Por: Cr. Valeria Dos Santos (*)
Los activos intangibles son uno de los factores clave de la competitividad de una empresa. Sin embargo, los modelos contables tradicionales no dan cabida al reconocimiento de los recursos intangibles. Se requiere que las empresas informen adecuadamente sobre los intangibles con los que cuentan y cómo los gestionan, ya que resulta relevante para potenciales financiadores o inversores.
El valor de las empresas no está dado solamente por los activos físicos que integran su patrimonio, las empresas valen por la capacidad de generar flujos futuros de fondos. Y en esa capacidad son relevantes activos intangibles, como investigación y desarrollo, software de gestión, marcas y patentes, clientela y capital humano, entre otros.
Por lo tanto, es importante analizar de qué manera se pueden reconocer y revelar el valor de los intangibles en los estados financieros de la empresa.
Los intangibles en los estados financieros
Un activo intangible es definido por el Consejo de Normas Internacionales de Contabilidad (IASB por sus siglas en inglés) como “aquel activo identificable no monetario sin sustancia física”. En el mismo sentido, el Consejo de Normas Contables Financieras (FASB) de los Estados Unidos define a los activos intangibles como “aquel activo que carece de sustancia o esencia física y tiene larga duración”.
Estas definiciones, sin embargo, deben ser interpretadas conjuntamente con la definición de activo. De acuerdo con el marco conceptual, un activo está definido como un recurso controlado por la empresa como resultado de sucesos pasados y del que la entidad espera obtener en el futuro beneficios económicos.
La actual versión de la Norma Internacional de Contabilidad (NIC) 38 prescribe el tratamiento contable de los activos intangibles que no estén contemplados específicamente en otra norma, y mantiene las dos condiciones indicadas para reconocer un activo intangible. En el caso de un activo intangible adquirido de forma independiente, siempre se considera cumplida la condición de que los beneficios económicos futuros atribuidos al mismo fluyan a la entidad.
En cambio para los intangibles generados internamente, es difícil evaluar si cumple estas dos condiciones. Se observa que a medida que se fueron revisando las distintas versiones, se limitó el reconocimiento de los intangibles y, en especial, el referido a los desembolsos en investigación y desarrollo (I+D).
Problemas contables asociados a los intangibles
Siguiendo la definición general de un activo, la noción de “control” lleva a un problema contable con los intangibles. Una empresa controlará un determinado activo siempre que tenga el poder de obtener beneficios económicos futuros y también pueda restringir el acceso a terceras personas a tales beneficios.
De acuerdo a autores como Zeghal y Maaloul un importante criterio de reconocimiento requerido por las normas contables es la “fiabilidad de la medición del costo de los activos”, el que genera otro problema contable con los intangibles. Aunque este criterio puede ser fácilmente satisfecho si el activo es adquirido separadamente, presenta una gran dificultad en el caso de los generados internamente, como software, marcas y patentes, es decir los resultados de la actividad de I+D.
De acuerdo con las normas, los costos destinados a I+D se deben llevar a gastos y no activarse, hasta tanto no se cuente con un análisis de la viabilidad tecnológica y que luego el producto esté disponible para el público.
El tratamiento contable para los intangibles generados internamente presenta dificultades. La NIC 38 detalla las etapas necesarias para la generación de un activo intangible, especificando en cada momento si es posible predecir los beneficios económicos futuros asociados con el activo. Distingue una fase de investigación durante la cual todos los costos se llevarán a resultado y una fase de desarrollo que permite a la entidad probar la capacidad de un activo intangible para generar ingresos.
En este marco, los costos de desarrollo deben reconocerse como activos siempre que se ajusten a determinadas condiciones:
- Técnicamente, es posible completar la producción del activo intangible de forma que pueda estar disponible para su utilización o venta.
- Intención de completar el activo intangible en cuestión, para usarlo o venderlo.
- Capacidad para utilizar o vender el activo intangible.
- Generación de probables beneficios económicos futuros. Debe existir un mercado para la producción que genere el activo intangible, para el activo en sí, o bien, en el caso de que vaya a ser utilizado internamente, utilidad del mismo para la empresa.
- Disponibilidad de adecuados recursos técnicos, financieros o de otro tipo, para completar el desarrollo y para utilizar o vender el activo intangible.
- Capacidad para medir, de forma fiable, el desembolso atribuible al activo intangible durante su desarrollo.
Existe una gran variedad de recursos intangibles que desde una perspectiva económica podrían ser considerados como activos, pero que de acuerdo a Normas Internacionales de Información Financiera no pueden ser reconocidos como tales en los estados financieros.
En consecuencia, los criterios rígidos de reconocimiento dejan muchas inversiones intangibles fuera del concepto de activos intangible y determina una diferencia entre el valor de mercado y el valor contable de la empresa, aumentando la baja importancia de la información contable para los mercados financieros.
Por su parte, las normas internacionales de información financiera (NIIF) para Pymes establecen un tratamiento diferente al dado por las NIIF completas en lo relativo a los intangibles generados internamente. De acuerdo a la misma, los activos intangibles son considerados como gasto del periodo en el cual se incurren, incluyendo todos los desembolsos de las actividades tanto de investigación como de desarrollo.
