Por: Ec. Flavia Rovira
Las recientes políticas comerciales proteccionistas de algunos países de ingresos medios y altos y la respuesta de sus socios comerciales han provocado tensiones crecientes en el contexto internacional. Más aún, se viene señalando en los últimos años el desafío que enfrenta la gobernanza global, luego del retiro de Estados Unidos de acuerdos globales y sus enfrentamientos con instituciones multilaterales. Estos cambios se dan en un contexto en que el volumen de las exportaciones globales redujo su tasa de crecimiento histórica, estancándose el peso de las exportaciones sobre el PIB mundial, lo cual perjudica especialmente a la región y a Uruguay, cuya economía está orientada a las exportaciones.
En este contexto, algunas regiones han fortalecido durante la última década sus estrategias integracionistas, fundamentalmente varios países de Asia. Un ejemplo del proceso integracionista reciente de esa región es la Asociación Económica Integral Regional (RCEP), que incluye, entre otros, a las tres principales economías del continente: China, Japón y Corea del Sur. Por su parte, los países de Oceanía y algunos de América Latina (México, Chile, Perú) han intentado acercarse al continente asiático, firmando otro acuerdo de integración profunda (que excede ampliamente la eliminación arancelaria), el Acuerdo Integral y Progresista de Asociación Transpacífica (CPTPP).
Como es sabido, fuera de los acuerdos de complementariedad firmados con países latinoamericanos en el marco de la Aladi –no notificados en la OMC-, el Mercosur se ha mantenido al margen de los procesos integracionistas. Las únicas excepciones han sido los tratados de libre comercio (TLC) firmados con Israel y Egipto, y más recientemente con Singapur. Por otro lado, hacia el interior del bloque, los países del Mercosur han mostrado una disminución en la integración comercial y productiva, evidenciada en una limitada complementariedad económica y en crecientes tensiones internas entre sectores que demandan mayor apertura comercial hacia mercados extra regionales, y otros más reticentes a la apertura. Uruguay, como miembro de este grupo, debe definir la mejor estrategia para integrarse al mundo, gestionando su relación con el bloque, buscando un equilibrio entre los intereses nacionales y regionales. En los últimos años se han dado algunos pasos hacia la apertura unilateral, como la solicitud de adhesión al CPTPP o el inicio de negociaciones para un tratado de libre comercio con China, mientras se negocian otros acuerdos en bloque.
Frente a estos escenarios, resulta de interés contar con estudios que permitan tener una intuición, basada en modelos teóricos, sobre los beneficios relativos de los diferentes frentes de negociación, y sobre el impacto esperado de negociar individualmente o en bloque con los socios naturales (Mercosur). Para ello, en un trabajo reciente se buscó evaluar el impacto de la reducción en los costos de comercio bilaterales en escenarios alternativos de liberalización comercial utilizando un Modelo Gravitatorio Estructural Dinámico de Comercio, centrándose en el eventual TLC entre Mercosur y China, y comparándolo con otras negociaciones posibles (Unión Europea (UE), TLC Europeo (EFTA), CPTPP, Acuerdo de libre comercio entre Estados Unidos, México y Canadá (USMCA)).
Debe tenerse en cuenta que actualmente solo un acuerdo (UE-Mercosur) está en negociación avanzada, mientras que otros, como el Mercosur-EFTA, están en agenda, y el resto se encuentran en distintas etapas de conversación. Asimismo, los cambios recientes en las políticas comerciales y las dinámicas de comercio que surgieron a partir de estos cambios no son tomadas en cuenta por este modelo, ya que el estado estacionario que sirve como punto de partida del análisis es previo a estos shocks diplomáticos y de política comercial.
Para entender los resultados de las simulaciones, en estos modelos se supone que el tamaño de las economías y sus relaciones comerciales previas, así como la protección comercial antes de simular un shock de desgravación arancelaria, expliquen en parte la magnitud relativa del bienestar luego del shock. En este sentido, el acuerdo simulado de TLC con eliminación arancelaria entre el Mercosur y China involucra a cinco países, que juntos dan cuenta de poco más de un quinto del PIB mundial. Por otro lado, mientras China representa un 28% de las exportaciones del Mercosur, este tiene un peso de 2% en las exportaciones de los primeros. Los escenarios de simulación de un acuerdo de libre comercio con reducción del 100% de los aranceles entre las economías del Mercosur con la UE y USMCA representan un PIB agregado del 19% y 24% del PIB mundial respectivamente, que representan un 15% de las colocaciones del Mercosur, pero en las que éste representa un 2% de las colocaciones de UE y Umsca aproximadamente. Tanto en términos del PIB agregado como de las colocaciones recíprocas, el acuerdo Mercosur-EFTA es relativamente chico (5% del PIB mundial y 1% de las exportaciones bilaterales. Finalmente, el CPTPP, considerando a todas los países que pidieron adhesión (China, Ecuador, Costa Rica, Ucrania), y suponiendo la adhesión de los países del Mercosur, tendría un PIB de aproximadamente 36% del producto mundial.
