La tendencia global se enfila hacia las inversiones sustentables

Hace unos 15 años, se comenzaron a ver en el mercado internacional alternativas de inversión que aludían al tema “sustentabilidad”. Así, inversiones en empresas con una preocupación y acción genuina por el combate al cambio climático, empresas pioneras en el uso sustentable de los recursos acuáticos y empresas de energías renovables -como eólica y solar- fueron destinatarias de considerables sumas de dinero, de inversores que comenzaban a manifestarse inquietos por esta temática, en función de diversas investigaciones científicas que venían anunciando las implicancias del calentamiento global.

Por Carlos Saccone | @carlossaccone

Desafortunadamente, no duró demasiado. El interés se mantuvo mucho más que contenido y el impulso inicial tuvo también su freno. No digo que quedaron en el olvido, pero las inversiones “sustentables” definitivamente nunca despegaron. El fracaso del Protocolo de Kioto, la base para el desarrollo de los créditos de carbono en base al esquema conocido como “Mecanismo de Desarrollo Limpio”, puede haber sido uno de los responsables. Hasta ahora.

Si aquello de hace 15 años podría catalogarse por los más escépticos como una “moda” o la iniciativa de alguien que tal vez se había adelantado a los acontecimientos con proyectos muy específicos y puntuales, pues no temo asegurarles que estamos ante un ciclo muy distinto en esta oportunidad. Como hubo un superciclo de commodities a inicios de los 2000, vemos ahora el inicio de un “Superciclo Sustentable”, tal como fuera catalogado por la revista especializada CityWire; así que en los próximos 10 años los cambios serán profundos. Hay que prepararse para entender y aprovechar las oportunidades que se presentarán. HSBC ha comprometido una importante cifra para financiar operaciones sustentables y volverse “neutral” en emisiones de carbono. Esto quiere decir que las operaciones del banco que emitan gases de efecto invernadero serán compensadas por otras operaciones que los capturen. De la misma forma, nuestros clientes ya se benefician de alternativas con énfasis sustentable en sus inversiones.

Naturalmente, no somos los únicos. Muchos otros actores de primer nivel internacional, como Schroders, Allianz y BlackRock han comprometido recursos y acciones para apoyar la transición hacia la neutralidad en emisiones de carbono y así contribuir a detener el cambio climático.

Claramente estas iniciativas no se restringen a instituciones financieras de primer nivel internacional. También muchos gobiernos y bancos centrales han comunicado inversiones y proyectos en este tipo de áreas. Sin ir más lejos, el gobierno de los Estados Unidos, a través de su presidente Joe Biden, quien el mismo 22 de abril en ocasión del Día de la Tierra dijera que esta será la “década decisiva” para contener al cambio climático. El compromiso en los Estados Unidos es muy ambicioso y tiene un objetivo de reducir las emisiones de carbono -el principal gas de efecto invernadero- en 50% en 2030, por debajo de los niveles del año 2005. Por otra parte, la Unión Europea ha ido más allá, comprometiéndose a reducir estas emisiones en 55% para el año 2030

La acción de los reguladores naturalmente irá imponiendo, más o menos rápidamente, nuevas reglas del juego a las que habrá necesariamente que adaptarse para que un negocio sobreviva.


Evolución de emisiones de dióxido de carbono por consumo de combustibles fósiles

Miles de millones de toneladas

Fuente: Our World in Data


Este nuevo impulso no se limita a la acción en temas ambientales. Sí es cierto que es el que ha tenido mayor visibilidad, debido a temas como el calentamiento global y la contaminación. Sin embargo, viene a ser un subsegmento de un tema más amplio, ESG como se lo conoce por su sigla en inglés. Los temas sociales y de gobierno también forman parte de la preocupación por la sustentabilidad del planeta. Impulsados por la pandemia, por ejemplo, han ganado protagonismo los temas sociales referidos al acceso de la salud y cómo la tecnología podría universalizar a costos no prohibitivos el acceso a diagnósticos que de otra forma no serían accesibles para la mayoría. Como la “salud sostenible”, también temas raciales, de género y de neurodiversidad han empezado a formar parte de la agenda global. Esta sería la “S”. Con respecto a la “G”, se refiere a Gobierno, y temas como la composición de un directorio, la transparencia en la información financiera, la justicia en la paga y la ética y cultura de una compañía.

Esto recién comienza. Mientras navegamos la economía de la restauración, ser sustentable importa y mucho. Las compañías que se ocupen de un tema que es mucho más que negocios, se verán beneficiadas gracias a una suerte de círculo virtuoso. Pensemos que ya hoy las estrategias de inversión que incorporan a los factores ESG en sus decisiones alcanzan el 25% de las administradas mundialmente, y seguirán aumentando. Las que no, quedarán rezagadas y con su existencia amenazada.  ¿Cuán sostenibles son tus inversiones?