Los supermercados están igualados en ventas con el año pasado

Daniel Menéndez, gerente general de la Asociación de Supermercados del Uruguay (ASU)


Los primeros días de Covid-19 en tierras uruguayas desencadenaron una desesperación inusitada en los consumidores y usuarios de supermercados. Góndolas vacías, cajas que no daban abasto, trabajadores sin respiro. La calma llegó y los comercios están igualados en ventas con el año pasado, sin embargo la concurrencia semanal de público descendió.

¿Considera que se ha modificado el comportamiento de los consumidores con la llegada del nuevo coronavirus al país?

Si, hubo cambios producto de la pandemia. Y básicamente en dos sentidos. Por un lado, en el aumento en la compra de alimentos y productos de limpieza. Al haber más gente en sus hogares y, por supuesto, menos salidas a comer fuera de la casa, motivó el incremento de los primeros. Evidentemente que también el estar más tiempo en casa, sumado a las precauciones en materia de salubridad, motivó el aumento en el segundo, fundamentalmente en lo que hace a alcohol en gel y desinfectantes.

Por otra parte, notamos que los consumidores visitan menos los locales. Si antes acudían dos o tres veces por semana a hacer las compras, ahora van sólo una vez y hacen un surtido semanal.

 ¿Cómo se comportaron los primeros días de pandemia? ¿Qué sucedió durante la cuarentena?

Cuando se realizó el anuncio de los primeros casos en Uruguay, el 13 de marzo, y por un par de días más, aproximadamente hasta el 16 de marzo, los consumidores se volcaron masivamente a nuestros comercios y se abastecieron como si Uruguay entraba en una guerra. Realmente vaciaban las góndolas, fundamentalmente las de alimentos secos y productos de limpieza.

Luego, y a raíz también de nuestro comunicado solicitando evitar el exceso de compras asegurando que había capacidad de abastecimiento y suficiente stock para cubrir las necesidades, se volvió casi que a la normalidad.

¿Qué pasó luego de que comenzó a reactivarse la economía y las personas salieron nuevamente de sus hogares -aunque aún continuamos con medidas al respecto-?

En realidad no varió mucho la situación en la medida que, no sólo en Uruguay, sino en el mundo, no se cerraron algunos sectores como por ejemplo supermercados y farmacias. El comportamiento es básicamente similar.

¿Qué balance se podría hacer en cuanto a las compras? En algunos países del mundo se dio la situación de un aumento del consumo debido a que, al estar más tiempo en sus casas, las personas consumen más. ¿Se dio así en nuestro país?

Sí. Las ventas venían en baja pero ahora estemos quizás a la par o un punto por encima del año pasado. Si no aumentó más es debido a que otras categorías del negocio se cayeron, como ser rotisería, panadería y confitería. También afecta y matiza el aumento el tema de que el ingreso en los hogares disminuyó, ya sea debido al desempleo, los seguros de paro y de los propietarios de comercios que debieron cerrar sus puertas y por lo tanto vieron resentido notoriamente sus ingresos.

¿Las personas se han adaptado a las nuevas medidas como el distanciamiento dentro de los locales, el uso de tapabocas y el descenso del contacto con productos o personal?

Hemos hecho hincapié y aún seguimos exhortando al distanciamiento físico, al uso de tapabocas y a evitar las aglomeraciones en los locales. Es prioridad prevenir el contagio para cuidar a los clientes y, fundamentalmente, a nuestros colaboradores. Éstos han realizado una gran tarea, quizás no percibida totalmente por la población. Hay que recordar que durante los primeros 30 o 45 días de la pandemia en Uruguay muy poca gente circulaba por las calles, y nuestros trabajadores concurrían a trabajar para asegurar el abastecimiento de la población. Es fundamental no bajar la guardia, este virus es como un francotirador que al menor descuido, dispara.