HSBC durante los últimos 15 años.
Fichte es licenciado en Economía, egresado Magna cum laude de Wharton School of Business, de la Universidad de Pensilvania.
Comenzó a trabajar para el grupo HSBC en Nueva York en el año 2002 en el área de Gestión y Planificación Financiera. Entre 2003 y 2007 trabajó en HSBC México, donde desempeñó roles vinculados a los segmentos de Banca Empresarial, Finanzas y relación con Inversionistas.
Fue director de Estrategia y Planeación del banco para Latinoamérica, incluyendo mercados estratégicos de la región como Argentina, Brasil, México y Uruguay; integró el equipo internacional de Banca Empresarial; y se desempeñó como ejecutivo en algunos de los principales centros financieros como Londres y Hong Kong.
Hasta su designación como nuevo CEO en Uruguay, trabajó como director ejecutivo de Banca Empresas en HSBC México.
Compromiso con el país
A nivel local, ¿cuáles son, actualmente, las áreas más dinámicas del banco?
En banca de empresas estamos creciendo muy bien. Hemos aumentado la base de clientes en un 20% en lo que va del año; este es un crecimiento que no se ha visto en mucho tiempo. Estamos invirtiendo en la banca digital, seguimos como líderes del mercado en préstamos automotores, y lanzamos hace unos meses la mejor oferta hipotecaria a nivel local, con la tasa y la cuota más baja, con mucha transparencia, y el mercado ha respondido muy bien. El del sector hipotecario es un negocio a 15 o 20 años, lo que demuestra que hay un compromiso fuerte del banco con el país y con los uruguayos. También emitimos deuda a través de las Notas de Crédito Hipotecarias (NCH), que es una deuda a 15 años, que colocamos con inversionistas locales. Hubo mucha más demanda que oferta, y a una tasa históricamente baja; eso también nos ayuda a seguir compitiendo en el mercado.
¿En qué otras áreas el banco pretende ser un jugador importante?
Vamos a competir más en banca empresarial, en pymes y también en el segmento Premier.
¿Qué importancia tiene para el banco el área de negocios internacionales?
Es de gran importancia. Como dije antes, pretendemos apoyar tanto los negocios con China como con el resto del mundo, no solo en exportaciones, sino también acercando inversión extranjera al país. Por ejemplo, a través de las oportunidades de inversión que va a haber bajo la modalidad de PPP (Participación Público-Privada).
Todas estas iniciativas son una oportunidad para seguir subiendo la visibilidad de Uruguay en la red global de HSBC.
Señas de identidad
Geoffrey Fichte tiene 37 años y es licenciado en Economía, egresado de Wharton School of Business, de la Universidad de Pensilvania.
En su lista de hobbies figura el viajar -ha conocido alrededor de 80 países-, la fotografía, el golf, el tenis y el fútbol -aunque reconoce que juega muy mal-. “Me gustan todos los deportes. Mi papá nos obligaba a practicar actividades deportivas y a jugar mucho fútbol soccer”, dice al respecto.
Si no hubiera sido un ejecutivo vinculado al sistema financiero, le habría gustado hacer algo relacionado a la arquitectura. “En otra vida podría ser arquitecto. Estoy gratamente sorprendido de la buena arquitectura que existe en Montevideo. Patrocinamos el libro “Montevideo, ciudad de bellos edificios”, que destaca justamente el valor del patrimonio arquitectónico de la ciudad. Montevideo es una gran ciudad para levantar la mirada y apreciar la belleza edilicia que tiene. Me encanta transitar por sus calles y ver la fachada de los edificios. Es un privilegio trabajar en la Ciudad Vieja con toda la arquitectura que esa zona de la ciudad tiene. Me gustan también los temas de desarrollo, de bienes raíces… tal vez trabajaría en esa área. O también dando clases, lo que no lo descarto en algunos años”, reflexiona sobre esas otras facetas que trascienden a la industria en que se encuentra.
¿Una comida?
Todo tipo de mariscos.
¿Una bebida?
El vino. Me gusta el albariño; y entre los tintos, el tannat está interesante.
¿Cuál es la prenda más repetida de su guardarropa?
Los sacos, supongo. También tengo muchos sombreros. Los compro y los voy acumulando, porque no los utilizo tanto.
¿Qué música le gusta?
Me gusta la música clásica y el rock. Como banda, U2.
¿Un lugar en el mundo?
El rancho de mis primos, en el plano central de México, donde siempre se organizan fiestas familiares, navidades y reuniones con amigos. El otro lugar es Niagara Falls, el pueblo donde nací y crecí, en New York, en verano. Es un lugar precioso, en la frontera con Canadá, con ríos, mucho verde. Vuelvo seguido porque mis padres aún viven allí.
¿Un lugar de Uruguay que haya conocido en este tiempo y que lo haya sorprendido?
José Ignacio. Me sorprendió lo bonito que es. También he salido al Interior, y el campo y su paisaje es realmente lindo. Se siente mucha paz y tranquilidad.
¿Tres características que lo definan a usted?
Creo que soy una persona abierta, optimista y resiliente.