Ignacio Mayone, socio y fundador de IBF Capital
IBF Capital es una compañía que se dedica a la gestión de patrimonio financiero de sus clientes. La misma está liderada por un equipo de profesionales que cuentan con más de 20 años de experiencia en instituciones financieras internacionales de primera línea. Recientemente, la firma cumplió 10 años y, en ese contexto, Empresas & Negocios dialogó con uno de sus cinco socios, Ignacio Mayone, quien repasó los inicios de la firma, los objetivos y las expectativas futuras.
¿Cómo y cuándo surgió la posibilidad de ingresar a la empresa?
Cuando Wells Fargo (el banco de inversiones para el que trabajábamos) decidió cerrar sus operaciones en América Latina. Teníamos la opción de irnos con el banco a Miami, ir a trabajar a otro banco similar que estuviera en Uruguay o emprender el camino de la independencia; y con mis socios optamos por lo último.
¿Cuál es su papel y responsabilidad en la firma?
Soy uno de los socios directores. Al igual que mis socios, mi responsabilidad es la gestión del patrimonio financiero de nuestros clientes.
¿Cuáles son los principales objetivos de la empresa?
Lograr que nuestros clientes cumplan su objetivo de incremento de capital o generación de renta (o ambas cosas), y lo hagan de la manera apropiada, es decir, asumiendo los riesgos adecuados.
¿Qué cosas son las que distinguen a IBF Capital dentro del rubro?
En que para nosotros no es posible hacer gestión patrimonial sin conocer a nuestros clientes en profundidad, tanto en lo profesional como en lo personal.
¿Qué servicios ofrecen?
Wealth management. Esto es, gestión patrimonial para preservar e incrementar el patrimonio personal o familiar.
¿Cuántas personas integran el equipo y cómo se distribuyen?
Nuestro equipo está compuesto por ocho personas. Es una estructura flexible y con mucha capacidad de adaptación. Eso hace que todos tengamos un alto nivel de información de lo que ocurre en el día a día de la firma. Desde el análisis de alternativas y las sugerencias de inversión que genera el comité de inversiones hasta si un cliente tuvo un problema personal o familiar.
¿Cuál es el ABC o los puntos esenciales de la empresa para trabajar?
Ser profesionales, tomarnos el tiempo necesario con cada cliente y mantener la calma cuando los mercados atraviesan tiempos de crisis.
¿De qué manera IBF Capital cumplió 10 años de historia? ¿Cuán importante ha sido la fidelidad de los clientes y cómo se ha conseguido?
Cumplimos 10 años porque fuimos rigurosos y consistentes en cumplir con las premisas de la pregunta anterior. La confianza se construye con tiempo y con hechos. La confianza que nuestros clientes nos dan es la razón de ser de una firma como la nuestra, es el factor determinante.
¿Cuáles son las expectativas que tienen para el cierre de este año tan particular?
Respuesta en broma: que el año termine de una vez y poder tomarnos unos días de descanso.
Respuesta en serio: en los mercados financieros la capacidad de adaptarse y de entender los cambios del mundo son cruciales. Nuestra expectativa pasa por poder identificar y separar correctamente los fenómenos de corto plazo de las tendencias de largo. Este año es especialmente difícil en ese aspecto porque no es sencillo determinar cuáles son las consecuencias a corto y largo plazo de una pandemia como esta, no hay experiencias previas.
Cuando los mercados se ven afectados por fenómenos como estos, o como ocurrió en el año 2008, lo mejor es recordar los fundamentos básicos de las inversiones: una cartera correctamente diversificada y solamente invertir en aquellas cosas que estaríamos dispuestos a tener por los próximos 10 años. En resumen, la expectativa pasa por no abandonar los principios básicos aunque las condiciones del entorno nos tienten a lo contrario.
¿Cómo es ser empresario en Uruguay? ¿Cuáles son las ventajas y desventajas de emprender?
En nuestro caso salimos del paraguas de una firma internacional que fue una excelente escuela de profesionalismo, orden, método y búsqueda del alto desempeño, por lo que si bien el pasaje a formar nuestra propia empresa fue muy exigente, nos encontró bien preparados y la experiencia fue muy positiva. En mi opinión, no pasa por ventajas o desventajas de emprender, pasa por el gusto y la motivación de hacerlo y de ser conscientes de que una buena idea es importante pero que en el fondo la ejecución es todo.
Señas de identidad
Ignacio tiene 46 años, nació en Montevideo “por cuestiones logísticas”, pero se crió entre Florida y Sarandí del Yi. Si bien de niño tenía el sueño de ser jugador de fútbol o periodista, estudió Administración de Empresas y los exámenes de registración para operar en la bolsa de Nueva York, Nasdaq y la bolsa de Futuros en Chicago.
Desde que comenzó a trabajar, a los 20 años, siempre se vinculó a inversiones y finanzas. Trabajó en Prudential Securities en Uruguay y Argentina, en la mesa de inversiones de República Afap y también en Wachovia y Wells Fargo.
Vive con su esposa, María Eugenia, sus tres hijos -Agustina (13), Joaquín (10) y Francisco (7)- y Coco, un perro labrador que es uno más de la familia. Se define como una persona detallista, analítica y racional. Su película favorita es ‘Snatch, cerdos y diamantes’. Una frase que elige: “A la suerte hay que esperarla en la puerta».
En su tiempo libre gusta de leer, ir los domingos con su hijo Joaquín a las librerías de Tristán Narvaja-“él a buscar cómics y yo a buscar libros”, dice-, y jugar al tenis. Su lugar en el mundo es Las Flores, en Maldonado. Es admirador de gente que sabe mucho de su profesión. “Me encanta aprender de las cosas que hacen los que realmente saben de un tema”, reflexiona.