Laura Sande, gerente de Recursos Humanos de Salus
Laura Sande nació el 17 de noviembre de 1979, en Montevideo. Como muchas niñas, le gustaban varias profesiones a las que quería dedicarse de adulta: abogada, azafata o profesora de gimnasia. Pero luego se definió y se volcó hacia el área de las Relaciones Internacionales, aunque afirma que su vocación es Recursos Humanos.
Su primer empleo fue honorario en el Ministerio de Relaciones Exteriores, en el sector de Contratos Internacionales. Realizó una pasantía que le permitió acceder a sus primeras armas en la carrera que estudiaba. Luego de recibida, a los 23 años, comenzó con un trabajo fijo y de tiempo completo en un laboratorio durante dos años.
Luego, hace unos 16 años, se postuló a una vacante para cubrir una licencia en Salus. Sabiendo que sería solo por algunos meses, igualmente quería tener la experiencia en la que consideraba la empresa más prestigiosa del país. “Felizmente, esos pocos meses se hicieron años, hasta llegar al día de hoy”, relató a Empresas & Negocios.
Comenzó trabajando en ventas y, paulatinamente, se fue inclinando hacia los recursos humanos. “Creo firmemente en el impacto del liderazgo en las organizaciones generando momentos en los que, sin quererlo, le das un vuelco a tu vida”, sostuvo en referencia a su cambio dentro de la empresa. Sebastián, quien era su jefe en los inicios, la motivó y ayudó a arriesgarse, y comenzar en un área desconocida para ella en aquel entonces.
“La misma empresa que me había dado la posibilidad de sumarme a un equipo y que había confiado en cada paso de mi desarrollo, me estaba dando la posibilidad desafiante de crecer y hoy lo celebro que así se haya dado”, agregó. De Salus rescata su cultura y valores, considera que es una marca con una impronta sentimental en Uruguay, y genera orgullo en quienes pertenecen a ella.
Además, destacó la responsabilidad de la compañía con el medio ambiente, y la conservación de la biodiversidad en la Reserva Salus. Particularmente de su trabajo valora construir equipos y tender puentes. “Me gusta la cercanía que elijo tener con quienes integran Salus, conocer sus historias, sus sueños y ayudarlos a concretarlos”.
Entre los desafíos que su área presenta, está el hecho de identificar qué motiva a cada colaborador, potenciarlo y darles las herramientas para su desarrollo, así como hacer de su experiencia la mejor y mantener el nivel de compromiso generando crecimiento y valor.
En sus experiencias laborales ha aprendido que “la energía de un equipo mueve montañas, que hay que escuchar a quienes más nos conocen y que en el camino está el mayor aprendizaje”, aseguró.
En sus horas libres la ejecutiva disfruta de la soledad y también de la compañía de su familia, compuesta por su esposo e hijos; además están sus hermanas, sobrinos, cuñados y suegra. En su oficina no puede faltar el mate, su botella de agua Salus y el cuarzo heredado de su abuelo.
Sus libros preferidos son los que hablan del nexo entre cuerpo, mente y alma. Además, gusta de la música alegre. Es una apasionada por su familia, por la nutrición y por la alimentación consciente. Su frase de cabecera es “el mundo necesita gente que ame lo que hace”. Y de aquí a una década se imagina pensando en qué hará 10 años después.