El resultado del trabajo permite afirmar que el acuerdo con China muestra grandes potencialidades respecto a su impacto en el flujo de comercio con dicho mercado: 19% para todo el Mercosur y 14% para Uruguay. Los efectos sobre el consumo real (bienestar) para los países del Mercosur son algo menos del 1% y se duplican para Uruguay (ver cuadro). En este acuerdo, al impacto directo de la economía asiática sobre la uruguaya se suma el efecto indirecto que ejercen las relaciones comerciales con otros países como Rusia, Chile y Estados Unidos que también se afectarían por la medida, y particularmente por los propios socios mayores del Mercosur.
Por otro lado, el escenario que tiene un impacto mayor sobre el comercio y sobre el consumo es el ingreso al acuerdo transpacífico, fundamentalmente cuando sus socios regionales también ingresan al CPTPP. Este efecto se debe al hecho de que los propios países del Mercosur no sólo se unen a un acuerdo profundo, sino que ellos mismos se convierten en un acuerdo profundo. Esto, en economías cercanas desde el punto de vista comercial, puede explicar la importante sensibilidad a la introducción de estos países. En el caso del CPTPP, las principales influencias sobre los países del Mercosur las tienen China, pero también Brasil y Argentina, resaltando la importancia de la adhesión en bloque en caso de firmar un acuerdo profundo, o también, como se mencionó más arriba, los posibles beneficios desde el punto de vista del bienestar (medido a partir del consumo real) de convertir al Mercosur en un acuerdo profundo.
El acuerdo con la UE también tiene efectos de magnitud bajo este modelo, alcanzando ganancias estimadas de exportaciones de un 15% en el nuevo estado estacionario para Uruguay y de un 24% cuando se considera a todos los países del Mercosur. Tanto en el caso del TLC con el EFTA como con Estados Unidos el impacto sobre el comercio es mucho menor, incluso para Uruguay se produce una pequeña contracción en las exportaciones dentro del grupo de países tratados en el acuerdo con los países de Norteamérica (USMCA).
Impactos dinámicos en el comercio y en el bienestar de los distintos escenarios de TLC analizados (% variación en nuevo estado estacionario en relación a línea de base)
CHINA | UE | EFTA | USMCA | CPTPP+8 | CPTPP+5 | |
---|---|---|---|---|---|---|
a) Exportaciones | ||||||
Tratados al mundo | 3 | 3 | 2 | 2 | 12 | 9 |
Tratados a tratados | 29 | 5 | 8 | 5 | 45 | 41 |
Mercosur a tratados | 19 | 24 | 3 | 7 | 44 | 0 |
Tratados a Mercosur | 20 | 39 | 6 | 25 | 55 | 1 |
Uruguay a tratados | 14 | 15 | 2 | -1 | 37 | 56 |
Tratados a Uruguay | 10 | 20 | 3 | 8 | 37 | 69 |
b) Bienestar | ||||||
Tratados | 0.3 | 1.6 | 0.5 | 0.7 | 3.1 | 2.4 |
Mercosur | 0.8 | 2.4 | 0.2 | 1.5 | 3.7 | 0.1 |
Uruguay | 1.8 | 4.5 | 0.5 | 1.6 | 8.7 | 5.6 |
Primer país influyente | CHN | BRA | CHE | USA | BRA | CHN |
Segundo país influyente | BRA | ARG | BRA | CHN | ARG | GBR |
En conclusión, la principal economía asiática, así como la posibilidad de integrar acuerdos trans regionales de la magnitud del CPTPP, representan una excelente oportunidad para generar un incremento en el comercio. Este incremento permitiría un aumento del ingreso, resultado de mayores exportaciones, pero también podría impactar indirectamente a través del mejor acceso a bienes intermedios y de capital, con el consecuente impacto sobre el producto de largo plazo.
Pero no menos importante, los resultados también enfatizan una idea varias veces verificada en la literatura especializada: la relevancia de complementariedad entre los procesos de liberalización extrarregionales y el fortalecimiento de la integración intrarregional. Intuitivamente, detrás de estos resultados generalizados se encuentra el hecho de que en el punto de partida (la línea de base se define en 2017) el bloque regional es un destino relevante para las exportaciones uruguayas, los costos naturales (distancia, fronteras, aspectos culturales) son bajos y la complementariedad es relativamente alta. Cuando además se suma las amenazas crecientes de restricciones de demanda, vinculadas a medidas proteccionistas, obliga a poner en debate la necesidad de fortalecer las incipientes cadenas de valor regionales, que han sido, según la literatura especializada, un pendiente del proceso de integración regional.