¿Intangibles como activos contingentes?
Según la NIC 37, se debe analizar la posibilidad de que estemos frente a un activo contingente en el caso de los costos de investigación, que deba ser revelado en Notas. Se define un activo contingente como un activo de naturaleza posible, que surge de sucesos pasados, cuya existencia ha de ser confirmada sólo por la ocurrencia, o en su caso por la no ocurrencia, de uno o más eventos inciertos en el futuro, que no son controlados completamente por la empresa.
La norma establece, asimismo, que las empresas no deben proceder a reconocer ningún activo contingente, pues ello podría significar el reconocimiento de un ingreso que tal vez nunca se realice. En cuanto esta entrada sea prácticamente cierta, se procederá al reconocimiento del ingreso y del activo en los estados financieros.
En caso que la entrada de beneficios económicos sea probable, los mismos se informarán en Notas a los estados financieros. La información a revelar comprende una breve descripción de la naturaleza de los activos contingentes correspondientes, y si es posible, una estimación de sus efectos financieros.
Medición y revelación voluntaria
Diferentes autores han estudiado la importancia de la revelación de información no financiera en los informes de las empresas, ya que consideran que esta inclusión aumenta la utilidad de los mismos.
Dado que el proceso de desarrollo de algunos intangibles es largo, y que los desembolsos en investigación y desarrollo son importantes, durante periodos prolongados de tiempo las empresas muestran poco o ningún ingreso y muchas pérdidas, por lo que adquiere importancia para el entendimiento de la empresa contar con información no financiera. Es por ello que deben presentar información adicional sobre su capacidad para generar utilidades y beneficios futuros por su actividad de investigación y desarrollo de nuevos productos, siendo una forma de hacerlo mediante un informe de capital intelectual adjunto a los estados financieros.
Este debe contener información sobre costos y precios de los activos intangibles que poseen o están siendo desarrollados, la política de activación llevada adelante y una estimación sobre generación futura de rentabilidades y riesgo asociado.
Distintos autores entienden que se requieren desarrollar nuevos instrumentos tendientes a la identificación, medición y gestión de estos recursos generadores de valor, y que sería deseable que las empresas acompañaran a sus estados financieros información voluntaria referida al valor total de sus intangibles, desagregándose por tipos de intangibles.
Por ejemplo podría informarse de:
- Los proyectos finalizados exitosamente durante el ejercicio, describiendo la naturaleza de los activos intangibles obtenidos; la existencia o no de protección legal; y el modo en que dichos intangibles generarán beneficios económicos futuros.
- Cantidad de proyectos en curso al cierre del ejercicio, indicando por separado los que se encuentran en etapa de investigación de los que han alcanzado la etapa de desarrollo y monto que se estima invertir en el próximo ejercicio.
- Una breve descripción de los proyectos discontinuados, indicando las causas de abandono del proyecto.
Esta revelación de los intangibles puede ser de interés para las empresas, de forma de aclarar las diferencias entre valores de mercado y contable y para reducir las asimetrías informativas que se producen entre usuarios internos y externos
Uno de los obstáculos que más limita el reporte de intangibles es la habilidad de la empresa para recoger información sobre estos elementos. Es decir, el problema más importante que tienen las empresas para abordar este tipo de revelaciones, es que no tienen sistemas internos de gestión que les faciliten estas tareas.
Conclusiones
Existe una gran variedad de recursos intangibles que desde una perspectiva económica podrían ser considerados como activos, pero que de acuerdo a Normas Internacionales de Información Financiera no pueden ser reconocidos como tales en los Estados Financieros. En consecuencia, la información que brindan los mismos no es completa ni homogénea: algunos intangibles se reconocen como activos (por ejemplo patente adquirida a terceros), otros como gastos (como costos de investigación) y otros no se informan en absoluto (por ejemplo la capacidad organizativa de la empresa o el valor de su capital humano).
Estas limitaciones impiden que las potencialidades de las empresas se conozcan, afectando la toma de decisiones de los diferentes agentes económicos.
En general, los gerentes usan la divulgación voluntaria sobre intangibles, pero no siempre se incluye en las Notas a los Estados Financieros. En este sentido, la inclusión de información no financiera aumenta la utilidad de los Estados Financieros.
Por otro lado, se identifica que bajo la aplicación de la NIC 37, puede existir la posibilidad de que estemos frente a un activo contingente, para el caso de los costos de investigación, que debe ser revelado en Notas.
Adicionalmente, se ha confirmado que uno de los problemas a los que se enfrentan las empresas de menor tamaño es la dificultad para demostrar que pueden generar beneficios con el know how de la organización, el capital humano, los contactos con clientes y proveedores. Es necesario que estas entidades informen adecuadamente sobre los intangibles con los que cuentan y cómo los gestionan ya que esta información resulta fundamental en el caso de eventuales financiadores o aportes de capital, al momento de analizar el negocio y su éxito futuro.
(*) Contador Público por la Universidad de la República. Master en Contabilidad e Impuestos por la Universidad ORT. Coordinadora de Asesoramiento Contable y Tributario de Carle & Andrioli, firma miembro independiente de Geneva Group International. Profesora en Universidad ORT.